jueves, 29 de diciembre de 2011

EN DIRECTO | Caso Urdangarín

La Asociación Monárquica Europea exculpa al Rey

El presidente de la Asociación Monárquica Europea, Pedro Schwenzer, exculpó hoy a la Casa Real de toda responsabilidad acerca de las actividades del duque de Palma, Iñaki Urdangarin, y señaló que el Rey "no puede hacer más" de lo que ha hecho hasta que no se resuelva el juicio. 

Schwenzer aplaudió en declaraciones a Servimedia el discurso navideño del Rey y su defensa de que la ley es igual para todos, así como el que haya dejado claro que Urdangarin tendrá que defenderse solo. 

Aunque admitió que "es probable" que don Juan Carlos conociera hace años los negocios de su yerno y que debiera haber tomado medidas, considera que la Casa Real "no se ve salpicada por este asunto", que no se puede hacer al Rey responsable de los negocios privados del duque, y que la infanta sólo lo sería a título "formal".



Urdangarin. La Asociación Monárquica Europea cree que el Rey no puede hacer más de lo que ha hecho

- Estima "correcto" el sueldo que percibe

MADRID, 29-12-2011 (SERVIMEDIA)

El presidente de la Asociación Monárquica Europea, Pedro Schwenzer, exculpó hoy a la Casa Real de toda responsabilidad acerca de las actividades del duque de Palma, Iñaki Urdangarin, y señaló que el Rey "no puede hacer más" de lo que ha hecho hasta que no se resuelva el juicio.

Schwenzer aplaudió en declaraciones a Servimedia el discurso navideño del Rey y su defensa de que la ley es igual para todos, así como el que haya dejado claro que Urdangarin tendrá que defenderse solo.

Aunque admitió que "es probable" que don Juan Carlos conociera hace años los negocios de su yerno y que debiera haber tomado medidas, considera que la Casa Real "no se ve salpicada por este asunto", que no se puede hacer al Rey responsable de los negocios privados del duque, y que la infanta sólo lo sería a título "formal".

El presidente de la Asociación Monárquica Europea estima que el soberano hizo bien al denunciar en su mensaje navideño la falta de ejemplaridad sin mencionar expresamente a Urdangarin y cree que ahora ya sólo puede esperar a lo que salga del juicio. Según destacó, ya ha apartado a las infantas de los actos oficiales y "no puede repudiar a sus hijas y a su yerno".

En esta línea, Schwenzer desautorizó la reclamación del senador del PNV Iñaki Anasagasti de que se impute también a la infanta Cristina junto a su marido, según trasladó a Servimedia. "A Anasagasti se le conoce por sus comentarios estrambóticos", le replicó. "Tiene un odio personal a la monarquía y aprovecha cualquier cosa para arremeter contra la Familia Real".

El presidente de la Asociación Monárquica Europea dijo, además, que le parece "muy bien" que los diputados y senadores tributaran una ovación "casi unánime" al Rey en la inauguración de la legislatura; señal, a su juicio, de que don Juan Carlos "ha hecho una buena labor en todo su reinado" y también de que los políticos "tienen miedo" a que la institución se desestabilice.

Por último, defendió que el sueldo de 140.000 euros del monarca, que acaba de ser difundido, es "correcto" y "aceptable", y se homologa a lo que perciben otros reyes europeos y sus hijos. Sólo lamentó "el fallo" de no haberlo publicado antes e independientemente del caso Urdangarin. 

Publicado en:
Diario Siglo XXI
*Nota de la AME: Según lo publicado, el sueldo de S.M. el Rey es de 292.000 EUR brutos anuales.

España lo merece y lo necesita

26 DIC 2011 | Editorial La Gaceta


  • Don Juan Carlos recordó que nadie puede estar por encima de la Ley. EFE Precisamente con estas palabras, que aludían a la unidad en lo esencial, terminaba el Rey su discurso navideño de 2011, una intervención muy esperada y que no ha defraudado, porque el Rey ha afrontado, una tras otra, las grandes preocupaciones de los españoles, sin olvidar las que más directamente han afectado a su propia Casa. Es muy significativo que esas palabras, mérito y necesidad, puedan aplicarse también al Rey y a la Monarquía, una Institución que merece nuestro respeto, precisamente porque la necesitamos como símbolo de la unidad de todos, por encima de diferencias legítimas y ocasionales. El Rey comenzó reconociendo el orgullo que le merecen España y los españoles para afirmar que en ese sentimiento encontraremos los resortes necesarios para superar los graves problemas que nos aquejan, y para dar curso a la esperanza cierta de superarlos.

    El Rey no es un español más, está por encima de nuestras diferencias y de nuestras querellas, precisamente para representar y garantizar la unidad indisoluble de la Nación en que se funda la Constitución. Don Juan Carlos, que, de modo llamativo, y muy sorprendente, apareció junto a un retrato en el que se le ve flanqueado por Rajoy y Zapatero, ha querido subrayar que, independientemente de lo que se pueda pensar de las distintas opciones políticas, él es el Rey de todos, y debe respetar a cualquiera de las formaciones que los españoles escojan para gobernar, tengan o no tengan acierto en su gestión porque representan la voluntad ciudadana en que se funda nuestra democracia. Su papel no consiste en decidir las fórmulas concretas para gobernar, sino en tratar de sumar voluntades, en acercar posiciones, y en animar a todos a trabajar, a dialogar, a actuar con altura de miras, rigor, patriotismo y entusiasmo.

    El Rey es muy consciente de que hemos perdido la prosperidad que habíamos alcanzado decenios atrás, pero confía en nuestra capacidad colectiva para recuperar la ilusión y el bienestar. Para ello hay que reconocer cuáles son los comportamientos en los que hayamos podido equivocarnos.

    Destacó claramente Don Juan Carlos que la crisis es internacional, pero también tiene unos perfiles nacionales muy específicos y graves, empezando por el paro que representa una situación con la que no podemos conformarnos. Don Juan Carlos recuerda que necesitamos reforzar nuestro aprecio a los valores que permitirán superar esta honda crisis, mejorando nuestra educación, esforzándonos más, dando curso a nuevas iniciativas y aceptando el compromiso de la solidaridad.

    En este punto, el Rey se refirió a la necesidad de poner coto a la desconfianza que se extiende respecto a algunas de nuestras instituciones, y cómo ese problema sólo se resuelve intensificando la ejemplaridad, que es una exigencia pública de primer orden. A este propósito fue bastante transparente su alusión al caso que más directamente ha afectado a la buena imagen de la Monarquía desde su acceso al Trono, y lo hizo reconociendo la lógica del escándalo y el descontento de la sociedad y recordando que nadie puede estar por encima de la Ley.

    El Rey recordó expresivamente a las víctimas del terrorismo y la necesidad de que se acabe definitivamente con la amenaza del terror, sin trampas ni concesiones. Un discurso muy medido, muy firme, que culminó recordando la ejemplaridad y dedicación del Príncipe Felipe al servicio de España y de los españoles.


    Fuente: La Gaceta




  • miércoles, 28 de diciembre de 2011

    Escándalos regios

    por Amadeo-Martín Rey y Cabieses 


    Los beneficios y servicios del soberano a la nación superan los problemas que le pueda causar.


    Desde que se empezó a hablar del caso Urdangarín, se ha especulado mucho acerca de qué situación tiene ahora el controvertido yerno de Su Majestad en la Familia Real. Es fácil: es el marido de su hija la Infanta Cristina y como tal, según el Real Decreto sobre Registro Civil de la Familia Real 2917/1981, de 27 de noviembre, promulgado en tiempos en que era ministro de Justicia Pío Cabanillas, forma parte de dicha familia. En su art. 1º se establece que en el Registro Civil de la Familia Real, estudiado con brillantez por el académico Antonio Pau, se inscriban “los nacimientos, matrimonios y defunciones, así como cualquier otro hecho o acto inscribible con arreglo a la legislación sobre Registro Civil, que afecten al Rey de España, su augusta consorte, sus ascendentes de primer grado, sus descendientes y al Príncipe heredero de la Corona”. Y por supuesto en ese registro, celosamente custodiado, está inscrito el matrimonio de Doña Cristina con Don Iñaki, y los nacimientos de sus hijos. Otra de las normas que regulan aspectos relativos a estos temas es el Real Decreto de 6 de noviembre de 1987 sobre el Régimen de Títulos, Tratamientos y Honores de la Familia Real y de los Regentes.

    La Europa coronada se ha visto salpicada con escándalos de diversa naturaleza –con manifiesta falta de la tan necesaria ejemplaridad– cuyas consecuencias para sus protagonistas han sido diferentes según el país, aunque en ningún caso han supuesto lo que algunos pretenderían, es decir, la defenestración del monarca, generalmente porque los pueblos entienden que los beneficios y servicios del soberano a la nación superan con mucho los problemas que le pueda causar.
    Refiriéndonos sólo a las dinastías reinantes en los siglos XX y XXI, y dejando para mejor ocasión los líos de faldas y casos como los del rey Leka de los albaneses, expulsado de España en 1979 por tenencia ilícita de armas, o del príncipe Víctor Manuel de Saboya y sus acusaciones de homicidio en 1978, tenencia ilícita de armas en 1987, corrupción, tráfico ilegal de divisas, falsedad de documento público y favorecimiento de la prostitución en 2006, que aún están sub iúdice, podemos referirnos a varios episodios luctuosos de miembros de la realeza.

    Quizá el más conocido sea el que en 1976 protagonizó el príncipe Bernardo de los Países Bajos, padre de la actual reina holandesa, que tuvo la peregrina idea de aceptar 1.100.000 dólares de la compañía aeronáutica Lockheed a cambio de facilitar la compra de aviones F-104. No se le juzgó porque la reina Juliana amenazó con abdicar y el Parlamento votó en contra de su procesamiento, pero donó el dinero así recaudado a la World Wild Foundation, cuya presidencia dejó, abandonó su cargo de inspector general de las Fuerzas Armadas, y sólo volvió a usar su uniforme en el funeral de lord Mountbatten y en su propia mortaja. Reconoció sus aventuras extramatrimoniales, de las que nacieron dos hijas ilegítimas, y donó en 1988 dos cuadros para dar 700.000 libras a la WWF, cuyo director le devolvió 500.000 para un “proyecto privado”.

    Recordemos, por ejemplo, que la condesa de Wessex dimitió como presidenta de su agencia de relaciones públicas tras ser cazada en 2001 criticando a su familia política, o que Sarah Ferguson aceptó en 2010 recibir 500.000 euros por facilitar a un multimillonario el acceso al príncipe Andrés. El príncipe Laurent de Bélgica, hijo de Alberto II, fue acusado en 2006 –aunque nunca se probó– de desviar fondos de la Marina para pagar electrodomésticos y la decoración de su casa, además de conducir violando el límite de velocidad, apalabrar la venta de fotos de sus hijos, colarse en la clase business de un avión sin pagar o desplegar controvertidas tácticas diplomáticas. A la princesa Marta Luisa de Noruega se le echó en cara en 2002 usar su título para promocionar sus giras con el Coro de Gospel de Oslo y se le afeó el hecho de que ganara dinero leyendo cuentos para niños en televisión.

    Se dice que –ya antes del estallido del escándalo– estaba previsto que la Infanta Doña Elena y su hermana participasen menos en actividades públicas o de representación, pero desde luego el que un miembro de la Familia Real disminuya, o aún suprima, dichas actividades no afecta a su pertenencia a ese reducido círculo. Los miembros de la Familia Real –a diferencia de la Familia del Rey, demás parientes del monarca, de los que trata la disposición transitoria tercera del R. D. de 1987– tienen opción a suceder en el trono –directa o indirectamente-, pueden representar al Rey, dentro y fuera de España, y son personajes públicos. Pero para que dejen de pertenecer a la Familia Real no basta una decisión del Rey o de su Casa, sino que se debe efectuar un acto positivo y legal de apartamiento que no se ha producido. Así, mientras no exista una resolución judicial en su contra o no se modifique la Ley, Iñaki Urdangarín seguirá perteneciendo a la Familia Real, lo que no habría impedido que el llamado Duque de Palma de Mallorca hiciera motu proprio una renuncia a aparecer en actos públicos hasta que no se declarase su inocencia. Ese apartamiento lo ha hecho el propio Monarca. Y la Casa del Rey ha prometido transparencia en sus cuentas. Dos sabias decisiones que confiemos sean eficaces en el fortalecimiento de la monarquía.

    *Amadeo-Martín Rey y Cabieses es doctor en Historia y profesor de Dinastías Reales.

    Publicado en La Gaceta


    S.A.R. el Príncipe Don Felipe como ejemplo

    por C. Sánchez-Vicente 


    La inmensa mayoría de los servidores públicos 
    no va a forrarse, sino a servir.

    Tras una ovación, posiblemente la más larga y cerrada que ha recibido en el Congreso desde el 23-F, el Rey se dejó ver y querer ayer en los corrillos junto con el Príncipe de Asturias, citado por Don Juan Carlos como ejemplo de lo que sí debe ser y parecer cualquiera que vista un cargo institucional en los discursos de las dos grandes solemnidades que han coincidido en estas fechas, Nochebuena y la Apertura de la Legislatura. Su llamamiento a no generalizar a todos los servidores públicos, la escasa ejemplaridad de los saqueadores o de los aprovechateguis fue más que oportuno. Sonó, o así me lo pareció a mí, a venda preventiva de la herida del caso Urdangarín; pero tiene razón.

    En los casi 30 años que llevo haciendo información política he tenido ocasión de comprobar que la inmensa mayoría de los servidores públicos de nuestro país no va a forrarse ni a servirse, sino a servir, vaya esto por delante. La inmensísima mayoría. El reproche que, en mi opinión, cabe hacerle a Don Juan Carlos, en este caso, es que ha tardado más de lo deseable en defenestrar familiarmente a su yerno y dejarle al pairo de lo que decidan los Tribunales; dos cosas que debía hacer y que en Nochebuena y ayer ha hecho, poniendo como ejemplo a seguir el que tiene en su casa: la honradez y la actitud del Príncipe Felipe.

    En el cesto de la cosa pública hay, sin duda, más manzanas podridas de las deseables; el corporativismo es lo que retrasa habitualmente el momento de tirarlas al cubo de la basura.
    Urdangarín, el Duque consorte de Doña Cristina, todavía no sabemos si reúne méritos para figurar en la casilla de los saqueadores: los jueces dirán, y, hasta entonces, que le ampare, como a cualquier otro ciudadano, la presunción de inocencia. En la de los aprovechateguis, sin embargo, figura, me temo, desde hace años, más de los que debiera, y por derecho.

    Fuente: La Gaceta



    La Corona y la Nación


    Con el discurso de apertura de la X Legislatura, Su Majestad el Rey dio continuidad a su mensaje de Navidad y reiteró el compromiso de la Corona con la unidad nacional, las víctimas del terrorismo y los esfuerzos por salir de la crisis económica. El contenido de los discursos de Don Juan Carlos esta semana no ha sido protocolario ni testimonial. Se ha basado en ideas muy concretas sobre la actitud de la Corona hacia los graves momentos que atraviesa la sociedad española, con claras apelaciones a la honradez de los cargos públicos y el respeto que deben merecer las instituciones, aun a pesar de comportamientos individuales concretos que constituyen delitos de corrupción o, sin ser delictivos, no se corresponden con la ética esencial que cabría esperar de sus autores. Su Majestad ha sido muy consciente del alcance de sus palabras en la polémica provocada por las actividades profesionales de su yerno, Iñaki Urdangarín, que se hallan bajo investigación judicial.

    Los nuevos parlamentarios inician su actividad en este mandato con una apología de Don Juan Carlos a la Constitución de 1812, ante su inminente segundo centenario. Aquella Constitución de Cádiz dio carta de naturaleza a la Nación española, como titular de la soberanía, y convirtió a los españoles en ciudadanos, para dejar de ser vasallos. No es vano este recuerdo de «La Pepa» precisamente ahora, cuando más se necesita la unidad de los españoles para superar la crisis y más esencial es la puesta en marcha de proyectos de cohesión nacional, frente a los particularismos locales que van contra los tiempos de globalidad y convergencia entre Estados. La recuperación del sentido nacional de la política es uno de los grandes desafíos de Mariano Rajoy, y no le faltarán ocasiones para comprobarlo. Ayer mismo, el Gobierno de la Generalitat catalana, empeñado en arrancar del Ejecutivo de Madrid el pacto fiscal, aprobó una reforma legal para convocar consultas populares sin la previa autorización del Estado central. Es un episodio más del pulso permanente de los nacionalismos —el vasco ya ha anunciado el suyo soberanista para 2015— frente al que se hace indispensable iniciar un proceso de reforzamiento del Estado, tanto en sus instituciones centrales como en la legislación necesaria para asegurar los principios de igualdad y solidaridad. La Corona, nuevamente, representa la continuidad y unidad del Estado y la Nación, por encima de alternancias de gobierno y de contiendas partidistas, todas ellas legítimas, pero sobre las que debe existir una institución unificadora, como la que encarna Don Juan Carlos.

    Fuente: ABC


    Desglose presupuestario de la Casa de S.M. el Rey

    Palacio de La Zarzuela. Madrid, 28 de diciembre de 2011

    La Casa de Su Majestad el Rey hace público, por primera vez, desde 1979 el desglose de su presupuesto de Gastos. En el 2011 la cantidad fijada en los Presupuestos Generales del Estado asciende a 8.434.280 euros.

    Su Majestad el Rey percibe del presupuesto global de la Casa 292.752 euros anuales, en concepto de dotación y gastos de representación.

    Su Alteza Real el príncipe de Asturias percibe la mitad de dicha cantidad (146.375,50 euros).

    Su Majestad la Reina, Su Alteza Real la Princesa de Asturias, y las Infantas Doña Elena y Doña Cristina no tienen asignación fija. Únicamente se les asignan gastos de representación en proporción y cuantía variable cada año. El conjunto de esta partida, en el 2011, no podrá superar los 375.000 euros.

    Todos los miembros de la Familia Real están sujetos al pago de todos los impuestos y se les practican las correspondientes retenciones.

    • El conjunto de la dotación y gastos de la Familia Real supone el 9,65% del total del Presupuesto de la Casa

    • El capítulo mayor del gasto corresponde a PERSONAL, 47,89% del total

    • La partida de GASTOS CORRIENTES en bienes y servicios asciende al 38,83%

    La Casa de Su Majestad el Rey elabora sus cuentas bajo criterios de austeridad, eficacia y complementariedad con los servicios prestados por otros departamentos de la Administración.

    La Casa de S.M. el Rey aplica al personal directivo un criterio equivalente al resto de la Administración. 

    Aplicando incrementos, reducciones o congelación salarial que en cada momento se determinen, con carácter general.

    Según establece la Constitución –al igual que otras Instituciones como Congreso y Senado- y como también ocurre en otros países de la Unión Europea, la asignación destinada a la Jefatura del Estado no está sometida al Tribunal de Cuentas.

    En todo caso, la voluntad de rigor y transparencia implantada por S.M. el Rey en el funcionamiento de la Casa inspiró la creación del cargo de Interventor de Hacienda en la Casa, que controla y contabiliza de acuerdo a criterios y técnica presupuestaria de la Administración del Estado.

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    UPyD, IU, PNV y GB se quedan solos al mostrar su desprecio a S.M. el Rey

    Rosa Díez (UPyD), alineada a Cayo Lara (IU), Erkoreka (PNV) y Uxúe Barkos (Geroa Bai) 

    La anunciada ausencia de los siete diputados de Amaiur y los tres de ERC en la sesión solemne de las Cortes apenas se notó en un hemiciclo abarrotado de diputados y senadores, que ocuparon todas las sillas disponibles. Mucho más llamativo resultó el cruce de brazos del portavoz de Izquierda Unida, Cayo Lara, que recibió con esa pose al Rey, y que no relajó su actitud defensiva hasta que Don Juan Carlos se marchó del salón de plenos. Lara, ataviado con polo gris oscuro, americana y bufanda, no se inmutó cuando sus señorías recibieron al Rey de pie con una de las ovaciones más largas que se recuerdan en el Congreso en las últimas legislaturas. El portavoz de Izquierda Unida no se quedó solo en su silencio. Al lado tenía otros tres portavoces que hicieron lo mismo: Josu Erkoreka (PNV), Rosa Díez (UPyD) y Uxúe Barkos (Geroa Bai, portavoz de turno en el Grupo Mixto)

    Otros diputados de IU actuaron igual, en la parte de atrás del hemiciclo. Díez hizo un tímido conato de aplaudir, con aparente desgana, pero su intento duró dos segundos. En seguida, se frenó. Estos cuatros diputados, eso sí, tuvieron que soportar de pie los dos minutos de aplausos del resto de parlamentarios, con el Rey justo enfrente, y también el grito de «¡viva el Rey!» que surgió de los escaños del PP, con respuestas de más «¡viva!».

    Cuando Don Juan Carlos terminó su discurso, se repitió la escena: largos aplausos, mientras Lara seguía de brazos cruzados. Las palabras del Rey debieron de gustar algo a Erkoreka y Barkos, que en este caso sí aplaudieron, tímidamente y con las manos algo caídas. Díez, de nuevo, lo intentó, pero se le notaba muy forzada.

    Los diputados de Izquierda Unida han cogido el gusto a los desplantes y a dar la nota en los actos oficiales. El Día de la Constitución llegaron al Congreso, hicieron unas declaraciones y se marcharon con un portazo. Ayer ocurrió algo parecido. Tras el discurso del Rey, se negaron a participar en la recepción oficial. En los pasillos, Lara explicó que prefería «aprovechar el tiempo» con otras tareas. También comentó que cuando escuchó el «¡viva el Rey!» le dieron ganas de gritar un «¡viva la República!», pero se paró a tiempo, entre otras cosas, dijo, porque no lo había acordado con sus compañeros. También pensaba llevar un pin de la República en la solapa de su americana, como alguno de sus compañeros de filas, pero cambió de chaqueta y se quedó sin el pin, según señaló.

    Más allá de los diputados de las manos caídas, la atención se centró en el banco azul del Gobierno, de estreno después de casi ocho años. Mariano Rajoy ocupó por primera vez el sillón de presidente del Gobierno, en el lado opuesto al que ocupaba José Luis Rodríguez Zapatero. A su lado, Soraya Sáenz de Santamaría, y a continuación, José Manuel García Margallo, uno de los más entusiastas en los aplausos al Rey. Su admiración por Don Juan Carlos nació en tiempos de la dictadura, cuando él formaba parte de las Juventudes Monárquicas.

    Los ex ministros, juntos

    El Grupo Socialista tenía reservada casi una fila entera para los ex ministros, que se situaron justo por encima de la dirección parlamentaria, con Alfredo Pérez Rubalcaba a la cabeza. Manuel Chaves, José Blanco, Trinidad Jiménez, Antonio Camacho, Carme Chacón, Leire Pajín, Francisco Caamaño, Rosa Aguilar y Valeriano Gómez se sentaron por primera vez como diputados rasos.

    Otra de las protagonistas del día fue Alicia Sánchez-Camacho, presidenta del PP catalán y senadora, que acudió con su hijo, al no tener con quién dejarlo. Tampoco consiguió que lo atendieran en la guardería de la Cámara, así que lo dejó a cargo de asistentes del Grupo Popular. El niño tuvo un sonoro berrinche en el patio del Congreso.

    Durante el «austero vino español» que se sirvió, el Salón de los Pasos Perdidos se quedó pequeño. Los Reyes y los Príncipes de Asturias estuvieron durante más de una hora conversando con los parlamentarios, y muchos de ellos aprovecharon para presentarse a los miembros de la Familia Real. En los corrillos se comentaba el impresionante homenaje que acababa de recibir el Rey. Don Juan Carlos reconoció que le había emocionado y añadió que hay que ser consciente de lo que ese aplauso exige.

    Fuente: ABC


    martes, 27 de diciembre de 2011

    S.M. el Rey advierte que no hay que personalizar su discurso de Navidad

    En una charla informal con un grupo de periodistas tras el acto oficial de Solemne Apertura de la X Legislatura, Don Juan Carlos no quiso profundizar sobre el sentido de sus palabras, aunque lo haga «la prensa»


    Día 27/12/2011 - 16.12h


    El rey Juan Carlos advirtió hoy en un corrillo informal con periodistas, que "no hay que personalizar" en ninguna figura concreta su discurso de Nochebuena, en el que aseguraba que la "justicia es igual para todos" y que los representantes de las instituciones deben conducirse de manera "ejemplar".

    El Rey pasa revista a las tropas antes de entrar a las Cortes

    Ese discurso, pronunciado el pasado sábado dedicaba un apartado destacado al prestigio de las instituciones y a la necesidad de preservarlo, apartando a todas aquellas personas que actúen de manera inadecuada.

    La prensa y los partidos políticos interpretaron de manera generalizada que estas afirmaciones eran la respuesta de la Corona a la investigación abierta por el juez José Castro sobre la gestión de Iñaki Urdangarin, que facturó a través de la ONG Instituto Nóos y su conglomerado de empresas más de 16 millones de euros. Casi el 40% de los ingresos totales salieron del erario público.

    Una charla informal

    Se trataba de atajar la creciente desafección de los ciudadanos hacia las intituciones y en particular hacia la Corona que, según el barómetro del CIS de octubre, suspende por primera vez en valoración de los ciudadanos.

    El Rey, a su llegada a las Cortes

    Sin embargo, en una charla informal con un grupo de periodistas tras el acto oficial de Solemne Apertura de la X Legislatura, el monarca no quiso profundizar sobre el sentido de sus palabras, y advirtió que "no hay que personalizar", aunque lo haga "la prensa".

    En ningún momento nombró explicitamente a su yerno, Iñaki Urdangarín. Se mostró, pese a todo, "muy contento" con la reacción de las formaciones políticas a su discurso. Los dos grandes partidos nacionales, el PP y el PSOE, y otros como CiU y UPyD aplaudieron el mensaje de Navidad del Rey y estimaron que estuvo "a la altura de las circunstancias".

    La situación económica

    Pero ésta no es la principal preocupación del Monarca. Su mayor inquietud es la situación económica y el futuro inmediato. Prevé afrontar la legislatura que ahora arranca "apretando los dientes, con ilusión y con ganas".

    Don Juan Carlos, emocionado ante la ovación de los parlamentarios

    El Rey reconoció que la gran ovación con que fue recibido en el Hemiciclo por los nuevos diputados y senadores le resultó "emocionante", aunque en situaciones así hay que tener presente "a lo que te obliga" ese afecto y confianza.

    Durante la charla con la prensa se acercó a don Juan Carlos la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, que acabó haciéndose una fotografía junto al Monarca con su propio móvil. También estuvieron charlando con los periodistas el Principe de Asturias, que no aludió al caso que afecta a su cuñado, y su esposa, doña Leticia, que tampoco quiso hacer ningún tipo de comentario al respecto.

    Don Felipe estuvo intercambiando impresiones con la nueva ministra de Trabajo, Fátima Báñez, quien le reconoció que en su departamento "hay mucho trabajo por hacer". La nota más alegre y navideña la puso el rey Juan Carlos cuando reconoció que sus ocho nietos "están desatados" esperando la llegada de los Reyes Magos. Papá Noel, también ha pasado por La Zarzuela, pero únicamente para dejar "un detallito" a los niños, según desveló la Princesa de Asturias, quién admitió que en palacio se respeta la tradición de los Reyes Magos. 


    El Rey defiende "la honradez de los españoles que sacan adelante a sus familias"

    Daniel Forcada - Sígueme en  Twitter   27/12/2011  (13:02h)

    El Rey defiende "la honradez de los españoles que sacan adelante a sus familias"


    En medio de la crisis de legitimidad más importante que atraviesa la Casa del Rey, sin las infantas Elena y Cristina, apartadas a un discreto segundo plano de la vida oficial, y con el duque de Palma, Iñaki Urdangarín, a punto de ser imputado por la justicia, las Cortes generales han vivido hoy una extraña sesión de Apertura de la X Legislatura. Una sesión solemne y conjunta del Congreso y del Senado sobre la que ha sobrevolado, en todo momento, los graves nubarrones que se ciernen estos días sobre el Palacio de La Zarzuela. Una coyuntura grave que han aprovechado los casi 700 diputados y senadores para rendir un cálido e improvisado homenaje a la figura del Rey Juan Carlos a través de una larga y sonora ovación de aplausos hacia el Monarca. 

    No estaba en el guión y el sencillo homenaje ha emocionado a Don Juan Carlos y a la reina Sofía, tal y como ellos mismos han explicado a la prensa en los corrillos posteriores al acto. El Rey ha recibido, a su entrada en el hemiciclo, un importante aplauso con todo el hemiciclo puesto en pie, salvo algunas excepciones como la de Cayo Lara (IU) y la de los portavoces nacionalistas, y que ha durado un par de minuto pese a la insistencia del propio Don Juan Carlos para que cesase. Una ovación, repetida tanto al inicio como al final del discurso del Monarca, y que ha sido seguida, también, de un “viva el Rey” por parte de algunos diputados de la bancada del PP. Concluida la ceremonia, el propio monarca ha dejado claro que "hay que ser consciente del deber que ello (ese homenaje) conlleva".

    El presidente del Congreso, Jesús Posada, también ha tenido palabras de afecto a la Corona y al Monarca en su discurso. “Mi profundo reconocimiento a la tarea fundamental que la Corona ha desempeñado durante los últimos 36 años”, ha señalado al reiterar el papel del Rey como “símbolo de la unidad y permanencia del Estado y árbitro moderador de las instituciones”.

    Con éste, es el segundo homenaje a la Monarquía en lo que va de mes en la propia sede de la soberanía nacional después del que se realizó el pasado 13 de diciembre en la sesión constitutiva de las Cortes. Síntoma, también, de la grave crisis por la que atraviesa la Corona a raíz del Caso Urdangarín en lo que se ha convertido ya en el annus horribilis particular de Don Juan Carlos.

    Unidad contra la crisis

    El Rey, que este año ha estado acompañado solo por la reina Sofía y por los Príncipes de Asturias, Don Felipe y Doña Leticia, ha hecho, por su parte, un llamamiento a la cooperación entre todas las fuerzas políticas para la superación de la crisis económica. “En vuestra labor legislativa y parlamentaria, sé que tendréis muy presente que todos, diputados y senadores, estáis unidos en la obligación de contribuir con decisión y eficacia a la superación de esta crisis y de sus negativos efectos para los ciudadanos, que os demandan una actuación responsable, solidaria y efectiva”, ha señalado. Ha tenido unas palabras que pueden aplicarse a lo que el propio Monarca lleva vivido en los últimos meses, al defender “la honradez y el esfuerzo de las familias” que luchan día a día por salir de la crisis.

    Don Juan Carlos ha recalcado también que los parlamentarios deben, con su trabajo, reforzar la confianza de los ciudadanos en las instituciones y que estos deben trabajar con “espíritu de grandeza, unidad y solidaridad”. “Los partidos representados en estas Cámaras han escuchado la petición insistente de los españoles a favor de un mayor entendimiento entre sus representantes”, ha añadido. “Tengo el convencimiento de que estas Cortes sabrán acordar en sus debates medidas eficaces para afrontar y resolver los desafíos que nos aguardan. Tengamos confianza en nuestras capacidades y sepamos proyectar esa confianza a todos nuestros ciudadanos.

    Satisfecho con la acogida de su discurso de Navidad


    En los corrillos con la prensa, el rey se ha mostrado también satisfecho con la acogida que ha tenido su discurso de Navidad, en el que aseguró que cualquier actuación censurable de personas con responsabilidades públicas debe ser "juzgada y sancionada con arreglo a la ley", porque "la justicia es igual para todos". Don Juan Carlos se ha congratulado de la reacción que suscitaron sus palabras, aunque ha advertido de que no hay que personalizar, como se ha hecho desde la prensa, en la figura del duque de Palma. 

    Como ya hiciera en su tradicional discurso navideño y en su alocución de hoy, don Juan Carlos se ha referido a los retos de la legislatura. "Hay que estar ahí, con ilusión y con ganas", ha enfatizado el rey antes de hacer el gesto de apretar los dientes para expresar más gráficamente el esfuerzo que es necesario llevar a cabo para acabar con la crisis y el desempleo.

    No ha querido dejar de dar las gracias a los periodistas por su labor y ha bromeado con ellos sobre sus nietos, desatados e ilusionados ante la llegada de los Reyes Magos. Entre los diputados y senadores que se ha acercado a saludar al monarca han estado el diputado de UPyD y actor, Toni Cantó, o el atleta Abel Antón, además de la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, que, incluso, ha tenido que ejercer de fotógrafa para dos parlamentarias que han querido retratarse con el rey.


     

    domingo, 25 de diciembre de 2011

    Mensaje de Navidad de Su Majestad el Rey

       

    Buenas noches. 

    En Nochebuena, como cada año, me dirijo a todos vosotros para transmitiros mis mejores deseos de paz y felicidad.

    Al término de este año difícil y complicado para todos, quiero hablaros con sinceridad y realismo, sin rehuir los problemas que nos aquejan como sociedad.

    Quiero hacerlo con la confianza y el optimismo que me inspiran las virtudes del pueblo español, al que quiero con todo mi corazón y al que a lo largo de estos treinta y seis años de reinado he aprendido a conocer a fondo y a admirar con orgullo.

    Llevamos varios años sumidos en una severa crisis económica y financiera cuyas causas complejas no son siempre fáciles de entender, pero cuyos efectos negativos son para todos evidentes. Para muchos, tristemente demasiado evidentes por su dureza.

    Es una crisis que está llamada seguramente a modificar hábitos y comportamientos económicos y sociales.

    Si España ha alcanzado en los últimos decenios las más altas cotas de progreso y bienestar de su historia, ahora hemos de saber reconocer con humildad cuáles han sido los comportamientos en los que, como individuos y como grupo, hayamos podido equivocarnos.
    Sólo a partir de este reconocimiento, y con los mejores valores de nuestra sociedad por delante, podremos comenzar a superar esta crisis.

    Será necesario para ello un planteamiento global, un enfoque de conjunto cuyas líneas maestras y medidas concretas corresponde diseñar, desarrollar y aplicar a los responsables políticos y a los agentes económicos y sociales.

    En este ámbito a mí me corresponde, como Jefe del Estado, animar a esas instancias a trabajar sumando voluntades, no restándolas; acercando posiciones, no distanciándolas; buscando avenencias, no rechazándolas. Animarles a trabajar con diálogo y altura de miras, con rigor y convicción.

    Sé, sabemos todos, que el camino de la recuperación no será corto ni tampoco fácil, que exigirá sacrificios.

    Por eso resulta tan importante que la sociedad en su conjunto asuma la trascendencia del momento y sepa responder a los desafíos de una situación tan difícil como la que vivimos con el necesario realismo, pero también con mucha generosidad, con mucha solidaridad hacia quienes por sus circunstancias económicas o familiares son más vulnerables.

    Vivimos una crisis de naturaleza global que ha puesto de manifiesto la dificultad de que cada país pueda afrontarla aisladamente. Las soluciones exigen establecer de forma coordinada medidas efectivas.

    En ese empeño se encuentra la Unión Europea y en él Europa encontrará a España en la vanguardia, como actor destacado que desea seguir jugando un papel relevante. La vocación europeísta de España se hunde en las raíces de la historia de nuestro continente, y nuestro compromiso es tan fuerte e intenso con su futuro como lo es hoy con su presente.

    Una vocación europeísta que gana valor y peso con la solidez de los lazos que nos unen con las naciones iberoamericanas y con nuestros vecinos de la orilla sur del Mediterráneo.

    La crisis es internacional pero también tiene perfiles nacionales propios. El más doloroso de todos es, desde luego, la elevada tasa de desempleo que sufrimos, moralmente inasumible para un país vertebrado, moderno y solidario como el nuestro.

    Es cierto que, en una coyuntura como la que vivimos, los temas que requieren una solución prioritaria se agolpan ante nuestra puerta, pero si tuviéramos que destacar la máxima prioridad creo que ninguno dudaríamos en señalar la lucha contra el desempleo como objetivo último y cierto.

    Ciudadanos, instituciones y administraciones públicas debemos volcar nuestros mejores esfuerzos y energías en apoyo de los desempleados y de sus familias.

    Con una cifra de parados inaceptable, y que lo es todavía más entre los jóvenes que buscan su primer empleo, quiero rendir un hondo homenaje de agradecimiento y admiración a las familias, cuya generosidad y entrega está siendo clave para que nuestro país mantenga los actuales niveles de estabilidad social. Todas las medidas que se adopten deben tener como objetivo final la recuperación del empleo, pues esta es la principal palanca que puede dar a cada individuo un horizonte de dignidad y estabilidad, y al conjunto de la sociedad una expectativa de prosperidad.

    Estabilidad y prosperidad, en el marco de nuestra Constitución, es lo que esta gran nación española ha sabido construir en paz y libertad a lo largo de las últimas décadas, junto con un Estado de Bienestar necesario para mantener la indispensable cohesión social que la justicia distributiva reclama.

    Estos son también nuestros desafíos de hoy. Las herramientas para enfrentarlos con éxito son los valores que han hecho siempre grandes a los pueblos: educación, trabajo, esfuerzo, iniciativa, compromiso, solidaridad, entre otros.

    Son los que necesitamos potenciar, tanto colectiva como individualmente, más que nunca en la coyuntura actual.

    Junto a la crisis económica, me preocupa también enormemente la desconfianza que parece estar extendiéndose en algunos sectores de la opinión pública respecto a la credibilidad y prestigio de algunas de nuestras instituciones. Necesitamos rigor, seriedad y ejemplaridad en todos los sentidos. Todos, sobre todo las personas con responsabilidades públicas, tenemos el deber de observar un comportamiento adecuado, un comportamiento ejemplar.

    Cuando se producen conductas irregulares que no se ajustan a la legalidad o a la ética, es natural que la sociedad reaccione. Afortunadamente vivimos en un Estado de Derecho, y cualquier actuación censurable deberá ser juzgada y sancionada con arreglo a la ley. La justicia es igual para todos.

    No debemos, sin embargo, generalizar los comportamientos individuales, so pena de cometer una gran injusticia con la inmensa mayoría de servidores públicos, y también de empresarios o trabajadores del sector privado, que desarrollan su labor de forma ejemplar y honesta.

    De lo contrario, se podría causar un grave daño a instituciones y organizaciones que son necesarias para la vertebración de nuestra sociedad.

    La unidad de las fuerzas democráticas y la firmeza de los españoles en la defensa de nuestro Estado de Derecho frente al terrorismo, han demostrado que los proyectos totalitarios no tienen cabida en la España democrática.

    Frente a la intolerable pretensión de los terroristas de tratar de conseguir objetivos políticos mediante el uso de la violencia, la amenaza, la intimidación o la extorsión, la sociedad vasca y el conjunto de la sociedad española han defendido su libertad y sus instituciones desde la legalidad, con el sacrificio y la eficacia de las Fuerzas de Seguridad, la permanente y decidida acción de la justicia y la generosa cooperación internacional.

    Ahora es ya tiempo de que los terroristas entreguen sus armas asesinas y desaparezcan para siempre de nuestras vidas.

    Esta noche es un momento especial para dedicar un recuerdo emocionado a quienes más han sufrido esta tremenda injusticia, las víctimas del terrorismo.

    Nuestra sociedad tiene contraída una permanente deuda de gratitud con el sacrificio y el dolor de todas las personas que perdieron la vida, quedaron mutiladas, fueron extorsionadas o se vieron obligadas a abandonar su tierra. Al evocar su memoria, queremos poner de manifiesto su dignidad y compartir su sufrimiento y el de sus familias, que siempre contarán con nuestro apoyo, solidaridad y afecto.

    Este es nuestro firme compromiso, para recordar que su sacrificio no ha sido en vano. Es el compromiso de una sociedad libre que no se deja amedrentar, que exige justicia y reparación para quienes fueron víctimas de la violencia por no querer someterse a la dictadura del terror.

    Hace cinco semanas los españoles, como dueños de su destino y en el ejercicio de sus derechos soberanos, han elegido a sus representantes a nivel nacional en unas elecciones generales que han dado como resultado la alternancia política.

    En este nuevo escenario que se abre, la Corona, en tanto que símbolo de la unidad y permanencia del Estado, seguirá haciendo todos los esfuerzos necesarios en favor de una convivencia integradora.

    Los actuales son tiempos de gran exigencia. Nos esperan muchas dificultades pero también nos respaldan sólidos valores que nos hacen sentirnos orgullosos de ser españoles, y un pasado reciente de superación que nos sirve de estímulo.

    Como os dije la Navidad pasada, “no hemos llegado hasta aquí para dejarnos vencer por las dificultades, para renunciar a nuestras ambiciones de construir un país cada vez mejor”.
    Hemos demostrado con creces que, cuando estamos unidos y seguros de lo que queremos, sabemos dar respuesta a los retos más complejos. Los que tenemos ante nosotros lo son, pero no tengo duda de que los españoles sabremos estar a la altura de los tiempos y para ello siempre contaréis con el mayor y mejor hacer de la Corona.

    Son muchos los mensajes que quisiera hacer llegar a todos y a cada uno de los sectores y colectividades que integran nuestra sociedad. Sabed que todos estáis en mi corazón y en mi pensamiento.

    En esta noche, quiero dar las gracias especialmente a tantos españoles que en los últimos meses se han interesado por mi salud, felizmente recuperada.

    En este tiempo, he podido apreciar, aún más si cabe, el rigor y el acierto con que mi hijo, el Príncipe de Asturias, me acompaña como Heredero de la Corona en el servicio a los españoles y a España, a su democracia, a su Estado de Derecho, a sus libertades, a su unidad y su diversidad, y a la defensa de sus intereses en todo el mundo.

    Os reitero mis mejores deseos en esta Navidad y para el año que pronto comienza.
    Estemos unidos. España lo merece y lo necesita. Buenas noches.



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