lunes, 17 de noviembre de 2008

La Corona: críticas y razones

Juan Carlos I

Los argumentos empleados para atacar la monarquía por parte de sus contrarios en la actualidad son, en realidad, críticas gratuitas a su figura. Aunque el comunismo vaya quedando atrás (y en España se haya suicidado), el republicanismo está en alza y es aplaudido por ciertos sectores del espectro político español. De hecho, la monarquía está en horas bajas ya que desde hace unos meses la derecha capitalista también se ha sumado a combatirla.

Si se preguntara a los sectores republicanos de la sociedad, seguramente  darían argumentos tan volátiles para que se le aparte de la Jefatura del Estado como decir que es “demasiado caro”, “no fue democráticamente elegido” o que “no es necesario”. En realidad, los datos que expongo a continuación, me dan razones económicas, democráticas y pragmático-utilitaristas para apoyar a S.M.

Considerar que el rey es un jefe de Estado “caro”, a día de hoy no tiene ni pies ni cabeza. De hecho, es el Jefe de Estado más barato de cuantos podemos encontrarnos en la geografía europea, que no es precisamente monárquica. Mantener la monarquía española cuesta 19 céntimos de euro por español y año -8 millones de euros-, lo cual se queda en nada comparado con otros precios europeos: por poner un ejemplo, la presidencia de la República italiana de Giorgio Napolitano dilapida en sus presupuestos 4 euros de cada italiano cada año-235 millones de euros-. Pragmáticamente, queda claro que es más barato para el ciudadano europeo una monarquía parlamentaria que una república, pues la monarquía europea más cara es la inglesa de Isabel II, con 55 millones de euros anuales de presupuesto, lo que hace que le cueste a cada inglés 92 céntimos anuales. La monarquía más cara por ciudadano es la sueca, que pagan 1,16 euros anuales -tiene un presupuesto de 10.5 millones de euros-.

Dicho esto, parece que considerar al monarca español como “caro” es un argumento infundado y erróneo. Ahorramos dinero en impuestos manteniendo nuestro actual sistema de Gobierno que el propuesto por los republicanos. El considerar como algo “arcaico” a la monarquía y desterrarla sale caro y, además, es menos funcional.

Otro argumento que no tiene ni pies ni cabeza es que la II República fue popularmente elegida y que la Monarquía es “un fenómeno del pasado” y que no contó con el apoyo popular. En realidad, es justo lo contrario. Aquél sistema de gobierno no puede considerarse que fuera elegido por el pueblo, como ya expliqué en un post anterior, y que la Monarquía española a cuya cabeza está (y estaba en su momento) el Rey Juan Carlos I sí ganó un referéndum. El monarca está donde está hoy porque fue elegido con la aprobación del 94.45% de los españoles en elReférendum sobre la Ley para la Reforma política. La cifra es, realmente, estremecedora y, por tanto, este argumento carece otra vez de validez.

De esta forma, su figura entra en la Constitución actual por aclamación popular (teniendo en aquel momento sólo a un 5% en contra ) en el artículo 1.3, La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria. No hay duda de que fue lo querido por el Pueblo español.

El último argumento y más insulso es que “no es útil”, como si un presidente de la República lo fuera. Lo cierto es que la Constitución de 1978, librito que no se molestan en abrir los antimonárquicos, estipula que la Monarquía española tiene competencias tanto representativas como efectivas. Las primeras recaen en el rey como “personificación de la Corona”, y que comparte con cualquier otro Jefe de Estado, del régimen; son:

  1. Jefe del Estado
  2. Símbolo de su unidad y permanencia
  3. Árbitro y moderador del funcionamiento regular de las instituciones.
  4. Representación a nivel internacional.

Las segundas, las denominadas “efectivas“:

  • De carácter general
  1. Mando supremo de las Fuerzas armadas, se atribuye directamente al Rey, aunque no puede ejercerse sin refrendo, parece que puede corresponder al Rey, cierta iniciativa.
  2. Ejercer el derecho de gracia con arreglo a la ley, no pudiendo autorizar indultos generales.
  3. Patronazgo de las Reales Academias.
  • El rey y el poder ejecutivo
  1. Proponer el candidato al Presidente del Gobierno, y en su caso, nombrarlo, esta es la facultad constitucional que tiene mayor transcendencia política.
  2. Nombrar y separar a los miembros del Gobierno, a propuesta de su presidente.
  3. Expedir los decretos acordados en el Consejo de Ministros y conferir los empleos civiles y militares y conceder honores y distinciones con arreglo a las leyes.
  4. Ser informado de los asuntos del Estado y presidir cuando estime oportuno las sesiones del Consejo de Ministros siempre a petición del Presidente del Gobierno.
  • En relación con el poder legislativo
  1. Sancionar y promulgar las leyes. Esta potestad del rey, constituye un reflejo del poder legislativo que en otros momentos encarnaba el rey. El rey no se puede negar, que dispone para ello de quince días.
  2. Convocar y disolver las Cortes y convocar elecciones, según los términos previstos en la Constitución. Esta prerrogativa precisa el refrendo del Presidente del Congreso y en otro caso precisa la propuesta del Presidente del Gobierno.
  3. Convocar referéndum en los casos previstos en la Constitución, mediante propuesta del Presidente del Gobierno.
  • Política internacional
  1. Acreditar a los embajadores y otros representantes diplomáticos
  2. Al rey le corresponde manifestar el consentimiento del Estado para obligarse internacionalmente por medios de tratados, de conformidad con la Constitución y las leyes, es distinto el órgano al que corresponde prestar el consentimiento y el Rey, al que corresponde manifestarlo.
  3. Al rey le corresponde previa autorización de las Cortes Generales declarar la guerra y hacer la paz.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

He estudiado profundamente los modelos de república y monarquía, me decanto por la última, pero tengo que admitir que la visión que yo tengo de la monarquía es idealista. El Rey, no siempre será bueno y tristemente la Historia lo ha demostrado. El problema radica en que en el referéndum de 1978 no se incluyó la propuesta de una república, por lo que no tiene sentido que ganara por mayoría la Monarquía puesto que no había más opciones.

Asociación Monárquica Europea dijo...

Por lógica, el que no quería la Monarquía tenía que haber votar no a la Constitución. Al votar el 80% que sí, el 80% aprobó la Monarquía. Cualquier otro argumento no es válido.
Si seguimos la misma línea de pensamiento de los republicanos, tendríamos que votar cada 20 años si queremos una u otra forma de estado, porque las nuevas generaciones no han tenido ocasión de decidir.
En las repúblicas no plantean si existe esa elección, simplemente no admiten que se cuestione la república. ¿Es eso correcto? Ua vez que los republicanos se han salido con la suya, ya no se admiten más plebiscitos sobre la forma de estado, ni siquiera cuando el pueblo nunca ha podido decidir. El mejor ejemplo es Alemania: Ni en 1918 ni en 1945 ni en 1990 han dejado decidir sobre la forma de estado, siempre se han creado situaciones de hecho.

Anónimo dijo...

La diferencia entre una monarquía y una república es que en la república el pueblo elige a su representante, y en la monarquía se sabe ya de antemano quien será el próximo heredero del trono.

Asociación Monárquica Europea dijo...

En una república no es necesariamente el pueblo quien elige al presidente, no es así de simple.

Luigi dijo...

No es una cuestión de que la monarquía sea cara o barata, o que haya sido aprobada en un referendo. La monarquía de por sí es un sistema inmoral, porque todos los seres humanos son iguales ante la ley: no puede haber alguien que solamente por la razón de haber nacido en determinada cuna acceda a dignidades, responsabilidades públicas y honores. La monarquía es un resabio de las etapas más primitivas de la historia, cuando el más fuerte de la tribu se proclamaba rey a la fuerza y hacía su voluntad. La evolución de la civilización trajo el principio de la igualdad para todos los seres humanos, que pueden votar y ser votados.

Atreides dijo...

Luigi, usted desconoce los verdaderos valores de la Monarquía y obvia que el sistema republicano no garantiza ninguna igualdad. La Monarquía no impide que los gobernantes sean elegidos por los ciudadanos y -en teoría- cualquier ciudadano pueda ser votado si se presenta como candidato. Pero esa es la teoría, en la práctica la Unión Europea carece de legitimidad democrática y dicta a los estados miembros y sus ciudadanos lo que se puede y lo que no se puede hacer, dirigida por un Consejo y una Comisión que se eligen sin que el pueblo intervenga en ningún momento. En las democracias parlamentarias normalmente sólo tiene posibilidades a ser electo quien cuenta con un aparato de partido y/o mucho dinero para hacer campaña, lo que reduce la igualdad hasta su desaparición, ya que los grandes partidos crean sus propias élites que siempre controlarán las instituciones, con unos medios de comunicación que están a su servicio y no permiten pluralidad. Todos ellos muchas veces dirigidos por organizaciones en la sombra (CFR, Club Bilderberg, Trilateral, Instituto Tavistock, etc.) que impiden directamente cualquier autonomía. La Monarquía hoy en día da un marco de estabilidad y continuidad al estado que la clase política no podrá dar nunca, siendo ella lo único que preserva la identidad de sus pueblos y naciones. Es el baluarte de la moralidad frente al desmadre y las estructuras mafiosas de la clase política, cuya única legitimidad reside en el hecho de ser elegida cada 4-5 años con plenos poderes para todo. Eso sin hablar de repúblicas que no son democracias ni mucho menos como Cuba, Corea del Norte, China ...