domingo, 11 de diciembre de 2011

Urdangarín cede a las presiones del Rey para salvar la imagen de la Corona

José L. Lobo 11/12/2011  (06:00h)


Urdangarín cede a las presiones del Rey para tratar de salvar a la Corona
Iñaki Urdangarín ha vuelto a dar la cara. Presionado por el Rey y acorralado por la avalancha de informaciones periodísticas sobre su supuesto enriquecimiento ilícito, el yerno de Don Juan Carlos lamentó ayer públicamente el "grave perjuicio" causado a su familia y a la Casa Real con sus "actuaciones profesionales". Si hace un mes se limitó a defender su "honorabilidad e inocencia", esta vez el duque de Palma ha tratado de salvar la imagen de la Corona desvinculándola de sus negocios, pero sin admitir la menor irregularidad durante su etapa al frente del Instituto Nóos.


Al igual que hiciera el pasado 11 de noviembre, Urdangarín se puso ayer en contacto con la delegación de la agencia Efe en Washington para romper por segunda vez su silencio. "Ante la acumulación de informaciones y comentarios aparecidos en los medios de comunicación relativos a mis actuaciones profesionales", afirma el marido de la infanta Cristina de Borbón, "deseo puntualizar que lamento profundamente que los mismos estén causando un grave perjuicio a la imagen de mi familia y de la Casa de Su Majestad el Rey, que nada tienen que ver con mis actividades privadas".

Asesorado por su recién nombrado abogado defensor, Mario Pascual Vives, Urdangarín pone buen cuidado en aclarar que ese "grave perjuicio" no lo ha provocado ni su presunta apropiación de fondos públicos ni el supuesto desvío de ese dinero al entramado empresarial controlado por él mismo y su socio, Diego Torres, en dos de cuyas sociedades figura la infanta Cristina. Antes al contrario, el yerno del Rey sostiene que son las revelaciones periodísticas, y no las investigaciones del juez José Castro y la Fiscalía Anticorrupción, las que están dañando la imagen de la institución monárquica.

La credibilidad de la Corona, bajo mínimos

Pero, en cualquier caso, han sido las intensas presiones del Rey las que han empujado a Urdangarín a dar la cara para tratar de rescatar la credibilidad de la Corona, bajo mínimos desde que estalló el escándalo de sus oscuros negocios. Como reveló El Confidencial, el duque de Palma viajó a Madrid el pasado 11 de noviembre -el mismo día en que hizo público su primer comunicado- para reunirse en secreto con Don Juan Carlos en el palacio de La Zarzuela. El monarca llamó a capítulo a su yerno para que exculpe a la infanta Cristina cuando sea citado a declarar y, sobre todo, para evitar que la investigación judicial sobre sus negocios comprometa a la Corona.

Lo que Urdangarín no aclaró ayer con sus escuetas declaraciones es cuál será a partir de ahora su situación en la Familia Real. La propia Casa Real alimentó esta misma semana la confusión al revelar que sólo los Reyes, los Príncipes de Asturias y las hijas de éstos formarían parte en el futuro inmediato de la Familia Real y desdecirse veinticuatro horas más tarde. Lo que se da por seguro es que Urdangarín, que será citado a declarar como imputado en las próximas semanas, no volverá a representar a la Corona en ningún acto oficial. La última vez que lo hizo fue el pasado 12 de octubre, cuando asistió en Madrid a los actos del Día de la Fiesta Nacional.

Con su declaración de ayer a la delegación de Efe en Washington -donde reside con su familia desde 2009-, Urdangarín da a entender que no habrá nuevos comunicados en el futuro. Al menos no directamente. El duque de Palma señala que el abogado barcelonés Pascual Vives será a partir de ahora "la persona autorizada a hablar en mi nombre".





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