domingo, 27 de diciembre de 2009

El Rey Alberto II pone a Europa y al Padre Damián como ejemplos para Bélgica

Bruselas, 24 dic (EFE).- El rey de los belgas, Alberto II, destacó hoy los logros conseguidos este año en la Unión Europea con la ratificación del Tratado de Lisboa y la labor del Padre Damián, canonizado en octubre, como ejemplos para fomentar la cohesión "a veces difícil" en Bélgica.

El avance a escala europea "debe servir de ejemplo a nuestro propio país", donde "la diversidad y las divergencias entre la población hacen la cohesión a veces difícil", señaló el monarca en su tradicional discurso a la nación, que será retransmitido esta noche, pero que ya ha sido adelantado a los medios.

"Debemos, por el bienestar de nuestros conciudadanos, superar los obstáculos con creatividad, confianza y determinación" para poder "continuar desempeñando nuestro papel constructivo en Europa", añadió.

Según Alberto II, los belgas perderían credibilidad en la UE si piden superar las divergencias entre los estados miembros sin haber conseguido hacer lo mismo dentro de su propio país.

"Confío en que el Gobierno bajo la dirección de Yves Leterme y todos nuestros responsables políticos lo consigan", aseguró.

Alberto II manifestó su satisfacción por que un belga, el ex primer ministro Herman Van Rompuy, haya sido elegido como primer presidente estable de la UE, lo que consideró un "gran honor" para todo el país y "una garantía de progreso para Europa".

Asimismo, dedicó gran parte de su alocución a subrayar "el importante progreso" logrado en la UE con la ratificación del Tratado de Lisboa, que abre una nueva etapa de la construcción europea.

"Va a mejorar considerablemente la toma de decisiones en la Unión", estimó y precisó que en muchas cuestiones los estados miembros han renunciado a su derecho de veto para decidir por mayoría cualificada.

El nombramiento de la hasta ahora comisaria europea de Comercio, Catherine Ashton, como Alta Representante de la Unión, en sustitución del español Javier Solana, la futura designación de la nueva Comisión Europea y el refuerzo del papel del Parlamento Europeo fueron otros de los avances mencionados por el rey.

"Este progreso importante debe permitir a Europa ser aún más eficaz a escala interna y desempeñar mejor su papel en las grandes cuestiones internacionales como el clima, las negociaciones económicas y financieras, la cooperación al desarrollo y la paz en el mundo", recalcó.

El rey hizo además un extenso homenaje a la labor de José Damián de Veuster, más conocido como "Padre Damián", que fue canonizado este año por el Papa Benedicto XVI, al que consideró "un profeta en su país".

Para Alberto II el reconocimiento universal del Padre Damián, que murió de lepra en Hawai donde contrajo la enfermedad durante su servicio como misionero, supone un homenaje a valores como la solidaridad y el respeto por la dignidad humana.

El rey recordó el mensaje del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a los ciudadanos belgas en el que expresó su profunda admiración por el Padre Damián y aseguró que podían estar orgullosos de contar con él entre sus héroes.

"Damián no es solamente una personalidad heroica sino un ejemplo que debe inspirar hoy más solidaridad, en particular con los más vulnerables de nuestra sociedad", afirmó Alberto II.

El rey tuvo también palabras de solidaridad para las personas que han perdido su empleo este año y aseguró que el Gobierno se esforzará para limitar el impacto de la crisis económica en la vida laboral.

Fuente: Yahoo noticias

domingo, 13 de diciembre de 2009

Entrevista de Servimedia: La AME pide al gobierno que deje intervenir al Rey en el "Caso Haidar"

Para utilizar su "prestigio" diplomático y "buenos contactos" con Mohamed VI

11/12/2009 SERVIMEDIA

La Asociación Monárquica Europea pidió hoy al Gobierno de Zapatero que permita al Rey Don Juan Carlos intervenir en los contactos diplomáticos con Marruecos para resolver la huelga de hambre de la saharaui Aminatou Haidar, ya que "puede hacer valer su prestigio internacional y buenos contactos" con Mohamed VI para conseguir que la activista regrese a El Aaiún".

En declaraciones a Servimedia, el presidente de la Asociación Monárquica Europea, Pedro Schwenzer Pfau, aseguró que el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero "debería estar conforme" con que el Rey se sume a las labores para resolver este conflicto.

A su juicio, el Gobierno "no debería prohibir" la participación del Rey en asuntos diplomáticos ajenos a la política partidista y a la pugna ideológica, sobre todo cuando el propio presidente "no lo puede resolver" por sus medios.

Schwenzer destacó que el caso de Haidar es especialmente adecuado para que intervenga don Juan Carlos porque "enfrente tiene a otro Rey con quien mantiene buenas relaciones" y con el que puede negociar de igual a igual.

"Dadas las dificultades, el Rey puede moderar un poco, siempre se decía antes que uno de los grandes valores del Rey es el poder mediar entre las partes cuando a nivel político no es posible resolver la situación", dijo. "Aquí podría mediar como ha hecho en otros casos que el Gobierno no ha sido capaz de solucionar, como los problemas con Estados Unidas por la actitud de Zapatero o con el suministro de gas de Argelia".

Schwenzer aseveró que "cuando el Gobierno no puede resolver un problema, el Rey consigue suavizar la situación" y demostrar la valía que tiene la institución monárquica en una democracia parlamentaria.

Si en lugar de un Rey hubiese un presidente de la República, apuntó que éste "no podría resolver" más de lo que hace el Gobierno, porque seguiría siendo una figura política con intereses ideológicos y que dependería de un partido político. En cambio, el Rey es "independiente" y siempre mira por el "interés general" del país.

Publicado por Servimedia


viernes, 11 de diciembre de 2009

¿Debe S.M. el Rey intervenir en el caso Haidar?

Estos días se ha levantado una gran polémica en relación con el papel que debería jugar Su Majestad el Rey de España en casos como él de la señora Haidar y que ha supuesto para el ejecutivo español un serio problema al ser incapaz de resolver la situación creada a partir de la negativa de Marruecos de permitir que la señora Haidar vuelva a su país y decidir ésta entrar en huelga de hambre para forzar al gobierno marroquí que evite un desenlace fatal.

Resulta a primera vista más que curioso que sea precisamente Izquierda Unida el partido que haya pedido la intervención del Rey, tratándose de un partido republicano que intenta por todos los medios desprestigiar a la Monarquía o de involucrarla en debates de desgaste para demostrar que la institución monárquica no sirve para nada.

El coordinador federal de Izquierda Unida, Cayo Lara, ha explicado que mandaron la carta al Rey porque se lo pidió la plataforma de apoyo a la activista de derechos humanos el 3 de diciembre, en su segunda visita al aeropuerto de Lanzarote, donde permanece Haidar.

En una entrevista de En Días Como Hoy de RNE, Lara ha respondido que "lo cortés no quita lo valiente" y que no tuvieron inconveniente "porque lo que está en juego es la vida de una persona con una firmeza tremenda".

El coordinador de IU ha afirmado que la propia Haidar le llegó a explicar en persona que está "dispuesta a llegar hasta el final" a pesar de sus dos hijos, "que pueden vivir sin su madre pero no sin dignidad".

La Casa Real les respondió el pasado 9 de diciembre transmitiendo la disposición del Rey a mediar cuando el Gobierno considere que es el momento oportuno. La Moncloa también ha recordado a IU que el único interlocutor con Marruecos en el caso Haidar es Moratinos.

Exactamente, la misiva firmada por el jefe de la Casa de S.M. el Rey, Alberto Aza, era la siguiente:

"Como sabe, corresponde al Gobierno la dirección de la política exterior. Desde el respeto a esa facultad constitucional Su Majestad siempre ha mostrado al Gobierno su disposición para realizar las gestiones necesarias en aplicación a dicha política.

El Gobierno considera que no es el momento oportuno para gestiones complementarias del Rey.

En este sentido, el Gobierno está llevando a cabo los contactos diplomáticos necesarios para solucionar la situación que está sufriendo la señora Haidar, si bien considera que no es el momento oportuno para la realización de gestiones complementarias por parte de Su Majestad".

Parecen obvias las malas intenciones de Izquierda Unida. Lara recurre a un asunto humanitario para crear polémica, involucrar al Rey en un asunto de gestión política y dejar en evidencia la posición del Rey.

Nos encontramos ante una situación compleja:

Por una parte queda patente -nuevamente- que el gobierno no es partidario de una clara separación de poderes. Es un poco difícil entender -aunque la experiencia ha demostrado que es así- que el Jefe del Estado esté sometido al poder ejecutivo, cuando por lógica y jerarquía el Jefe del Estado debe quedar en una posición superior al ejecutivo y, por tanto, poder decidir por sí mismo si es conveniente o no que intervenga personalmente en situaciones concretas.

Su Majestad el Rey no sólo tiene una trayectoria que es garantía suficiente para su buen hacer y su buen criterio a la hora de hacer valer su prestigio personal en la solución de conflictos, sino que su peso como Rey y Jefe de Estado y la alta consideración que tiene entre los reyes de los países árabes puede contribuir a resolver un conflicto que el gobierno ha llevado a un callejón sin salida.

Hubo otras ocasiones en las que S.M. el Rey ha tenido que intervenir por la incapacidad manifiesta del ejecutivo de manejar la situación. Recordemos la delicada situación de España creada por Zapatero por su falta de respeto a la bandera de los Estados Unidos, o aquella otra que surgió en relación con el suministro de gas desde Argelia. El caso Haidar es sólo un ejemplo más.

La Casa de S.M. el Rey sólo tiene razón en parte cuando dice que el asunto es competencia exclusiva del ministro de asuntos exteriores Moratinos. Precisamente las gestiones infructuosas y torpes del ministro han llevado a una situación que parece no tener solución y deja entrever la incomodidad del gobierno al tener que actuar con urgencia. Realmente no queda muy claro cuál es la verdadera intención del gobierno o cuál es el problema de fondo que impide resolverlo. Y ante tales situaciones, sólo queda la intervención del Rey como mediador en el conflicto de intereses.

Está claro que técnicamente se trata de un problema entre una ciudadana marroquí y su país de origen. Por encontrare ésta en territorio español al querer volver a su país, se ha visto afectado el gobierno de España.

Pero el trasfondo de la cuestión es el antiguo Sáhara Español y el escaso interés del gobierno español de seguir defendiendo la celebración de un refernedum de autodeterminación en el Sáhara que lleva ya pendiente desde el mismo momento en que España entregó el territorio a Marruecos a consecuencia del cambio de régimen en España y la amenaza de la Marcha Verde y de una guerra inminente con Marruecos por esta antigua colonia española.

La ambigüedad del gobierno en el asunto saharauí es la que le impide al gobierno tomar una determinación. Por una parte quiere seguir dándose la imagen de estar con el pueblo saharauí, pero por otra no quiere fastidiar sus relaciones con Marruecos, unas relaciones que no se sabe muy bien si realmente existen o en las que no queda claro qué tipo de política persigue España.

Pero lo que sí queda claro es que ante la situación creada por el mismo gobierno de Marruecos sólo cabe ya una mediación del Rey. Siempre se ha dicho que el único poder que tiene el Rey es el poder moderador, y precisamente por su prestigio y su peso como Rey es la persona más indicada para mediar en conflictos de esta índole.

El Rey no puede entrar en conflicto con el gobierno al plantear gestiones personales ante el Rey de Marruecos, porque tales gestiones tienen que estar coordinadas. Las intenciones de Izquierda Unida en este asunto son a todas luces malévolas. Lara debe saber perfectamente que la posición de la Casa Real no es independiente y que no puede actuar sin coordinación con el ejecutivo.

Tal vez la polémica sirva para reflexionar sobre el estado en que se encuentra la división de poderes en España, pues ya quedó manifiesta la precariedad de ésta en asuntos de la Justicia. El gobierno parece controlar absolutamente todos los poderes del estado y no dejar que cada poder decida por sí mismo lo que puede y debe hacer dentro de sus atribuciones constitucionales.

La Asociación Monárquica Europea aboga por la independencia de la Corona de los intereses partidistas de cualquier índole y su función moderadora en el caso de conflictos sociales, políticos y diplomáticos en los que el ejecutivo se muestra incapaz de encontrar soluciones, pero siempre con el objetivo de encauzar las posibles negociaciones y limar asperezas. Es precisamente la independencia de la Corona de toda gestión política de gobierno lo que da un valor supremo a la institución monárquica, y así debe seguir siendo. Vemos con recelo las intenciones de Izquierda Unida, un partido demasiado interesado en polemizar y desestabilizar a la Monarquía.


domingo, 6 de diciembre de 2009

Trigésimo primer aniversario de la Constitución Española de 1978

Cada año que pasa, las celebraciones del Día de la Constitución se le antojan a uno como la constatación de que España se encuentra en una situación política cada vez más complicada.

Este año, han sido los nacionalistas catalanes los que más han atacado al orden constitucional del Reino de España. Su Estatuto de autonomía reformado hace cuatro años y aprobado por los catalanes en un referendo con la más baja participación electoral registrada hasta aquella fecha en Cataluña y, por tanto, con una legitimidad democrática más que discutible al contar sólo con el voto favorable del 36,51% de los catalanes con derecho a voto y siendo mayoría los que se abstuvieron de ir a votar, aún está pendiente de una decisión definitiva del Tribunal Constitucional sobre la constitucionalidad de algunas de sus disposiciones manifiestamente inconstitucionales.


No es de recibo que el alto tribunal no haya sido capaz de tomar una decisión objetiva sobre un asunto de tanta importancia, ya que los estatutos son la norma fundamental inmediatamente inferior a la Constitución. De hecho, el gobierno tripartito catalán aplica dicho Estatuto sin esperar siquiera una decisión del Tribunal Constitucional, al que considera incompetente para decidir sobre los asuntos catalanes. Y no bastante con esto, la presidente del Tribunal Constitucional no sólo lleva más tiempo del permitido en su cargo, que debía haberse renovado hace ya tiempo, sino que además es sospechosa de connivencia con el entorno etarra y con los nacionalistas catalanes para los que su marido hizo un informe altamente remunerado sobre cuestiones en los que juegan intereses creados de los que se debería mantener alejada la máxima responsable del tribunal en cuestión. Foto: Sanción de la Constitución por S.M. el Rey.

Igualmente preocupante es que el gobierno de la nación no hace otra cosa que dejar pasar todo lo que se permite el tripartito catalán. Es manifiesta la intención del gobierno de Zapatero de apoyar cualquier movimiento que debilite la unidad nacional y el orden constitucional. Que se consienta al gobierno autonómico catalán cualquier exceso legal y que se mantenga a una presidente del Tribunal Constitucional sólo con tal de seguir controlando la mayoría de dicho órgano de decisión es una parte de la actitud irresponsable del gobierno. Otra que se ha sumado estos días a muchas otras actuaciones legislativas de los socialistas es que se intente restringir cada vez más las libertades individuales alegando intereses supremos como los derechos de autor. Perseguir el uso fraudulento de propiedad intelectual ajena no puede justificar en ningún caso la intervención restrictiva o censora en los medios de comunicación como son los sitios de Internet o los blogs, menos aún saltándose la mínima garantía legal que son los tribunales que deben dictar cualquier decisión de cierre o embargo de cuentas en Internet.


Cuando un estado pierde la capacidad de velar por el orden constitucional y las libertades públicas e individuales por medio de la actuación de órganos independientes del ejecutivo y del legislativo, se pone en serio riesgo todo el orden democrático de libertades encaminando al país hacia una dictadura atroz. Al combinar esta deriva antidemocrática con la pérdida constante de valores y la introducción de medios de vigilancia extrema de la vida privada de los ciudadanos (véase Sitel), la situación se vuelve aún más preocupante. Foto: Los ponentes de la Constitución.

En este trigésimo primer aniversario de la Constitución Española de 1978 el panorama es bastante desolador. Pocas son ya las actividades de los partidos y de las instituciones para festejar los logros que supuso la Carta Magna en 1978, porque definió sobre todo los derechos fundamentales de un pueblo que quería vivir en libertad y con garantías democráticas.


En Cataluña, sólo un partido defiende con entusiasmo y decisión la Constitución: C's - Ciudadanos. Como único partido presente en el Parlamento Catalán sigue defendiendo la legalidad constitucional y los derechos de todos los españoles en dicha comunidad autónoma. Ojalá todos los demás hicieran lo mismo. Pero parece prevalecer el deseo de destruir lo logrado en más de treinta años y de acabar con una convivencia en paz, prosperidad y libertad. Lo que tiene que prevalecer es la libertad del individuo, no un estado sin ley a merced de políticos irresponsables que sólo se interesan por crear realidades ajenas a la voluntad popular y que nada aportan a la vida en sociedad y en libertad. Foto: El Congreso aplaude la aprobación de la Constitución.

En días recientes, Su Majestad el Rey advirtió que el "respeto" a la Carta Magna y a las instituciones que de ella emanan, como el Tribunal Constitucional, es imprescindible para superar las "dificultades" que se pongan por delante. En plena polémica en torno a la sentencia que el tribunal debe dictar sobre el Estatuto catalán, Don Juan Carlos subrayó que su norte sigue siendo "integrar y encauzar" esfuerzos para que España progrese como "gran nación democrática, unida, moderna, diversa y solidaria".

Sería deseable que el próximo aniversario suponga una reconducción de la situación actual y que se pueda celebrar el aniversario de la Constitución sin interrogantes ni mal sabor de boca. La Constitución de 1978 ofrece muchas oportunidades nunca aprovechadas. Intentemos hacer un uso responsable de ellas en lugar de destruirla con demagogia populista, nacionalista y pseudoprogre.

¡Viva la Constitución!
¡Viva España!

¡Viva el Rey!