jueves, 19 de junio de 2014

martes, 17 de junio de 2014

Los monárquicos en el punto de mira mediático: Seriedad y sosiego

Desde el anuncio de la abdicación de Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I y en vísperas de la proclamación del nuevo Rey Don Felipe VI, los medios de comunicación salen a la busca de monárquicos para entrevistas de todo tipo, a veces con la presumible intención de ponerlos en ridículo.

Lo más curioso es que muchos periodistas españoles parecen tener una visión distorsionada y anticuada de la Monarquía a pesar de vivir en una Monarquía moderna que no hace ostentación de boato y grandes solemnidades, y aún así creen que los monárquicos somos una especie rara de comportamientos extravagantes, cursis y horteras, mientras que presentan al lado contrario de los republicanos como ciudadanos muy diferentes.

Los monárquicos no debemos caer en el error de dejarnos utilizar por algunos medios sensacionalistas o por reporteros con segundas intenciones, sólo porque nos hacen creer que la entrevista o el reportaje puede darnos publicidad, porque al final lo que emiten o publican puede reducirse a una o dos frases poco significativas y que nada aportan como argumentos a favor de la Monarquía.

Por ello también es importante que los que decidan manifestarse por las calles o ir a aclamar al nuevo Rey lo hagan de la forma más seria y sosegada posible, para no ofrecer a los detractores de la Monarquía ninguna imagen distorsionada de lo que es un monárquico del siglo XXI. 





miércoles, 4 de junio de 2014

¿Referéndum para qué, para quién?


Tras el anuncio de abdicación de Su Majestad el Rey, los republicanos de la extrema izquierda española no han perdido ni un minuto para calentar sus maquinarias y movilizar sus redes para armar mucho ruido en la calle, ya que en las urnas la extrema izquierda se queda en lo que es: una minoría insignificante. Los que arman mucho ruido, pocos argumentos tienen.

El gran argumento de los republicanos tipo segunda república es que para ellos la Monarquía no es democrática porque el Rey no lo elige el pueblo, y por eso quieren una república, una de las guillotinas, una que no respeta ni las opiniones ajenas y corta la cabeza a todos los que se oponen a ella.

Lo que nunca dicen claramente es que el tipo de república soñada es la de Fidel Castro o de Hugo Chávez, una república comunista opresora que lleva a la ruina a la economía nacional, al desabastecimiento con mercancías con las tiendas vacías y con cartillas de racionamiento, para acabar todos -menos los funcionarios del único partido gobernante- en la miseria más absoluta.

Nadie de los que gritan a favor de la república parece caer en la cuenta de que en España las cosas no cambiarían a mejor, sino todo lo contrario. Nadie repara en que existen muchas repúblicas en Europa, donde los problemas son más o menos los mismos, causados por la gestión deficiente de sus políticos gobernantes. 

Nadie repara en el hecho de que durante los últimos 67 años en ningún estado europeo se ha celebrado ningún referéndum sobre la forma de estado -salvo en España, donde la Monarquía Parlamentaria fue ratificada por el 80% del pueblo al votar favorablemente a la Constitución de 1978-, y los únicos que hubo se celebraron en Italia en 1947, que fue manipulado y falseado por los estadounidenses, tan poco dados a apoyar las opciones monárquicas y sin dejar tiempo al entonces Rey Umberto II para demostrar que podía reinar mejor que su padre, que no tuvo otra alternativa que coexistir con la dictadura de Mussolini, y otro en Grecia, durante cuya dictadura militar el Rey Constantino no tuvo más alternativa que el Rey Vittorio Emanuele de Italia.

Nadie parece reparar en el hecho de que los países de Europa Oriental -Bulgaria, Rumanía, Serbia, Montenegro- perdieron sus Monarquías, tan queridas por sus pueblos, por la imposición de un régimen totalitario comunista, y que después de la caída del telón de acero no se ha restablecido el orden democrático y constitucional previo a la toma del poder por los comunistas prosoviéticos ni se ha pensado en la conveniencia que el pueblo decidiera sobre si quería seguir con el sistema republicano instaurado por los comunistas.

Nadie parece reparar en el hecho de que Alemania, el país más destacado y económicamente importante de Europa, instauró la república sin consultar al pueblo, ni en 1918 ni en 1945, en ambos casos dominada por las potencias vencedoras de las guerras mundiales. 

Argumentan los republicanos que las generaciones actuales son diferentes a las de 1978 y que también deben tener derecho a decidir. Curioso argumento. En Alemania llevan 65 años con una Ley Fundamental, que no es ninguna constitución aprobada por referéndum, que no permite celebrar ningún referéndum nacional, y en cuya redacción ni siquiera han podido intervenir diputados elegidos para constituir una asamblea constituyente. Y a pesar de esta y otras irregularidades, nadie parece plantear que sería necesario un cambio para que las generaciones actuales decidan sobre el estado que quieran tener.

Tampoco se ha oído a ninguno de estos republicanos de pacotilla que exigen lo mismo en repúblicas totalitarias tan afines a sus pensamientos políticos como son Corea del Norte, Cuba o China.

En ninguna Monarquía la población ha planteado la necesidad de celebrar un referéndum sobre la continuidad o no de la Monarquía cuando ha cambiado el Monarca. Claro que siempre existen minorías radicales que lo hacen, pero siempre son irrelevantes.

Y nadie repara en el hecho de que no se discute sobre el modelo de república, como si la forma republicana fuese de por sí paradisíaca y perfecta, cuando en realidad existen muchas formas de repúblicas.

¿No es democrática la Monarquía? Entonces ¿qué hay de la Unión Europea, donde los máximos representantes se autonombran y eternizan en sus cargos sin intervención del Parlamento Europeo? ¿Cómo se mide el grado de democracia de la que disfruta un país? Si partimos de los jefes de estado de las repúblicas europeas, ninguno ha llegado a serlo por decisión popular, sino por decisión de los partidos mayoritarios, y aunque se elija directamente, no hay otra alternativa que votar a uno de los dos o tres candidatos impuestos por los partidos mayoritarios. La democracia, empero, se mide por cómo se elige a los concejales, alcaldes, diputados y jefes de gobierno, que son los que deciden la política diaria, no cómo se establece el acceso a la jefatura del estado.

Lo que olvidan casi todos es que la Monarquía Parlamentaria es la forma de estado más democrática imaginable, ya que el jefe del estado es ajeno a toda lucha partidista e ideología política, está por encima de la política diaria, y por ello es el mejor representante del pueblo entero, no sólo de una parte, así como de la historia entera de su país, ya que su dinastía es la que ha acompañado decisivamente toda la trayectoria nacional.

Acabar con esta magnífica forma de estado sería acabar con la verdadera democracia, con la estabilidad, con la unidad nacional, con la cohesión. Por lo tanto, ¿para qué sirve el referéndum o a quién le sirve? No al pueblo, desde luego.

   

martes, 3 de junio de 2014

Comunicado de la Asociación Monárquica Europea sobre la Abdicación de S.M. el Rey

Abdica Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I
El Príncipe de Asturias es garantía de estabilidad para España y símbolo de los nuevos tiempos donde hay que dar a las nuevas generaciones un papel protagonista


Madrid, 2 de junio de 2014. El paso a una nueva generación que “reclama con justa causa el papel protagonista”, es el motivo por el que Juan Carlos I cede la Corona a Don Felipe que “encarna la estabilidad para España y tiene la madurez y la preparación necesarias"

En el mensaje dirigido está mañana a todos lo españoles, el Rey también ha subrayado que está decisión se basa en su profundo amor a España y en haber querido siempre lo mejor para España y haber querido ser siempre “Rey de todos los españoles”.

En su intervención, Su Majestad también ha recordado que son precisos cambios para hacer frente a los retos de futuro. Retos que para los analistas, pasan por el secesionismo de algunas regiones españolas y donde la Monarquía es el elemento indispensable para la unidad nacional.

El Soberano ha querido reconocer la preparación y dedicación del Heredo al Trono, de su esposa la Princesa Doña Letizia y ha agradecido emocionado, la labor y el apoyo de Su Majestad la Reina Doña Sofía a lo largo de los últimos 40 años.

De acuerdo a las previsiones constitucionales, es casi seguro que la ceremonia de ascensión al Trono de Don Felipe será a lo largo del recién iniciado mes de junio.

La Asociación Monárquica Europea confía en la celeridad del Gobierno del Reino para que la abdicación formal y la proclamación del nuevo Rey se puedan producir en un plazo lo más breve posible.