Euronews (vídeo - véase a partir del minuto 5:20))
“Lo siento mucho me he equivocado y no volverá a ocurrir”. Hace casi
un año, el rey de España pedía perdón. Desde entonces la monarquía está
en el ojo del huracán.
La imputación tanto de la infanta Cristina como de su marido, Iñaki
Urdangarin, en un caso de presunta corrupción es uno de los capítulos
del ‘annus horribilis’ del monarca que empezó con sus disculpas. Una
imagen inédita tras hacerse público que el monarca estaba de cacería en
Botsuana con su país en plena crisis. Un secreto que trascendió porque
el rey se rompió la cadera.
El gesto no dejó indiferente a nadie. El asesor y analista político,
Antoni Gutiérrez-Rubí, cree que durante todo este tiempo la imagen del
rey ha sufrido un mayor deterioro: “Esa rectificación se ha visto
seriamente empañada por los acontecimientos que hemos ido conociendo y
descubriendo con sorpresa y en algunos casos con incredulidad y no poco
enojo en buena parte de la opinión pública que afectan de nuevo a la
imagen del rey. Por lo tanto ha sido como una operación contundente pero
hasta cierto punto fallida”.
Más allá del perdón los quebraderos de cabeza del rey habían
empezado años atrás en Palma de Mallorca, ciudad en la que pasa sus
vacaciones la familia real.
Un entorno ideal en el que el yerno del rey, Iñaki Urdangarin, fue
tejiendo los contactos que permitieron al Instituto Nóos — una entidad
sin ánimo de lucro que él mismo presidía — firmar convenios con varias
administraciones públicas de Baleares.
Sus actividades, presuntamente irregulares, vieron la luz en la
investigación del caso Palma Arena, un escándalo de corrupción detectado
en los años en los que Jaume Matas, un exministro de Aznar, fue el
presidente del Gobierno autónomo balear.
El periodista, Andreu Manresa, que lleva más de dos décadas
trabajando para el diario El País, considera que este caso es el símbolo
de toda una época: “Esta es la cáscara y el símbolo de una etapa de
Gobierno en Baleares de Jaume Matas, exministro del presidente Aznar.
(Matas) que fue condenado inicialmente a seis años de cárcel por uno de
los episodios descubiertos tras esta cásacara. El Palma Arena se
construyó urgentemente para realizar unos campeonatos mundiales de
ciclismo y se gastó el triple de lo previsto. En la investigación de
este sobrecoste se derivó hacia el supuesto enriquecimiento de Jaume
Matas y el pago y el gasto de subvenciones.”
2,3 millones de euros pagados por el Gobierno balear al Instituto
Nóos que han llevado Urdangarin a declarar ya en dos ocasiones como
imputado por un presunto delito fiscal y otros de supuestos delitos de
prevaricación, malversación, fraude, falsedad y blanqueo de capitales.
Un daño irreparable para la confianza pública en la monarquía española.
“La infanta Cristina es copropietaria de la empresa patrimonial
Aizoon en la que Iñaki Urdangarín personalmente efectuó los cobros y
pagos por los que está imputado por tres presuntos delitos fiscales
distintos”, explica Manresa.
La Casa Real sigue a remolque de la actualidad. El rey concede a la
televisión pública una de sus contadas entrevistas, aunque no aclara el
goteo de correos filtrados del caso Urdangarín, que revelan que el
monarca estaba supuestamente al corriente de las actividades
presuntamente ilícitas de su yerno e incluso le aconsejó irse a
Washington para sofocar posibles escándalos.
Llegado este punto aparece otro personaje en escena. Corinna zu
Sayn-Wittgenstein, una amiga personal del rey, llena las portadas. Le
acompañó en la cacería de Botsuana y, según otro de los correos
electrónicos publicados, habría hecho una oferta laboral a Urdangarin
por recomendación del rey. Habla de sus presuntas gestiones para el
Gobierno español, facilitando intercambios comerciales aunque no su
papel no está claro.
La oposición pide una investigación y en la calle se abre la veda.
El Teatro Victoria de Barcelona acoge un musical de (la compañía Dagoll
Dagom y la productora Minoría Absoluta) que con el título de ‘La Familia
Irreal’ pone en escena una sátira que caricaturiza con un gran
surrealismo a los miembros de la verdadera familia real.
“La ciudadanía ha ido perdiendo el miedo y entonces dices por qué no
se puede si se hacen parodias de religión, sociales, parodias políticas
por qué no vamos a poder tocar la parodia del rey. Y se decidió tirar
para delante intentando siempre provocar lo que se quiere, es decir, la
risa, vamos a hacer reír con este tema porque da mucho más de sí y es
que además la realidad ha llegado un momento en el que ha superado con
creces la ficción”, dice Toni Albà, actor.
Si el recorrido del personaje de ficción está asegurado, los
defensores de la monarquía ven en la Corona una garantía de estabilidad.
Pedro Schwenzer es el presidente de la Asociación Monárquica
Europea, entidad que promueve la monarquía parlamentaria como forma de
Estado. Reconoce que sí, que la imagen está algo deteriorada por
cuestiones que poco tienen que ver con la institución sino con una
persona unida a la familia real por matrimonio. Una crisis que no puede
poner en tela de juicio su existencia: “Lógicamente la actuación ha sido
muy indecidida de la Casa Real. Tenía que haber sido más decidida para
salvaguardar el correcto desarrollo de la vida profesional del consorte
de una de las infantas y quizás no se quería llamar la atención y se ha
dejado que las cosas se desarrollasen solas sin tener en cuenta las
repercusiones que podrían tener, que algunas operaciones puedan ser
dudosas”.
¿Pero qué dice la legislación española sobre una eventual renuncia o
abdicación del rey?. En la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, el
catedrático de Derecho Constitucional, Marc Carrillo, nos explica que se
trata de una decisión personal del jefe del Estado, que los ciudadanos
no pueden promover en ningún caso. La figura del rey, según la Carta
Magna, “es inviolable y no está sujeta a responsabilidad”.
“Es una institución que responde a la historia, a criterios no
democráticos en la medida en que el acceso al cargo es por herencia, la
dimensión democrática de la monarquía es la que le da la propia
Constitución cuando la incorpora como forma de Gobierno”, asegura
Carrillo.
No obstante, sí que hay mecanismos para cambiar el modelo de Estado
aunque el sistema es tan rígido que requeriría una mayoría cualificada
de las Cortes.
Una laguna es el control de sus actividades, de su sueldo que es de
292.752 euros, cuatro veces más que el del presidente del Gobierno y de
la asignación de la Casa Real.
“Entiendo que en el ámbito de la actividad pública del monarca eso
debería ser sometido también a la Ley de Transparencia. Cosa distinta es
la actividad privada que el jefe del Estado. Como persona responsable
debe ejercer su cargo con la debida probidad y adecuación a los
principios fundamentales básicos del Estado”, dice Carrillo.
En opinión de algunos expertos, es el momento de que la monarquía
realice su propia transición y haga de la ejemplaridad cívica su norma.
El futuro de la Institución está en manos del propio rey, como explica
Antoni Guitérrez-Rubí, analista político: “Está en sus manos tener un
final digno con un relevo ordenado o tener un final precipitado,
deteriorado todavía más que no garantice ni el relevo ni la transición y
que nos ponga al conjunto de la sociedad española en la tesitura de
reflexionar muy a fondo sobre nuestra jefatura del Estado”.
Si instituciones milenarias como la Iglesia católica han conseguido
dar un golpe de timón y renovarse, muchos creen que es el momento de que
cunda el ejemplo.
Euronews, 05-04-2013
Euronews, 05-04-2013
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