sábado, 28 de abril de 2012

Entrevista: “No es mejor una república que una monarquía, ni al revés” (II)


Publicamos hoy la segunda parte de la entrevista con Pedro Schwenzer, presidente de la Asociación Monárquica Europea, entidad que difunde y defiende los ideales que encarnan las diferentes monarquías del continente europeo. En esta segunda parte repasamos algunas de las principales monarquías del mundo, aún en el trono o como un remanente del antiguo esplendor. 

PREGUNTA: ¿Qué opinión le merece Simeón de Bulgaria, el cual fue rey y luego se convirtió en presidente de una República?

RESPUESTA: Simeón II no se convirtió en presidente de república, sino en primer ministro, que es una diferencia. Nominalmente sigue siendo rey, ya que nunca abdicó. Él intentó mantener una posición neutral al no tomar decisiones políticas, que dejó en manos de su gobierno. El problema en los países del Este es que el pueblo espera de un rey algo más que sólo una figura representativa, pero Simeón II tiene una visión occidental de lo que debe ser un rey hoy en día. Este entendimiento de su función como rey no encajó con la función de primer ministro / jefe del Ejecutivo, y por eso la fórmula no se repitió.


De todos modos, nosotros vemos la intervención en la política del Rey Simeón II de Bulgaria como un error, pues ha roto la imprescindible independencia y neutralidad política que debe tener la Corona, con lo cual la posibilidad de restaurar la Monarquía quedó muy limitada al estar contaminada por la orientación ideológica y política de la institución, al haber participado su cabeza en la lucha partidaria. Además, en aquel momento Bulgaria aún pasaba por un momento político muy complicado, la gente esperaba más de Simeón II de lo que pudo hacer por el país, aunque ha hecho mucho por Bulgaria, y eso hizo que su partido no volviera a ganar las siguientes elecciones. Tampoco un rey puede hacer milagros.


P: Actualmente existen dos monarquías (Malasia y Emiratos Árabes Unidos) cuyo sistema de organización territorial es la federación de estados. ¿Podría ello ser aplicado a España?

R: Cada país, sea república o monarquía debe adaptar su forma de gobierno a sus intereses y circunstancias nacionales, a su historia y a aquel procedimiento que permita, al régimen que sea, ser más útil a sus ciudadanos.

713px Location European monarchies.svg  600x504 Pedro Schwenzer: No es mejor una república que una monarquía, ni al revés
Mapa de monarquías en Europa./ Ssolbergj


P: ¿Preferiría que las repúblicas como Alemania, Austria o Francia, que en su día fueron Imperios, regresaran al sistema monárquico parlamentario?

R: No se trata de si lo preferimos nosotros, sino que cada pueblo decida lo que considera mejor para él. No obstante, en Alemania y en Austria las repúblicas no se instauraron por voluntad popular, sino por imposición tras perder la Primera Guerra Mundial. En Alemania esta situación implicaba que el pueblo, que se sentía mayoritariamente monárquico, no quería perder su monarquía. El mejor ejemplo es que eligieran a Hindenburg para presidente de la república. El mismo Churchill reconoció más tarde que Alemania habría tenido una trayectoria muy diferente de haber mantenido la monarquía. Ni en 1918 ni en 1949 en Alemania se dio a elegir al pueblo si quería monarquía o república, en Austria otro tanto. Una restauración monárquica en Alemania sólo sería posible con una reorganización del Estado conforme a las fronteras históricas internas y como monarquía federal, con un período constituyente, e implicaría un complejo proceso de negociaciones con las antiguas potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial.

En Austria sería más sencillo, ya que Austria quedaría reducida, en principio, al territorio actual. En Francia se iba a restaurar la monarquía como reino tras la caída del Emperador Napoleón III, pero el intento fracasó no por decisión del pueblo, sino porque el entonces heredero de la corona de la dinastía de los Borbones puso condiciones algo extravagantes. No es mejor una república que una monarquía, ni al revés. Es mejor aquel sistema de gobierno que mejor sirve a los intereses de su país y de sus ciudadanos. Evidentemente, para los monárquicos el mejor sistema de gobierno es aquel que tiene a la cabeza a un rey, siempre dentro de un sistema plenamente democrático donde la soberanía resida en el pueblo. Los países que menciona, a través de complejos y en ocasiones sangrientos procesos históricos, han pasado a ser repúblicas que según parece cumplen con las demandas de sus ciudadanos. Exactamente lo mismo ocurre en países con democracias coronadas como España, Gran Bretaña, Suecia o Japón.

P: En Francia, hay tres corrientes monárquicas: los legitimistas (pro borbones), los orléanistas (pro Orleans) y los Bonapartistas. ¿Cuál de ellas tiene su apoyo y por qué?

R: Eso es una decisión que llegado el caso de que se restaurara la monarquía en el país vecino, deberán decidirlo los franceses. De todos modos, los legitimistas son monárquicos con una ideología política concreta (ultraconservadores). La opción del Imperio bonapartista no nos parece una monarquía auténtica. Nuestra asociación sólo mantiene relaciones estrechas con los partidarios de la Casa Real de Bourbon-Orléans con el Conde de París como heredero de la Corona. En este sentido mantenemos contactos con la Nouvelle Action Royaliste desde 1990. La rama legitimista no nos parece viable al ser el representante de esta línea Don Luis Alfonso de Borbón, hijo del Duque de Cádiz. No nos parece una opción en la Francia actual la aceptación de una rama colateral de los Borbones originales, ya que el pretendiente es español.

P: ¿En el caso de Rusia, tienen ustedes algún lazo o contacto con la familia Romanoff o sus “supuestos” herederos? ¿Cuál es, si lo saben, la situación (popularidad, conocimiento) de la monarquía en este país?

No mantenemos relaciones con la Casa Imperial de Rusia. La jefa de la casa imperial es S.A.I. Doña María, Gran Duquesa de Rusia. Es la única que cuenta con un reconocimiento oficial. Su padre Vladimiro fue durante todo el tiempo posterior a la Revolución el jefe de la Casa Imperial. Es normal que en familias tan extensas aparezcan luego otros que pretendan ser herederos de la corona, pero llegado el momento será la Familia Imperial la que tendrá que tomar una determinación. En Rusia existen muchas asociaciones monárquicas, algunas bastante grandes, pero no tenemos datos concretos sobre sus actividades, entre otras razones porque es para nosotros imposible seguir sus publicaciones en ruso.


P: Como asociación monárquica que son, ¿qué piensan de las monarquías de Arabia Saudí o Marruecos, mucho más próxima a nosotros?

R: Como en el caso de las repúblicas donde países como Cuba, Venezuela o Corea del Norte no son precisamente buenos ejemplos, con las monarquías pasa lo mismo. Estos ejemplos que menciona, chocan plenamente con lo que la Asociación Monárquica Europea defiende, y que se resume en la Monarquía Parlamentaria, donde el soberano, como símbolo de la nación reina, el ejecutivo de turno gobierna y la soberanía nacional está plena y democráticamente representada en un parlamento como en el caso de España, Holanda o Dinamarca. Estos dos ejemplos de sistemas monárquicos que señala son peculiares especialmente para el concepto de monarquía parlamentaria que conocemos en Occidente. Estos sistemas monárquicos la AME no los comparte, pues en el caso de Marruecos, el soberano todavía conserva importantes parcelas de poder, mientras que en Arabia Saudí lo que hay es una monarquía absoluta de carácter religioso. Lo que ocurre es que las monarquías árabes responden a la idea de Estado que tienen estos pueblos, por lo que para ellos pueden ser buenos sistemas, aunque nosotros no compartamos esta forma de gobierno.






Entrevista: “Las repúblicas pueden ser tan anacrónicas como las monarquías” (I)


La Familia Real española ha tenido un protagonismo inusual en los medios durante las últimas semanas. Escándalos como el caso Urdangarin o el viaje del rey Juan Carlos I a Bostwana han alzado las voces de aquellos que se plantean un cambio en el modelo de Estado. Pero España no es el único país europeo con un monarca como Jefe de Estado y existen otros modelos. A ellos nos hemos acercado gracias a Pedro Schwenzer, presidente de la Asociación Monárquica Europea, entidad que difunde y defiende los ideales que encarnan las diferentes monarquías del continente europeo. Schwenzer ha repasado con Miradas de Internacional los aspectos más jurídicos y polémicos que rodean a la figura de un rey, que os ofrecemos en esta primera parte, y las diferentes monarquías europeas e internacionales, que serán el objeto de un segundo fragmento de la entrevista.

PREGUNTA: ¿Qué responderían a aquellas personas que se preguntan qué sentido pueden tener las monarquías en el Siglo XXI, es decir, que las consideran anacrónicas?

RESPUESTA: Que es falso. Que es un argumento que no se sostiene y que es un tópico que tiene como objetivo trasladar la idea interesada de que para avanzar social, política y económicamente, un país tiene que ser una república. Según ese erróneo y equivocado planteamiento, países como Gran Bretaña, Japón, Suecia, Holanda o la propia España ¿qué serían? ¿Los que manifiestan tan absurdo planteamiento mantienen que estos países son subdesarrollados, política, social y económicamente? Hay que ser serios en estos temas y huir de la demagogia, el amarillismo, el simplismo y el oportunismo político. Las repúblicas pueden ser tan anacrónicas como las monarquías. 

Lo que tienen que demostrar ambos sistemas es que son útiles para los ciudadanos a los que sirven, ya sea con un rey o con un presidente. El régimen de monarquía parlamentaria, que la Asociación Monárquica Europea defiende, es desde nuestro punto de vista el más perfecto porque permite entre otras cosas, que la más alta representación y símbolo de la nación, sea total y plenamente apolítico, cosa que en una república es imposible por la contaminación ideológica y partidista del máximo representante de la nación precisamente por haber sido votado. Al haber sido elegido por su ideología y por su color político, su representatividad ante los que no le han votado disminuye o desaparece. Realmente solo representa a los que le han votado. Además de que los presidentes de las repúblicas están comprometidos con intereses partidistas o económicos y empresariales, como en Estados Unidos donde las empresas donan dinero para las campañas presidenciales.

El rey en una monarquía parlamentaria no le debe nada a nadie, ni busca ascender, ni poder o riqueza porque ya está en la cima. Desde su nacimiento ha sido preparado concienzudamente con el único y exclusivo objetivo de servir a su país por encima de todo. No busca obtener réditos personales, políticos o partidistas. En España tenemos la suerte de tener en Don Felipe, al Príncipe de Asturias mejor preparado de toda la historia de nuestro país.

En una monarquía parlamentaria, el rey lo es de todos y de cada uno al tiempo. Todos los ciudadanos pueden sentirse representados por él. ¿Se podría decir lo mismo de González, Aznar, Zapatero o Rajoy como presidentes de una hipotética república? La respuesta es no.

P: ¿Qué opina de la opacidad de las cuentas reales en España, y de que Casa Real esté fuera de la ley de Transparencia? ¿Cómo compararía esto con el resto de casas reales europeas?

R: No hay opacidad en las cuentas de la Casa Real. El coste se ha conocido siempre. Lo que no ha habido durante varios años ha sido un detalle del gasto como sí ocurrió al principio del reinado de Don Juan Carlos. De todos modos, desde siempre se ha conocido el presupuesto de la Casa Real. Además la Constitución otorga al Rey la capacidad para administrar el presupuesto asignado según establece el Artículo 65 cuando señala que “El Rey recibe de los Presupuestos del Estado una cantidad global para el sostenimiento de su familia y Casa, y distribuye libremente la misma.”

Por cierto, un coste que es de los más bajos de las monarquías europeas y no hablemos de repúblicas como la francesa o italiana, cuyo coste superan los 200 y los 100 millones de euros/año respectivamente, en comparación con los 8,4 millones de la española. A los españoles la Casa Real nos cuesta aproximadamente unos 19 céntimos de euro por persona y año.

En cuanto a lo de estar fuera de la Ley de Transparencia, compartimos en este caso la decisión del Gobierno en este sentido pues la Casa Real no pertenece a los ámbitos de aplicación de la misma. De todos modos parece que se olvida o se quiere ignorar que la Casa Real es la primera interesada en que sus cuentas sean claras y transparentes, por lo que Su Majestad el Rey promovió la creación del cargo de Interventor de Hacienda en su Casa, para que controle el presupuesto y los gastos de acuerdo a lo establecido para la Administración General del Estado.

P: Refiriéndonos al monarca español, ahora se habla de sus affaires amorosos: ¿Debe tener un monarca derecho a vida privada?

Sobre el tema de un supuesto affaire, la Asociación Monárquica Europea no entra en rumores propios de la televisión basura o las revistas de cotilleo. En cuanto al tema de la vida privada del Rey o de la Familia Real, es de sentido común que deben tenerla y que sólo debe tener conocimiento de ella el Gobierno en aquellos aspectos relacionados con la seguridad y con aquellos que puedan afectar a la agenda pública del soberano y su familia.

P ¿Deben entonces pagar los contribuyentes eventos de la vida privada como las bodas reales?

Si me permite una pequeña observación, quiero aclarar que las bodas reales no son actos de la vida privada del Rey o de la Familia Real. Son asuntos de Estado pues en ellas contraen matrimonio personas reales que están en la línea de sucesión al Trono, como en el caso de Don Felipe, que en su día junto con Doña Letizia serán Felipe VI y Letizia, Reyes de España.



miércoles, 18 de abril de 2012

La Asociación Monárquica Europea entrevistada por CNN Chile

CNN Chile: La polémica de la Familia Real de España


Nuestro portavoz en Barcelona, Jesús Bonjoch Oliver, ha sido entrevistado por la CNN Chile para este reportaje.

martes, 17 de abril de 2012

La asociación monárquica europea avisa que unos pocos errores pueden destruir la imagen construida en 30 anos


MADRID, 16 (SERVIMEDIA)

El presidente de la Asociación Monárquica Europea, Pedro Schwenzer, advirtió hoy de que "con unas pocas actuaciones equivocadas" como la cacería del Rey en Botswana "se puede venir abajo toda la buena imagen construida a lo largo de 30 años".

Schwenzer reconoció a Servimedia que en la asociación se han quedado "esfupefactos" ante la participación de don Juan Carlos en una cacería de elefantes, que ha salido a la luz pública por la lesión sufrida por el monarca durante el viaje, que le ha obligado a ser operado en Madrid.

Al presidente de esta asociación no le parece tan importante el coste que haya podido suponer la aventura, puesto que se trata de "una actividad privada" y "cada uno puede hacer en su tiempo libre lo que quiera".

Según recordó, el Rey tiene ingresos suficientes para permitírselo y, además, probablemente fue invitado a una cacería que, por lo demás, se organiza para acabar con la superpoblación de elefantes. En este sentido, Schwenzer cree que la escapada de don Juan Carlos "no es para tanto" ni afecta a España, y añadió que "la gente se pasa tres pueblos con sus comentarios".

Más grave le parece "la mala imagen que da que un rey que dice que le quitan el sueño los jóvenes en paro se vaya de cacería". Por eso, teniendo en cuenta además la serie de noticias negativas que están proliferando en torno a la Casa Real, considera que sus asesores deberían haberle advertido que en este momento no era muy conveniente entregarse a actividades que tienen "mala prensa".

En suma, para Schwenzer "ha faltado sensibilidad ante la opinión pública", porque "uno no se puede dedicar a la alta sociedad cuando representa a todo un país que está en crisis", y aconsejó a la Familia Real que tenga "mucho más cuidado", porque "con unas pocas actuaciones equivocadas se puede venir abajo toda la buena imagen que se ha construido a lo largo de 30 años".

(SERVIMEDIA)
16-ABR-12
KRT/gja

Publicado en: El Economista   Discapnet   LaInformación.com 

sábado, 14 de abril de 2012