A diferencia del año pasado, esta vez el mensaje navideño de S.M. el Rey ha tenido un contenido de mayor calado, auqnue se limitó básicamente a tres cuestiones:
"Un año 2008 intenso en acontecimientos, del que quisiera detenerme en tres asuntos de especial relieve, como son el Treinta Aniversario de la Constitución; la lucha contra el terrorismo; y la crisis financiera y económica generalizada que atravesamos."
Nunca está de más enfatizar que gracias a nuestra Constitución, "España ha vivido por primera vez treinta años de democracia plena, que coinciden con los de mayor progreso y modernización en nuestra Historia", un hecho que demasiados políticos pasan por alto -intencionadamente- para crispar a la población y exigir una reforma constitucional que ni interesa a la mayoría del pueblo ni es necesaria. "Por eso," -sigue el Monarca- "estos treinta años de Constitución deben servirnos, no sólo para felicitarnos por lo mucho conseguido, sino sobre todo para llenarnos de energía y de confianza en nuestra capacidad de presente y de futuro para seguir avanzando como gran Nación." Estos apuntes, que S.M. el Rey hace todos los años, son importantes, porque la Constitución se redactó precisamente por el deseo del Rey de democratizar España y dar al país un marco legal que garantice estabilidad y continuidad. Él mismo se considera, no en vano, guardián de la Constitución, mientras que bastantes políticos, a pesar de haber jurado filedidad a la Constitución, sólo piensan cómo pueden acabar con ella y eluden su aplicación en todo el territorio nacional.
Es precisamente esa "capacidad para resolver problemas y alcanzar nuevos objetivos con sentido de Estado. Para engrandecer y rejuvenecer día a día nuestra vida colectiva, llenando el corazón de nuevas esperanzas a todos los españoles, mediante planteamientos integradores y solidarios." Una capacidad que la clase política actual parece haber perdido, por lo que S.M. el Rey hace bien en recordar de lo que fueron capaces al redactar la Constitución. En este sentido hace un llamamiento a que "debemos promover una cultura política de ilusión, unidad y responsabilidad, que despierte en todos, jóvenes y mayores, un renovado interés por los asuntos públicos, favoreciendo el mejor conocimiento de lo que nuestra Constitución representa para nuestra convivencia y nuestras vidas", pues no hay que olvidar que tenemos
"Una Constitución que, construida sobre la concordia y el consenso, el respeto mutuo y la tolerancia, recoge las mejores conquistas de toda democracia avanzada, articula nuestra diversidad territorial, y asegura nuestra estabilidad y progreso.
Sus reglas, valores y principios, son hoy nuestra principal fuente de fortaleza como Nación moderna, unida, solidaria y diversa, pues a todos nos guían y amparan para seguir avanzando en paz hacia nuevas metas."
Después de enumerar los altos valores de la Carta Magna española, el Rey pasó a hacer mención, como prácticamente todos los años, del problemna del terrorismo, que no puede tener cabida en una sociedad democrática, libre y plural como la española, que de forma masiva rechaza su existencia y condena sus actos, y así recordó que "vienen especialmente a mi memoria en estas fechas navideñas los nombres de todas y cada una de las víctimas del terrorismo, cuyos familiares están marcados por un dolor que en estas horas siempre rebrota con profundidad e indignación."
El terrorismo sólo sigue teniendo relevancia en la política nacional por dejación de los que nos gobiernan, por haber ayudado a la banda terrorista y sus brazos políticos para reafirmarse en sus propósitos y llevar a cabo unas "negociaciones" sin legitimidad alguna, por la mera acción violenta e intimidadora que ha hecho que el algunas provincias españolas no se pueda vivir en plena libertad y sin poder expresar libremente las opiniones por tener que temer ser perseguido y amenazado por los que no aceptan el orden constitucional. La Familia Real siempre ha estado al lado de las víctimas del terrorismo, como es lógico y natural, pero no está en sus manos tomar las medidas para evitar futuras desgracias. Eso sí, S.M. el Rey siempre cumple con su deber de recordar a las autoridades de turno que hagan todo lo posible por resolver esta situación anormal.
Después de agradecer a "las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, a nuestras autoridades policiales y judiciales, así como a las de Francia," los importantes esfuerzos hechos para acabar con el terrorismo, dijo estar "convencido de que, con unidad, voluntad y determinación, el final del terrorismo estará cada vez más cerca."
Y, finalmente, se refirió a la crisis económica manifestando que "más allá de la frialdad de las cifras, me preocupan muy especialmente las numerosas personas que en nuestro país han perdido su empleo. Me preocupan sus familiares y tantos jóvenes que no encuentran trabajo. También cuantos ven amenazados o truncados sus proyectos y aspiraciones", aunque no esté en manos del Rey remediar esta situación, sino del ejecutivo y de las empresas, una crisis de dimensiones internacionales que hace necesarios "los esfuerzos de nuestras autoridades nacionales, europeas e internacionales por corregir desajustes y adoptar medidas que, con el diálogo y la colaboración de nuestros agentes económicos y sociales, deben centrarse en recuperar la confianza, en respaldar la actividad diaria de nuestro tejido productivo, y llegar a nuestras familias y ciudadanos".
En relación con esto recuerda que los objetivos a alcanzar "requieren del concurso y del empeño del conjunto de nuestras fuerzas políticas, económicas y sociales"porque "juntos podremos vencer problemas y dificultades si actuamos con realismo, rigor, ética y mucho esfuerzo, anteponiendo siempre el interés general sobre el particular, buscando acuerdos y soluciones con generosidad, responsabilidad y amplitud de miras".
Esta cooperación entre todos realmente no existe en el ámbito político, sobre todo cuando el gobierno socialista se dedica más a poner todo tipo de trabas a aquellas comunidades autónomas que están gobernados por el Partido Popular, donde sí se hacen muchos más esfuerzos por consolidar medidas que garanticen estabilidad y crecimiento de la economía y del empleo.
Es la inteligencia que falta a algunos y que anteponen intereses de partido o de tipo ideológico, pues acierta el Rey al decir que "despleguemos con inteligencia y tesón nuestra bien probada capacidad de superación, tirando del carro en la misma dirección, aportando cada uno su grano de arena".
Evidentemente, "no hay recetas mágicas. Para volver a crecer de forma sostenible, necesitamos más eficiencia y competitividad, más innovación tecnológica, y elevar la educación y preparación de nuestros jóvenes, cuyo compromiso con la sociedad es un activo insustituible".
Otro punto que preocupa a muchos es que España ha perdido relevancia en el ámbito internacional, "por eso, hoy más que nunca, importa el papel internacional de España, de nuestras instituciones, empresas y profesionales, para asegurar nuestro crecimiento, bienestar y seguridad".
"La acción exterior debe ser lo más consensuada y coordinada posible, dirigida a fortalecer posiciones en la Europa a la que pertenecemos, preparando desde ahora la Presidencia española de la Unión Europea en 2010", algo que el gobierno del señor Rodríguez Zapatero parece olvidar, como también olvida que favorecer lazos con regímenes no precisamente democráticos contraviene los intereses europeos. Miedo me da lo que pueda hacer durante esa presidencia europea en 2010, así que no está mal que el Rey recordara este punto tan importante. En en este contexto resalta titular de la Corona:
S.M. el Rey no se olvida tampoco de mencionar otros temas serios y urgentes:
España es un país que merece el orgullo de sus ciudadanos y cuya trayectoria de los últimos 30 años justifica poder estar "satisfechos de lo que somos, de nuestros esfuerzos, de muchas realizaciones y nuevos éxitos, incluidos los deportivos tan abundantes en este 2008".
Para terminar llama tres veces a la confianza:
El terrorismo sólo sigue teniendo relevancia en la política nacional por dejación de los que nos gobiernan, por haber ayudado a la banda terrorista y sus brazos políticos para reafirmarse en sus propósitos y llevar a cabo unas "negociaciones" sin legitimidad alguna, por la mera acción violenta e intimidadora que ha hecho que el algunas provincias españolas no se pueda vivir en plena libertad y sin poder expresar libremente las opiniones por tener que temer ser perseguido y amenazado por los que no aceptan el orden constitucional. La Familia Real siempre ha estado al lado de las víctimas del terrorismo, como es lógico y natural, pero no está en sus manos tomar las medidas para evitar futuras desgracias. Eso sí, S.M. el Rey siempre cumple con su deber de recordar a las autoridades de turno que hagan todo lo posible por resolver esta situación anormal.
Después de agradecer a "las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, a nuestras autoridades policiales y judiciales, así como a las de Francia," los importantes esfuerzos hechos para acabar con el terrorismo, dijo estar "convencido de que, con unidad, voluntad y determinación, el final del terrorismo estará cada vez más cerca."
Y, finalmente, se refirió a la crisis económica manifestando que "más allá de la frialdad de las cifras, me preocupan muy especialmente las numerosas personas que en nuestro país han perdido su empleo. Me preocupan sus familiares y tantos jóvenes que no encuentran trabajo. También cuantos ven amenazados o truncados sus proyectos y aspiraciones", aunque no esté en manos del Rey remediar esta situación, sino del ejecutivo y de las empresas, una crisis de dimensiones internacionales que hace necesarios "los esfuerzos de nuestras autoridades nacionales, europeas e internacionales por corregir desajustes y adoptar medidas que, con el diálogo y la colaboración de nuestros agentes económicos y sociales, deben centrarse en recuperar la confianza, en respaldar la actividad diaria de nuestro tejido productivo, y llegar a nuestras familias y ciudadanos".
En relación con esto recuerda que los objetivos a alcanzar "requieren del concurso y del empeño del conjunto de nuestras fuerzas políticas, económicas y sociales"porque "juntos podremos vencer problemas y dificultades si actuamos con realismo, rigor, ética y mucho esfuerzo, anteponiendo siempre el interés general sobre el particular, buscando acuerdos y soluciones con generosidad, responsabilidad y amplitud de miras".
Esta cooperación entre todos realmente no existe en el ámbito político, sobre todo cuando el gobierno socialista se dedica más a poner todo tipo de trabas a aquellas comunidades autónomas que están gobernados por el Partido Popular, donde sí se hacen muchos más esfuerzos por consolidar medidas que garanticen estabilidad y crecimiento de la economía y del empleo.
Es la inteligencia que falta a algunos y que anteponen intereses de partido o de tipo ideológico, pues acierta el Rey al decir que "despleguemos con inteligencia y tesón nuestra bien probada capacidad de superación, tirando del carro en la misma dirección, aportando cada uno su grano de arena".
Evidentemente, "no hay recetas mágicas. Para volver a crecer de forma sostenible, necesitamos más eficiencia y competitividad, más innovación tecnológica, y elevar la educación y preparación de nuestros jóvenes, cuyo compromiso con la sociedad es un activo insustituible".
Otro punto que preocupa a muchos es que España ha perdido relevancia en el ámbito internacional, "por eso, hoy más que nunca, importa el papel internacional de España, de nuestras instituciones, empresas y profesionales, para asegurar nuestro crecimiento, bienestar y seguridad".
"La acción exterior debe ser lo más consensuada y coordinada posible, dirigida a fortalecer posiciones en la Europa a la que pertenecemos, preparando desde ahora la Presidencia española de la Unión Europea en 2010", algo que el gobierno del señor Rodríguez Zapatero parece olvidar, como también olvida que favorecer lazos con regímenes no precisamente democráticos contraviene los intereses europeos. Miedo me da lo que pueda hacer durante esa presidencia europea en 2010, así que no está mal que el Rey recordara este punto tan importante. En en este contexto resalta titular de la Corona:
"También debemos dar un nuevo impulso a nuestras relaciones con los Estados Unidos, intensificar nuestros sólidos vínculos con Iberoamérica y con el Mediterráneo, y mantener nuestra proyección en África y Asia, junto a nuestra cooperación con los países menos favorecidos."
S.M. el Rey no se olvida tampoco de mencionar otros temas serios y urgentes:
"Por otro lado, no olvidemos que junto a los progresos que vamos acumulando se plantean situaciones y problemas sensibles que a todos nos incumben y requieren de la dedicación y coordinación de autoridades, instituciones y sociedad civil. Cada año recuerdo algunos de ellos, como la discapacidad, las graves enfermedades, la drogadicción, la violencia de género o los accidentes de tráfico."
"Aseguremos asimismo los derechos humanos, la dignidad y la igualdad de las personas, sin discriminación por razón de ideología, raza, creencias o sexo."Finalmente, el Monarca quiere animar a todos no perder las ganas de trabajar por mejorar la situación: "Hemos logrado salir adelante con fuerza de otros periodos complejos y reemprender el camino aún con mayor dinamismo."
España es un país que merece el orgullo de sus ciudadanos y cuya trayectoria de los últimos 30 años justifica poder estar "satisfechos de lo que somos, de nuestros esfuerzos, de muchas realizaciones y nuevos éxitos, incluidos los deportivos tan abundantes en este 2008".
Para terminar llama tres veces a la confianza:
- "Confianza en la labor y solidez de nuestras instituciones, en la capacidad de nuestros empresarios, profesionales y trabajadores, así como en la indudable mayor preparación y empuje de nuestros jóvenes.
- Confianza en la fuerza creativa de nuestra cultura rica y diversa, en la capacidad de nuestros centros docentes y de investigación, o en el creciente peso del español en el mundo como segunda lengua de comunicación internacional.
- Confianza, en suma, en todos y cada uno de los hombres y mujeres que, día a día, desde los distintos rincones de España, la hacen crecer y mejorar con su honrado trabajo y admirable empeño."
En resumen, ha sido un discurso de llamamiento a la unidad y la sensatez, la cooperación entre instituciones y fuerzas políticas y económicas y la confianza en el futuro para que no decaigan los ánimos y resulten inútiles los esfuerzos por superar la crisis y los problemas actuales. Ha sido un discurso perfectamente enmarcada en el papel moderador de la Corona con mensajes claros a los responsables políticos. Gracias, Majestad, y Feliz 2009.
El discurso completo aquí.
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