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domingo, 25 de diciembre de 2011

Mensaje de Navidad de Su Majestad el Rey

   

Buenas noches. 

En Nochebuena, como cada año, me dirijo a todos vosotros para transmitiros mis mejores deseos de paz y felicidad.

Al término de este año difícil y complicado para todos, quiero hablaros con sinceridad y realismo, sin rehuir los problemas que nos aquejan como sociedad.

Quiero hacerlo con la confianza y el optimismo que me inspiran las virtudes del pueblo español, al que quiero con todo mi corazón y al que a lo largo de estos treinta y seis años de reinado he aprendido a conocer a fondo y a admirar con orgullo.

Llevamos varios años sumidos en una severa crisis económica y financiera cuyas causas complejas no son siempre fáciles de entender, pero cuyos efectos negativos son para todos evidentes. Para muchos, tristemente demasiado evidentes por su dureza.

Es una crisis que está llamada seguramente a modificar hábitos y comportamientos económicos y sociales.

Si España ha alcanzado en los últimos decenios las más altas cotas de progreso y bienestar de su historia, ahora hemos de saber reconocer con humildad cuáles han sido los comportamientos en los que, como individuos y como grupo, hayamos podido equivocarnos.
Sólo a partir de este reconocimiento, y con los mejores valores de nuestra sociedad por delante, podremos comenzar a superar esta crisis.

Será necesario para ello un planteamiento global, un enfoque de conjunto cuyas líneas maestras y medidas concretas corresponde diseñar, desarrollar y aplicar a los responsables políticos y a los agentes económicos y sociales.

En este ámbito a mí me corresponde, como Jefe del Estado, animar a esas instancias a trabajar sumando voluntades, no restándolas; acercando posiciones, no distanciándolas; buscando avenencias, no rechazándolas. Animarles a trabajar con diálogo y altura de miras, con rigor y convicción.

Sé, sabemos todos, que el camino de la recuperación no será corto ni tampoco fácil, que exigirá sacrificios.

Por eso resulta tan importante que la sociedad en su conjunto asuma la trascendencia del momento y sepa responder a los desafíos de una situación tan difícil como la que vivimos con el necesario realismo, pero también con mucha generosidad, con mucha solidaridad hacia quienes por sus circunstancias económicas o familiares son más vulnerables.

Vivimos una crisis de naturaleza global que ha puesto de manifiesto la dificultad de que cada país pueda afrontarla aisladamente. Las soluciones exigen establecer de forma coordinada medidas efectivas.

En ese empeño se encuentra la Unión Europea y en él Europa encontrará a España en la vanguardia, como actor destacado que desea seguir jugando un papel relevante. La vocación europeísta de España se hunde en las raíces de la historia de nuestro continente, y nuestro compromiso es tan fuerte e intenso con su futuro como lo es hoy con su presente.

Una vocación europeísta que gana valor y peso con la solidez de los lazos que nos unen con las naciones iberoamericanas y con nuestros vecinos de la orilla sur del Mediterráneo.

La crisis es internacional pero también tiene perfiles nacionales propios. El más doloroso de todos es, desde luego, la elevada tasa de desempleo que sufrimos, moralmente inasumible para un país vertebrado, moderno y solidario como el nuestro.

Es cierto que, en una coyuntura como la que vivimos, los temas que requieren una solución prioritaria se agolpan ante nuestra puerta, pero si tuviéramos que destacar la máxima prioridad creo que ninguno dudaríamos en señalar la lucha contra el desempleo como objetivo último y cierto.

Ciudadanos, instituciones y administraciones públicas debemos volcar nuestros mejores esfuerzos y energías en apoyo de los desempleados y de sus familias.

Con una cifra de parados inaceptable, y que lo es todavía más entre los jóvenes que buscan su primer empleo, quiero rendir un hondo homenaje de agradecimiento y admiración a las familias, cuya generosidad y entrega está siendo clave para que nuestro país mantenga los actuales niveles de estabilidad social. Todas las medidas que se adopten deben tener como objetivo final la recuperación del empleo, pues esta es la principal palanca que puede dar a cada individuo un horizonte de dignidad y estabilidad, y al conjunto de la sociedad una expectativa de prosperidad.

Estabilidad y prosperidad, en el marco de nuestra Constitución, es lo que esta gran nación española ha sabido construir en paz y libertad a lo largo de las últimas décadas, junto con un Estado de Bienestar necesario para mantener la indispensable cohesión social que la justicia distributiva reclama.

Estos son también nuestros desafíos de hoy. Las herramientas para enfrentarlos con éxito son los valores que han hecho siempre grandes a los pueblos: educación, trabajo, esfuerzo, iniciativa, compromiso, solidaridad, entre otros.

Son los que necesitamos potenciar, tanto colectiva como individualmente, más que nunca en la coyuntura actual.

Junto a la crisis económica, me preocupa también enormemente la desconfianza que parece estar extendiéndose en algunos sectores de la opinión pública respecto a la credibilidad y prestigio de algunas de nuestras instituciones. Necesitamos rigor, seriedad y ejemplaridad en todos los sentidos. Todos, sobre todo las personas con responsabilidades públicas, tenemos el deber de observar un comportamiento adecuado, un comportamiento ejemplar.

Cuando se producen conductas irregulares que no se ajustan a la legalidad o a la ética, es natural que la sociedad reaccione. Afortunadamente vivimos en un Estado de Derecho, y cualquier actuación censurable deberá ser juzgada y sancionada con arreglo a la ley. La justicia es igual para todos.

No debemos, sin embargo, generalizar los comportamientos individuales, so pena de cometer una gran injusticia con la inmensa mayoría de servidores públicos, y también de empresarios o trabajadores del sector privado, que desarrollan su labor de forma ejemplar y honesta.

De lo contrario, se podría causar un grave daño a instituciones y organizaciones que son necesarias para la vertebración de nuestra sociedad.

La unidad de las fuerzas democráticas y la firmeza de los españoles en la defensa de nuestro Estado de Derecho frente al terrorismo, han demostrado que los proyectos totalitarios no tienen cabida en la España democrática.

Frente a la intolerable pretensión de los terroristas de tratar de conseguir objetivos políticos mediante el uso de la violencia, la amenaza, la intimidación o la extorsión, la sociedad vasca y el conjunto de la sociedad española han defendido su libertad y sus instituciones desde la legalidad, con el sacrificio y la eficacia de las Fuerzas de Seguridad, la permanente y decidida acción de la justicia y la generosa cooperación internacional.

Ahora es ya tiempo de que los terroristas entreguen sus armas asesinas y desaparezcan para siempre de nuestras vidas.

Esta noche es un momento especial para dedicar un recuerdo emocionado a quienes más han sufrido esta tremenda injusticia, las víctimas del terrorismo.

Nuestra sociedad tiene contraída una permanente deuda de gratitud con el sacrificio y el dolor de todas las personas que perdieron la vida, quedaron mutiladas, fueron extorsionadas o se vieron obligadas a abandonar su tierra. Al evocar su memoria, queremos poner de manifiesto su dignidad y compartir su sufrimiento y el de sus familias, que siempre contarán con nuestro apoyo, solidaridad y afecto.

Este es nuestro firme compromiso, para recordar que su sacrificio no ha sido en vano. Es el compromiso de una sociedad libre que no se deja amedrentar, que exige justicia y reparación para quienes fueron víctimas de la violencia por no querer someterse a la dictadura del terror.

Hace cinco semanas los españoles, como dueños de su destino y en el ejercicio de sus derechos soberanos, han elegido a sus representantes a nivel nacional en unas elecciones generales que han dado como resultado la alternancia política.

En este nuevo escenario que se abre, la Corona, en tanto que símbolo de la unidad y permanencia del Estado, seguirá haciendo todos los esfuerzos necesarios en favor de una convivencia integradora.

Los actuales son tiempos de gran exigencia. Nos esperan muchas dificultades pero también nos respaldan sólidos valores que nos hacen sentirnos orgullosos de ser españoles, y un pasado reciente de superación que nos sirve de estímulo.

Como os dije la Navidad pasada, “no hemos llegado hasta aquí para dejarnos vencer por las dificultades, para renunciar a nuestras ambiciones de construir un país cada vez mejor”.
Hemos demostrado con creces que, cuando estamos unidos y seguros de lo que queremos, sabemos dar respuesta a los retos más complejos. Los que tenemos ante nosotros lo son, pero no tengo duda de que los españoles sabremos estar a la altura de los tiempos y para ello siempre contaréis con el mayor y mejor hacer de la Corona.

Son muchos los mensajes que quisiera hacer llegar a todos y a cada uno de los sectores y colectividades que integran nuestra sociedad. Sabed que todos estáis en mi corazón y en mi pensamiento.

En esta noche, quiero dar las gracias especialmente a tantos españoles que en los últimos meses se han interesado por mi salud, felizmente recuperada.

En este tiempo, he podido apreciar, aún más si cabe, el rigor y el acierto con que mi hijo, el Príncipe de Asturias, me acompaña como Heredero de la Corona en el servicio a los españoles y a España, a su democracia, a su Estado de Derecho, a sus libertades, a su unidad y su diversidad, y a la defensa de sus intereses en todo el mundo.

Os reitero mis mejores deseos en esta Navidad y para el año que pronto comienza.
Estemos unidos. España lo merece y lo necesita. Buenas noches.



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miércoles, 27 de abril de 2011

El Rey pide ante el Emir de Qatar mayor cooperación económica

El Rey se apoya en las «excelentes relaciones políticas» entre ambos países para mejorar en asuntos económicos y comerciales

Día 26/04/2011 - 11.03h


Los Reyes y los Príncipes de Asturias, posan junto al emir de Catar, Hamad Bin Jalifa al-Thani, y su esposa, Mozah Bint Nasser, al inicio de la cena de gala que don Juan Carlos y doña Sofía ofrecen esta noche en el Palacio (pinchando la foto se accede al vídeo de ABC)
 
 
La visita del Emir de Qatar se produce en un momento muy especial, ya que España está atravesando la crisis económica más grave de la historia reciente mientras que Qatar se ha visto convertido en uno de los Estados más ricos del mundo gracias a sus reservas de gas, las terceras más grandes del planeta. De hecho, las autoridades de este Emirato se comprometieron hace dos meses a invertir en España unos 3.000 millones de euros, de los que 300 irían a las cajas de ahorros. Tras este compromiso, el fondo soberano del Emirato, Qatar Holding, adquirió el 6,16 % de Iberdrola por 2.021 millones de euros, y se convirtió en uno de los principales accionistas de la compañía eléctrica.
En su brindis, el Rey también destacó «la contribución que Qatar y España estamos realizando, junto con otros países, a los esfuerzos de solución a la crisis libia» e insistió en la necesidad de reactivar el proceso de paz en Oriente Medio.
Qatar es uno de los países árabes en los que no se han producido revueltas, ni protestas, que pidan avances hacia la democracia. Lo cierto es que el Emir ya introdujo hace años una serie de reformas que modernizaron Qatar. Hamad Bin Jalifa dejó de ser un Monarca absoluto en 2005 cuando dotó a su pueblo de una Constitución que fue aprobada mediante referéndum y que iguala en derechos y deberes a hombres y mujeres. En 1999 se celebraron las primeras elecciones locales y en 2008 legislativas.
No obstante, el Emir de Qatar sí se refirió anoche al «importante momento de transición» que viven los pueblos árabes y recordó que «la importancia de esta visita es mayor» porque le permite consultar y escuchar al Rey, que vivió «una experiencia relevante en el camino de la libertad, la democracia y la paz social».
Como ocurre en cada una de sus apariciones en público en Occidente, la Jequesa deslumbró ayer a los españoles con sus espectaculares modelos de alta costura, en los que mezcla el diseño occidental con el aire misterioso de la mujer árabe. Llegó vestida de color marfil, eligió el morado por el almuerzo que le ofrecieron los Reyes en La Zarzuela y se vistió de blanco para la cena de gala en el Palacio Real. Mozah, sin embargo, cuando se encuentra en su país suele lucir la tradicional abaya (túnica negra) y el velo que visten las mujeres árabes.

Fuente: ABC

Los Reyes y el emir de Qatar tratan de estrechar los lazos económicos entre España y Qatar

El emir de Qatar se encuentra en España en una visita de tres días que puede servir para fomentar proyectos empresariales y la inversión recíproca entre España y Qatar.


Los Reyes reciben al emir de Qatar en su visita a Españaver el video
antena3.com
EFE  |  Madrid  | Actualizado el 25/04/2011 a las 23:14 horas
El Rey de España ha destacado ante el emir de Catar, Hamad Bin Jalifa al-Thani, las "excelentes" relaciones políticas entre los dos países, que, en su opinión, deben servir de "acicate" para dar "un salto cualitativo" en materia de cooperación económica y comercial.

Así lo ha expresado Don Juan Carlos en la cena de gala ofrecida en el Palacio Real de Madrid por los Reyes y los Príncipes en honor del emir de Catar y su esposa, Mozah Bint Nasser.

Al acto asistieron el presidente del FC Barcelona, Sandro Rosell, y el ex futbolista del Real Madrid y la selección española Fernando Hierro.

El Monarca ha señalado que la visita del emir de Catar y su esposa es una gran ocasión para estimular que los empresarios y agentes económicos de los dos países "ahonden en su conocimiento mutuo y tracen nuevos planes de colaboración".

Las autoridades de España y Catar tienen el mayor interés en fomentar proyectos empresariales y la inversión recíproca, que a buen seguro redundarán en beneficio de ambos pueblos, ha resaltado Don Juan Carlos.

No sólo la historia explica el mutuo interés en el fomento de las relaciones entre Catar y España, sino que también el presente y el futuro proporcionan numerosas razones para su mayor desarrollo, ha indicado el Rey.

Don Juan Carlos ha destacado la apuesta de Catar por la modernidad, así como su intenso desarrollo económico y social, sin basarse exclusivamente en las riquezas petrolíferas del país.

El Monarca también ha puesto de relieve el fuerte crecimiento económico que ha experimentado España en las últimas décadas, con empresas punteras en importantes sectores, desde las infraestructuras y los transportes, hasta las telecomunicaciones y las energías renovables.

En su intervención, el emir de Catar, que completa esta noche la primera jornada de su visita de Estado, ha aludido a la importante transición que viven los pueblos árabes en la actualidad, que tiene sus responsabilidades y consecuencias, sus esperanzas y aspiraciones.

Por ello, ha resaltado la importancia de la visita y el encuentro con los Reyes de España en estos tiempos, ya que vivieron una experiencia relevante en el camino a la libertad, la democracia y la paz social.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, acompañado de su esposa, Sonsoles Espinosa, encabezaba en esta cena la representación del Gobierno, de la que formaban parte la vicepresidenta económica, Elena Salgado, la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, y el titular de Fomento, José Blanco. También figuraban entre los invitados el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, los presidentes de los principales bancos, como el Santander, Emilio Botín, o el del BBVA, Francisco González, junto a representantes de las empresas españolas más importantes.

miércoles, 23 de febrero de 2011

La vacuna del 23-F

S.M. el Rey llama al orden a los militares en la noche del 23-F

Lo más estimulante que se puede decir del 23-F es que es difícil que la historia se repita. Con la perspectiva de los años, aquel atraco de opereta ha quedado como una farsa aislada, que remedaba los pronunciamientos de los espadones isabelinos. El hambre de normalidad democrática de los españoles metabolizó aquel brote anacrónico y hoy lo estudiamos como una curiosidad arqueológica. La intentona de Tejero y Miláns duró apenas unas horas –desde las 6.30 de la tarde del 23 al mediodía del 24–, pero ha dado origen a numerosas conjeturas y enigmas. El más importante es lo que podríamos calificar de la X del golpe. Son sobradamente conocidos el clima previo –el recelo de parte de la cúpula militar ante el diseño autonómico– y el detonante –la crisis económica, el zarpazo del terrorismo, la debilidad del Gobierno de Suárez–. Se daba por hecho, incluso en ambientes políticos, que la solución pasaba por un Gobierno de concentración presidido por un militar. Pero, a la hora de esclarecer quién fue el cerebro, se multiplican las preguntas. Nos referimos, claro está, a la verdad real, no a la verdad judicial que se sustanció con un proceso que deja regusto a impunidad.

Conjeturas que alimentan las manifestaciones del ex general Alfonso Armada, uno de los supuestos elefantes blancos, el espadón que iba a encabezar el Gobierno de concentración, como un De Gaulle de pacotilla. Ayer mismo volvió a su recurrente discurso intoxicador al insinuar que el Rey estaba al corriente. Su palabra frente al cúmulo de evidencias de que el ex tutor del Monarca utilizó su nombre; su palabra frente a testimonios contundentes y coincidentes; su palabra frente a Francisco Laína, que se hizo cargo del Gobierno provisional, y que, como ha contado a LA GACETA : “El Rey fue el primero que me advirtió de que Armada estaba en esto hasta las cejas”. El propio ex general incurre en contradicciones. Durante años ha dicho que no se arrepentía de nada y, sin embargo, en 1984 habló de “un gran error, peor que un crimen” en una carta que ha publicado LA GACETA.

Treinta años después, cabe extraer tres consecuencias paradójicamente positivas. El 23-F sirvió, en primer lugar, para cribar de reliquias involucionistas a las Fuerzas Armadas, en una suerte de vacuna que las modernizo y fijó definitivamente el papel que les reserva la Constitución. En segundo lugar, supuso el espaldarazo para la Monarquía, ya que el papel jugado por Don Juan Carlos para imponer su autoridad de jefe supremo de las Fuerzas Armadas fue decisivo para hacer abortar la intentona golpista y le dio un plus de autoridad moral y prestigio internacional. Finalmente, el 23-F contribuyó a hacer expedito el paso por la izquierda que precisaba la recién nacida democracia. Sólo año y medio después se hacía efectiva la alternancia, con la llegada del Partido Socialista al Gobierno, que cosechó el récord histórico de 10 millones de votos. Otra cosa es que los socialistas malbarataran lamentablemente la oportunidad. Si bien modernizaron España con el ingreso en la OTAN y en la Unión Europea, traicionaron los principios democráticos con la corrupción y el crimen de Estado. El zapaterismo ha sido el patético estrambote del fraude felipista, y ha llegado a amenazar el legado de concordia conseguido en la Transición. Y esto ya no es una curiosidad arqueológica.



Se cumplen 30 años del golpe de Estado en España: el 23-F

"¡Quieto todo el mundo!" gritó el coronel Tejero en el Congreso antes de disparar. Aquella intentona de dinamitar la democracia dejó enganchado a la radio a un país entero          




Fue la noche de los transistores. España entera enganchada a la radio para seguir lo que acontecía en el Congreso. El 23 de febrero de 1981 un grupo de miembros de la Guardia Civilcon Tejero al mando, entraban en el hemiciclo pistola en mano mientras se votaba la investidura de Calvo-Sotelo. Empezaba, con dos años de retraso, la Operación Galaxia.

Al grito de "¡Todo el mundo al suelo!" el teniente Coronel amedrentó a todos los que se encontraban en el Congreso... a todos menos a dos. El general Guitérrez Mellado y el presidente saliente Adolfo Suárez se enfrentaron valientemente a los ocupantes. Eran las 18.25 horas, la tarde prometía ser muy larga... Y es que mientras el Congreso permanecía sitiado el Capitán Milans del Bosch sacaba los tanques a las calles de Valencia. Pero de nada serviría. Ya de madrugada, el Rey don Juan Carlos aparecía en la televisión para hacer pública su negativa al golpe militar. Punto final. Sus palabras, y también las del president de la Generalitat, Jordi Pujol, pidiendo "serenidad" tranquilizaban a una población que había seguido con mucha incertidumbre y miedo los sucesos acaecidos en el hemiciclo. También Europa respiró tranquila tras la intervención del monarca.


Testigos de excepción

Pero si los españoles supimos qué sucedió en el Congreso aquel ya mítico 23-F fue en gran parte gracias a la grabación de un cámara de TVE que filmó los primeros momentos del suceso. También los dos periodistas que retransmitían para la cadena SER la sesión de investidura se convirtieron en testigos para la historia y dos fotógrafos de la agencia EFE tiraron fotografías "sin cesar" de un acontecimiento que siguieron a través del visor de su cámara.


Las imágenes de los momentos inmediatamente después de darse por finalizado el golpe tampoco tuvieron desperdicio: guardias civiles saliendo por las ventanas del Congreso, Tejero entre el tumulto, los diputados abandonado el hemiciclo, etc. Y tras la ocupación, el aspecto en el que había quedado el Congreso era desolador: impactos de bala, despachos forzados...

La cabeza visible del intento de golpe de Estado, Tejero, fue detenido en una de las dependencias de la Benemérita minutos después de haberse entregado a su superior, el general Aramburu. Más tarde, los padres del coronel confesaban: "Sólo pensamos en morirnos". 

Y poco a poco se iban conociendo más detalles de aquel 23-F: igual que había pasado en la calle, en el interior del Congreso un pequeño transistor había servido para informarse de lo que sucedía en el exterior. España pegada a la radio.


El Rey, al alza

Tras el suceso, todo el mundo coincidió en que la figura del Rey quedó reforzada. Los diputados elogiaronla actitud del monarca e incluso el entonces presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, felicitó a Su Majestad por teléfono. También Londres y París celebraron la firmeza de don Juan Carlos.



Tres hombres, tres destinos

Los hombres del bigote: Antonio Tejero, Milans del Bosch y Alfonso Armada fueron llevados inmediatamente a juicio y condendos a 30 años de prisión por el Tribunal Supremo. Armada consiguió el indulto debido a su edad en 1988. Tejero se benefició del tercer grado en 1993 y Jaime Milans del Bosch lo obtuvo en 1990 también por ser mayor. Siete años después, en 1997, murió sin arrepentirse del intento golpista.


Por cierto, Leopoldo Calvo-Sotelo fue investido dos días más tarde. Se convirtió en el 74 presidente de España. Triunfó la democracia.

· Consulte el especial 10 años del 23-F




S.M. el Rey, sobre el 23F: "Creo que se conoce todo"

MADRID, 23 (EUROPA PRESS)

El Rey se ha mostrado este miércoles convencido de que ya se conoce toda la verdad sobre la intentona golpista del 23 de febrero de 1981, aunque ha reconocido que todavía hay quien hace lecturas inventadas de lo que ocurrió aquel día. "Creo que sí (se conoce todo lo sucedido), y si no, inventan por ahí", ha respondido el jefe del Estado al ser preguntado por los periodistas en el Congreso.

Homenaje a Adolfo Suárez en el museo sobre su persona en Cebreros

Don Juan Carlos ha hecho esta reflexión a su llegada a la Cámara Baja para asistir, junto con los presidentes del Gobierno y del Congreso, los socialistas José Luis Rodríguez Zapatero y José Bono, a un almuerzo con algunos de los líderes políticos de 1981 con motivo del trigésimo aniversario de la intentona golpista del 23-F. 

El monarca ha destacado que España y los españoles están "mucho mejor" que aquel día. "Esta noche he dormido muy bien, no aquella", ha comentado, antes de recalcar que está "satisfecho" con la evolución del país en estas tres décadas.

GONZÁLEZ, FRAGA, CARRILLO
A la cita promovida por Bono han acudido el entonces presidente del Congreso, Landelino Lavilla, de la extinta Unión de Centro Democrático (UCD); el jefe de la oposición de aquel momento, el expresidente Felipe González (PSOE); el que fuera secretario general del Partido Comunista (PCE), Santiago Carrillo, y los ponentes constitucionales Manuel Fraga Iribarne (entonces en Alianza Popular y hoy presidente fundador del PP y senador) y Miquel Roca (de CiU en su momento y hoy fuera de la política activa). 

También se ha sumado el andalucista Alejandro Rojas Marcos, que en 1981 era portavoz del Grupo Parlamentario Andalucista, y por el contrario a última hora ha comunicado su ausencia, por problemas de salud, el diputado que entonces lideraba al grupo del PNV, Marcos Vizcaya.

El presidente del Congreso indicó hace unos días que también había invitado a Adolfo Suárez Illana para que se sumara en representación de su padre, presidente del Gobierno en 1981 y artífice de la Transición, pero el que fuera candidato del PP a la Junta de Castilla-La Mancha frente a Bono declinó la invitación. 

Bono y Rodríguez Zapatero fueron los encargados de recibir a Don Juan Carlos en el patio de Floridablanca de las dependencias parlamentarias. Después el Rey fue saludando con un abrazo a los protagonistas de 1981 para luego posar todos juntos en una foto de familia. 

FRACASARON Y ESO ES LO IMPORTANTE
A su llegada, Roca comentó que lo importante de este aniversario es que los que intentaron el golpe de 1981 fracasaron mientras que la sociedad española sigue viviendo en democracia: "Aquí estamos y ahí siguen", resumió.

"Salió todo bien, la gente no falló", añadió después el senador Manuel Fraga, quien aseguró no haber temido por su vida aquella tarde noche de 1981. "Les dije (a los guardias) que no pensaba moverme de donde estaba, pero no pasó absolutamente nada", comentó. 

Felipe González, por su parte, se mostró convencido de que aún queda mucho por conocer de aquel episodio "terrible", pero destacó que, por encima de especulaciones, "una cosa era clave: El fiel de la balanza lo inclinaba el jefe del Estado y se inclinó para la parte buena". 

Carrillo dijo tener muchos recuerdos de aquella jornada, "y muy dolorosos" porque pudo terminar la democracia "de muy mala manera". Aun cuando hubiera sido mejor que no se hubiera producido la intentona golpista, cree que por lo menos se puede decir que hoy España sigue en un régimen democrático.

VACUNA CONTRA LOS SALVAPATRIAS
Aquel día fue un "punto de inflexión" y una "vacuna" para la democracia, según apuntó el presidente del Congreso. "Desde entonces se acabaron los salvapatrias", declaró Bono a los periodistas. 

Por la tarde, después del almuerzo, el Congreso de los Diputados acogerá también un acto de reencuentro de los diputados de la Primera Legislatura, que fueron testigos directos en el Hemiciclo del intento frustrado de golpe de Estado, y que tendrán ocasión de rememorar aquél momento y celebrar el fortalecimiento de la democracia, tres décadas después de aquel 23 de febrero.

Fuente: Siglo XXI


S.M. el Rey en el 30º aniversario del 23-F: rey bono zp 23f,jpg«Nos hemos divertido mucho recordando»

Una foto de familia en las escalinatas de la Puerta de los Leones del Congreso de los Diputados puso fin al almuerzo que el Rey compartió este miércoles con los presidentes del Gobierno y de la Cámara Baja, los socialistas José Luis Rodríguez Zapatero y José Bono, y con algunos de los líderes políticos de 1981 con motivo del trigésimo aniversario de la intentona golpista del 23-F.



Así lo ha revelado el Monarca a los periodistas a la salida este almuerzo, promovido por Bono, en el que el Jefe del Estado ha reconocido haberse divertido "mucho" recordando y conversando "de España, del futuro y del pasado". "De todo", ha resumido. 

A la cita han acudido el entonces presidente del Congreso, Landelino Lavilla, de la extinta Unión de Centro Democrático (UCD); el jefe de la oposición de aquel momento, el expresidente Felipe González (PSOE); el que fuera secretario general del Partido Comunista (PCE), Santiago Carrillo, y los ponentes constitucionales Manuel Fraga Iribarne (entonces en Alianza Popular y hoy presidente fundador del PP y senador) y Miquel Roca (de CiU en su momento y hoy fuera de la política activa). 

También se ha sumado el andalucista Alejandro Rojas Marcos, que en 1981 era portavoz del Grupo Parlamentario Andalucista, y por el contrario a última hora ha comunicado su ausencia, por problemas de salud, el diputado que entonces lideraba al grupo del PNV, Marcos Vizcaya. 

El almuerzo ha consistido en una ensalada de verduras con perdiz escabechada, lomo de lubina al horno, fruta preparada con zumo de naranja y sorbete de albaricoque. A su salida, todos los asistentes portaban las actas oficiales del Congreso de aquel 23-F que el propio Bono les había regalado, como ya hizo hace dos años con los periodistas que vivieron aquella noche en el hemiciclo. 

Tras este encuentro, que se ha prolongado durante más de dos horas, todos ellos se han dirigido a las escalinatas del Congreso de los Diputados, a las que han accedido por la Puerta de los Leones, que ha abierto sus puertas para la ocasión. 

Para la foto, el Rey ha pedido que pusieran delante de él a Fraga, que se desplaza en silla de ruedas, y tras la misma Don Juan Carlos se ha ido despidiendo uno a uno de todos ellos, mostrándose especialmente cariñoso con el propio presidente fundador del PP y con Carrillo, a los que abrazó efusivamente. 

Minutos más tarde, Bono y Zapatero han acompañado al Rey hasta el coche oficial mientras que el resto de invitados se ha dirigido al interior del Palacio del Congreso para asistir al acto de reencuentro de los diputados de la Primera Legislatura, que fueron testigos directos en el Hemiciclo del intento frustrado de golpe de Estado, y que tendrán ocasión de rememorar aquel momento y celebrar el fortalecimiento de la democracia, tres décadas después de aquel 23 de febrero.   

Fuente: La Razón


La Corona y el Ejército, los más valorados treinta años después


Don Juan Carlos a Milans del Bosch: «Juro que ni abdicaré la Corona ni abandonaré España». El Congreso hace público el télex que el Rey envió al general sublevado la noche del golpe


MADRID- Treinta años ha habido que esperar para conocer el contenido de algunos documentos secretos sobre el 23-F  guardados en la caja fuerte del Congreso de los Diputados. Si el domingo LA RAZÓN desveló la entraña del acta redactada por los secretarios de la Mesa Víctor Manuel Carrascal Felgueroso, Leopoldo Torres, Soledad Becerril y José Bono sobre el relato de las 18 horas y 52 minutos más convulsas de la reciente historia de España, junto al inventario de desperfectos que los militares causaron en el Palacio y el listado de bebidas y comida que consumieron, ayer la Cámara Baja autorizaba la consulta de un nuevo documento hasta ahora inédito. Hablamos del télex que el Rey envió la madrugada del 24 de febrero al capitán general Milans del Posch en el que le advertía de las consecuencias de aquella sublevación que a punto estuvo de acabar con nuestra entonces incipiente democracia. «Quien se subleve estará dispuesto a provocar una nueva guerra civil y será reponsable de ello», alertó Don Juan Carlos.


La literalidad completa de aquel télex figura en la transcripción taquigráfica de la comparecencia secreta celebrada ante el pleno del Congreso el 17 de marzo de 1981 por parte del entonces ministro de Defensa, Alberto Oliart, para informar de la intentona golpista. Se da la circunstancia de que aquel Oliart, hoy presidente de la Corporación RTVE, comparecía ayer en el Parlamento para dar cuenta de su gestión en la televisión pública mientras el  acta taquigráfica se hacía pública. El entonces ministro de Defensa hizo ante el pleno una reseña de varios momentos clave que explicaban los motivos por los que fracasó el golpe,y que él atribuyó en buena parte a las intervenciones «decisivas» del Rey, a su «rapidez de reflejos» y a su «firmeza para mantener el orden constitucional».

El télex fue enviado a las dos y media de la madrugada y constaba de de cinco puntos. El más contundente, en el que Don Juan Carlos exhorta a Milans: «Juro que ni abdicaré la Corona ni abandonaré España. Quien se subleve estará dispuesto a provocar una guerra civil y será responsable de ello». En la misma comunicación, que se produjo minutos después del mensaje de Don Juan Carlos en televisión, el Monarca ratificó su «rotunda decisión de mantener el orden constitucional dentro de la legalidad vigente», y añadió: «Después de este mensaje ya no puedo volverme atrás». El legajo  incluye la ya conocida frase de que «cualquier golpe de Estado no podrá escudarse con el Rey, es contra el Rey». Y añade de forma solemne: «Hoy más que nunca estoy dispuesto a cumplir el juramento a la bandera». Así las cosas, Don Juan Carlos ordena primero al general sublevado retirar las tropas y anular el manifiesto con el que impuso el toque de queda en Valencia y le señala, después, que aunque no duda del «amor a España de mis generales» le conmina «por España primero y por la Corona después» a obedecerle. Aún le daría una orden más concreta:  «Te ordeno que digas a Tejero que deponga su actitud».



Indicios de una conspiración
Alberto Oliart expuso a los mismos diputados que veinte días antes habían sido secuestrados por Tejero y 200 guardias civiles que los servicios de información no habían podido anticipar la intentona porque sus autores «antepusieron la seguridad a la eficacia». Pero admite que desde algún tiempo el Gobierno disponía de «indicios» de una «conspiración», aunque no de datos concretos para vaticinar que iba a ocurrir de aquella manera. Precisamente, estas afirmaciones son las que más preguntas de los diputados suscitaron en el turno posterior a su discurso, también recogidos en el acta. De este modo Oliart les apuntó, por ejemplo, que Tejero –que previamente había sido condenado por su implicación en la «operación Galaxia»– no estaba sometido a vigilancia porque no tenía fuerza a su cargo. Y también negó disponer de datos fiables sobre dos asuntos: la posible relación de los golpistas con el entonces presidente de EE UU, Ronald Reagan «o su equipo» y qué políticos y partidos iban a formar el Gobierno que el general Alfonso Armada propuso a Tejero constituir para solucionar la crisis.

Oliart consideró en aquella comparecencia que los golpistas «partieron de la convicción gratuita» de que tras el asalto al Congreso  «se produciría una reacción en cadena» en las Fuerzas Armadas y las Fuerzas de Seguridad del Estado. Y remarcó que no contaron con la «enérgica e inequívoca actitud del Rey, que destruyó el efecto causado en un primer momento por la utilización del nombre de Su Majestad de forma dolosa». En este sentido, dije que el teniente general Milans del Bosch anunció a otros mandos un «acto de fuerza» del que «tiene constancia el Rey».



Una Junta Militar presidida por Milans
Dentro del relato de Oliart ante el pleno aparece como un momento clave cuando Armada acude al Congreso para negociar con Tejero y le propone un Gobierno presidido por él y formado por representantes de los partidos. Tejero se opone y  aboga por una Junta Militar presidida por Milans del Bosch, quien sin embargo le comunica por teléfono que «no quiere ser protagonista de nada» y le dice a Tejero que obedezca a Armada. Alberto Oliart sitúa el fracaso del golpe a las 01:23 de la madrugada del día 24, justo después del mensaje televisado del Rey.

Fuente: La Razón


S.M. el Rey: «Estamos mucho mejor que hace 30 años»


El Rey Don Juan Carlos ha asegurado hoy, durante el almuerzo que ha mantenido con los líderes políticos más destacados de 1981, que cuando recuerda el 23-F piensa que ahora en España "estamos mucho mejor" que hace treinta años, cuando se produjo la intentona golpista, y ha bromeado al afirmar que esta noche pasada, a diferencia de aquella larga madrugada, ha dormido "muy bien".

Don Juan Carlos, a su llegada al Congreso, ha dicho que se sentía muy satisfecho con la evolución de España en estas tres décadas. A preguntas de los periodistas, flanqueado por el presidente del Gobierno y el presidente del Congreso, ha asegurado creer que ya se conoce toda la verdad sobre la trama golpista "si no la inventan por ahí", ha precisado. Al término de la comida, el Monarca ha asegurado que durante el encuentro se han "divertido mucho" intercambiando sus recuerdos del pasado, hablando "de España" y también del futuro.
Del mismo modo, el monarca ha sido cuestionado por cómo se presenta el futuro, y Don Juan Carlosha dicho que "muy bien", pero cuando una periodista le ha planteado "¿para otros treinta años?" ha contestado con buen humor, muy sonriente: "Yo ya no lo veré, seguramente".

Los comensales han degustado ensalada de verduras con perdiz escabechada, lomo de lubina al horno, fruta preparada con zumo de naranja y sorbete de albaricoque, un menú que al Rey le ha parecido "muy bueno".

Al almuerzo en el Congreso han asistido, junto al Rey, el jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; el presidente del Congreso, José Bono; el presidente de la Cámara Baja durante la intentona de golpe, Landelino Lavilla; y el ex presidente Felipe González. También han estado presentes los ponentes constitucionales Manuel Fraga Iribarne y Miquel Roca; el entonces secretario general del Partido Comunista, Santiago Carrillo; y Alejandro Rojas Marcos, en aquel momento, portavoz del Partido Andalucista en el Congreso.

Tras el almuerzo, los políticos se han dirigido a los escaños del Congreso, donde el presidente del Gobierno y el líder de la oposición, han compartido flashes en los lugares reservados a los miembros del Ejecutivo mientras recordaban el intento de golpe de Estado de hace exactamente treinta años. 

Ambos estaban sentados en la franja central de la bancada azul, separados por el escaño que había dejado libre el presidente de la Cámara, José Bono, para pronunciar su discurso desde la tribuna, en el que exhortó a los actuales parlamentarios a "llevarse lo mejor posible". El hemiciclo estaba repleto de diputados, y de quienes lo eran en aquella primera legislatura, en el momento en el que se celebraba la sesión de investidura de Leopoldo Calvo-Sotelo.

Bono evoca la solidaridad parlamentaria

Ante ellos, Bono evocó el afecto y la solidaridad que presidió las relaciones entre los diputados durante las horas que duró el intento de golpe de Estado, después de las cuales los ataques inmisericordes y despiadados no cabían entre ellos, y pidió que no transcurran otros treinta años antes de aplicar la benéfica lección de llevarse lo mejor posible. Además de Rodríguez Zapatero y Rajoy, en los bancos del Gobierno estaban los ponentes constitucionales Miquel Roca y Manuel Fraga, y los portavoces de aquel momento, entre ellos Santiago Carrillo, sentado junto al actual presidente fundador del PP. Ocupaban también la primera fila de escaños los miembros de la Mesa del Congreso y el secretario general de la Cámara, y como entonces, público, periodistas y trabajadores del Congreso en las tribunas y en los accesos.

Bono ha querido hacer hoy justicia con el ex presidente del Gobierno Adolfo Suárez y ha rememorado las críticas "inmisericordes, absolutamente horribles" que recibió antes del 23-F de sus adversarios, entre los que se ha incluido, de la prensa y de sus amigos. Bono ha advertido que había medido sus palabras mientras preparaba el texto, ha definido la figura de Adolfo Suárez, "tan criticada", como "la principal" de aquella época.
Ha sonado entonces la primera ovación desde los escaños, una reacción que, en opinión del presidente del Congreso, le habría encantado a Suárez: "Ojalá se le pudiera hacer llegar el cerrado aplauso de los militares, del jefe del Estado mayor de la Defensa", ha dicho mirando hacia la tribuna de invitados, donde se sentaban hoy los uniformados.

«Suárez merece el mejor de los aplausos»

En opinión de Bono, "la entereza y el aplomo" de Suárez en las horas decisivas del 23-F le otorgaron para siempre el respeto de todos los españoles. "Pocas personas han llegado a conectar en la historia de España con tanta adhesión social como la que hoy tiene Adolfo Suárez; y pocas personas podrán exhibir el cambio que se ha producido desde esta situación actual a aquellas críticas inmisericordes, absolutamente horribles que recibió de nosotros, sus adversarios, de la prensa, y de ustedes, sus amigos", ha dicho mirando hacia la bancada donde en 1981 se sentaba la UCD y hoy el PP.













Bono ha considerado que era de justicia rendir este homenaje al expresidente y poner en valor a una persona que "no puede defenderse, que no puede hablar. Hoy, ha dicho, Suarez merecía "el mejor de los aplausos de la tarde. Y lo ha recibido".

En varias ocasiones, mientras escuchaban las anécdotas recordadas por Bono, el presidente del Gobierno y el líder de la oposición intercambiaron comentarios salvando el escaño que les separaba. Concluida la intervención de Bono, todos atravesaron el salón de pasos perdidos para salir por la Puerta de los Leones a la escalera principal de la Carrera de San Jerónimo para colocarse en una imagen para la posteridad. En esa imagen, de nuevo en el centro, José Bono flanqueado por José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, y a ambos lados y por detrás, los demás protagonistas del 23 de febrero de 1981. 

Fuente: ABC