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domingo, 26 de mayo de 2013

Promesa de futuro


Aunque nueve años no es una cifra redonda, de esas que suelen celebrarse con grandes fiestas y alharacas, el que los Príncipes de Asturias hayan alcanzado ya ese tiempo de casados es un acontecimiento reseñable y el que su Casa siga reinando es de agradecer y valorar. El anuncio de su compromiso y su posterior boda el 22 de mayo de 2004 levantó no pocos comentarios respecto a la idoneidad de la novia para ostentar la corona principesca y la posterior real cuando Su Majestad fallezca o abdique. Los posteriores nacimientos de las dos Infantas propiciaron cierto debate que ha pasado a un segundo plano respecto a la necesidad o no de cambiar el orden sucesorio de la Corona igualando los derechos a ésta independientemente de su sexo. Pero lo cierto es que, de momento, no ha habido nuevos embarazos de Doña Letizia, por lo que –si sigue así– y aunque dudo que yo lo vea, tendremos Reina Leonor en un futuro, que tendrá que medirse con sus antecesoras, las dos Isabeles. 

La apretada agenda de los Príncipes de Asturias, demostración palpable de que en esa casa se trabaja, mal que les pese a quienes pretenden propagar el anticuado bulo de que la realeza se entrega al «dolce far niente», se ha visto incrementada notablemente a raíz de los diversos problemas de salud de Don Juan Carlos. El Príncipe demuestra día a día lo que su padre proclamó en su larga entrevista concedida a Jesús Hermida: que está sobradamente preparado. 

La Princesa, por su parte, estoy seguro de que habrá tenido que hacer en estos años múltiples esfuerzos de adaptación a un medio que no era el suyo natural. Vamos, que no era una auténtica «profesional» de la realeza como –en palabras de Pilar Urbano– sí lo es la Reina, Doña Sofía, nacida en las gradas del trono heleno. El desparpajo de la periodista ha tenido que mudarse en el recato de la princesa, aunque no cabe duda de que su facilidad de palabra la ayuda y la seguirá ayudando para algunos de los cometidos de una Princesa de Asturias. La pareja se halla además fuera de todo el desagradable circuito de dimes y diretes que ha enfangado últimamente a la Infanta Doña Cristina y a su consorte. 

Qué duda cabe de que eso es un valor a conservar y de ellos depende que así sea. Es no sólo conveniente sino necesario que nuestra promesa de futuro siga limpia y mirando hacia delante para afianzar la permanencia de esta vieja y a la vez joven Monarquía.

jueves, 1 de marzo de 2012

La Asociación Monárquica Europea lamenta los ataques a la Corona por el “caso Urdangarín”

Las banderas anticonstitucionales y separatistas no suponen la libertad, unidad y estabilidad institucional y política que representa la Monarquía

Madrid, 29 de febrero de 2012. La Asociación Monárquica Europea (AME) lamenta el circo montado entorno al “caso Urdangarín” y el linchamiento y acoso mediático que algunos medios y formaciones políticas minoritarias y de extrema izquierda principalmente, han puesto en marcha contra la Monarquía.

Lo que en cualquier país democrático avanzado, la imputación y posible procesamiento del yerno del soberano reinante sería una muestra de independencia judicial y de la igualdad de todos ante al Justicia, en España lo ocurrido por este caso demuestra que todavía nos queda camino por recorrer para equipararnos a democracias como Gran Bretaña, Holanda o Suecia. Porque es la Justicia quien ha de determinar la culpabilidad o no del Sr. Urdangarín y no la opinión pública o determinados periodistas y medios de comunicación.

Para la AME, no sólo es vergonzante el juicio paralelo al que está sometido Iñaki Urdangarín donde sin matices se ignora su presunción de inocencia, sino que es escandalosa la campaña mediática antimonárquica desatada aprovechando el caso, donde se ataca sin pudor, de modo bochornoso y arbitrario a la Corona, que es una institución modélica que ha permitido alcanzar a nuestro país niveles de progreso a los que nunca antes había llegado, a través de un escrupuloso ejercicio de su papel constitucional.

Es lamentable que a estas alturas todavía los españoles tengan que asistir a espectáculos como los vividos estas últimas semanas y días en los que al abrigo de la democracia, que la Monarquía contribuyó tan decisivamente a traer, se vean banderas anticonstitucionales y separatistas que no es casual, son totalmente lo opuesto a lo que representa la Monarquía, garantía de libertad, unidad y estabilidad institucional y política, además de fuente de enorme prestigio internacional.

Afortunadamente, el perfecto funcionamiento de la Corona y la impecable labor del Rey y del Príncipe de Asturias, garantía de futuro, gozan del apoyo mayoritario de los ciudadanos a pesar de quienes pretenden de manera torticera, interesada e irresponsable desgastar y desprestigiar a la Monarquía que es la más alta y ejemplar institución del Estado.


Asociación Monárquica Europea
Secretaría de Comunicación





miércoles, 28 de diciembre de 2011

S.A.R. el Príncipe Don Felipe como ejemplo

por C. Sánchez-Vicente 


La inmensa mayoría de los servidores públicos 
no va a forrarse, sino a servir.

Tras una ovación, posiblemente la más larga y cerrada que ha recibido en el Congreso desde el 23-F, el Rey se dejó ver y querer ayer en los corrillos junto con el Príncipe de Asturias, citado por Don Juan Carlos como ejemplo de lo que sí debe ser y parecer cualquiera que vista un cargo institucional en los discursos de las dos grandes solemnidades que han coincidido en estas fechas, Nochebuena y la Apertura de la Legislatura. Su llamamiento a no generalizar a todos los servidores públicos, la escasa ejemplaridad de los saqueadores o de los aprovechateguis fue más que oportuno. Sonó, o así me lo pareció a mí, a venda preventiva de la herida del caso Urdangarín; pero tiene razón.

En los casi 30 años que llevo haciendo información política he tenido ocasión de comprobar que la inmensa mayoría de los servidores públicos de nuestro país no va a forrarse ni a servirse, sino a servir, vaya esto por delante. La inmensísima mayoría. El reproche que, en mi opinión, cabe hacerle a Don Juan Carlos, en este caso, es que ha tardado más de lo deseable en defenestrar familiarmente a su yerno y dejarle al pairo de lo que decidan los Tribunales; dos cosas que debía hacer y que en Nochebuena y ayer ha hecho, poniendo como ejemplo a seguir el que tiene en su casa: la honradez y la actitud del Príncipe Felipe.

En el cesto de la cosa pública hay, sin duda, más manzanas podridas de las deseables; el corporativismo es lo que retrasa habitualmente el momento de tirarlas al cubo de la basura.
Urdangarín, el Duque consorte de Doña Cristina, todavía no sabemos si reúne méritos para figurar en la casilla de los saqueadores: los jueces dirán, y, hasta entonces, que le ampare, como a cualquier otro ciudadano, la presunción de inocencia. En la de los aprovechateguis, sin embargo, figura, me temo, desde hace años, más de los que debiera, y por derecho.

Fuente: La Gaceta