jueves, 27 de noviembre de 2008

Trigésimo tercer aniversario de la Coronación de S.M. el Rey

Hoy (27-N) hace treinta y tres años se celebró en la Iglesia de San Jerónimo el Real la solemne ceremonia de entronización del nuevo Rey de España, oficiada por el entonces presidente de la Conferencia Episcopal Cardenal Vicente Enrique y Tarancón, cinco días después de la Proclamación de Don Juan Carlos I como Rey de España ante las Cortes Generales.

En la homilía de la coronación pronunciada por el cardenal, Tarancón ya adelantó la ruptura con el franquismo y el comienzo de una nueva época democrática. Sus palabras fueron reforzadas después por S.M. el Rey durante el almuerzo ofrecido a los altos dignatarios que habían acudido a Madrid para asistir a la ceremonia.

Que la izquierda se atreva a acusar al Rey de ser un reducto del franquismo a eliminar no es sino una demostración de lo poco que sabe o quiere saber de la historia. El día de la consagración de la Corona quedó más claro que nunca que la España de Don Juan Carlos I sería muy diferente a la que acabó con el fallecimiento del Generalísimo.

El consenso y sentido común que se desprendían tanto de la homilía de Tarancón como de las palabras pronunciadas posteriormente por S.M. el Rey lamentablemente son vilipendiados por el actual gobierno de Zapatero y sus aliados separatistas catalanes, vascos y gallegos. No estaría mal que se volvieran a leer los discursos de hace 33 años para tener presente lo que ha sido el buen hacer del Rey y de los políticos de entonces.

Al contrario de muchas otras Monarquías, en España el Rey no es coronado, aunque se viene a denominar la celebración de la consagración de la Corona como "coronación". La actual corona real data de tiempos del Rey Carlos III y tiene un valor meramente simbólico, ya que por su tamaño sería también imposible ceñirla sin más.

¡Por España, todo por España!

¡Viva España! ¡Viva el Rey!

domingo, 23 de noviembre de 2008

La Monarquía española y las libertades

por José María Marco
Historiador


Entre las conmemoraciones que se han venido celebrando estos días no debería faltar alguna alusión a los veintitantos años de adhesión a la Monarquía del Partido Socialista Obrero Español. No es pequeña cosa. Hasta mediados de los años 70 el PSOE se decía republicano. En su programa figuraba la instauración en España de una República, es de suponer que la Tercera. Incluso exhibía como propia la bandera de la República. Se deduce que seguía aspirando a representar aquellas fuerzas sociales -campesinos, obreros y burguesía progresista, en la fraseología habitual- siempre excluidas del sistema político español, pero sin las cuales el sistema no alcanzaba nunca a estabilizarse del todo.

Frente a esa aspiración, la Corona era el símbolo de un sistema excluyente y arcaico, uno de los obstáculos tradicionales a la modernización y al progreso de España. Al aceptar la Monarquía, el PSOE se apartaba definitivamente de esta antigua doctrina. Por primera vez en su historia, se declaraba leal y firmemente adscrito al parlamentarismo o, si se prefiere, a la democracia liberal.

Esta mutación ideológica y política no se hizo sin segundas intenciones. Al aceptar la institución de la Corona, el PSOE no se declaraba adscrito sin más a la idea monárquica. Más bien prestaba a la Corona un respaldo que la Monarquía se veía obligada a aceptar si quería demostrar su propia lealtad parlamentaria y democrática. El PSOE respaldaba así una Monarquía a la que los socialistas servían de legitimación última. Así es como a Don Juan Carlos se le pudo llamar el rey de los republicanos. Primero porque con el nuevo Rey llegó la reconciliación entre españoles enfrentados a muerte en los años 30, y después, porque había procedido a una modernización de la institución, y con ella del sistema político, que hacía posible la integración de las fuerzas de izquierda.

En cuanto al PSOE, arrinconaba su tradición antiparlamentaria, pero soslayaba la revisión crítica de su papel en la historia española desde hace 100 años y aceptaba un monarquismo condicional, supeditado a la aceptación por la Corona de lo que él decía representar. Se llegó entonces a hablar de juancarlismo, versión ligera y actualizada de una lealtad monárquica que pocos estaban dispuestos a declarar, a pesar de la inmensa popularidad del Rey.

La Corona aceptó este supuesto intercambio, incluida la consigna del juancarlismo. Había motivos prácticos que lo aconsejaban, motivos a los que el Rey recién proclamado no podía ser ajeno. Pero también hay otras razones que explican esta aceptación. La primera es la forma misma en que la Corona representa la soberanía o la pervivencia -historia y futuro- de la nación española. Conviene recordar que la institución monárquica ha regido los destinos políticos españoles desde hace más de 2.000 (por no hablar de la monarquía visigótica). La Monarquía española es previa al Estado moderno, como es previa a la nación española, en cuya constitución tiene un papel fundamental.

De ahí deriva su capacidad de integración, basada en la relación que la Corona o, si se prefiere, el Rey, establece con sus connacionales. El principio monárquico se basa en un mecanismo muy simple, al menos en apariencia. El Rey no pregunta nunca por adscripciones políticas ni ideológicas, no solicita ningún marchamo, ningún a priori, ninguna creencia. Basta con ser español para que la Corona reconozca los derechos que a cada cual le corresponden y para que el Rey dé por supuesta la lealtad que se le debe como símbolo de la pervivencia de la nación.

En vez de constituirse sólo como una institución política, la Monarquía, y muy particularmente la Monarquía española, es anterior al hecho político y reconoce una libertad natural en el ser humano. La cortesía de los Reyes consiste en tratar como iguales a todos, haciendo caso omiso de las desigualdades que impone la sociedad y las diferencias que cada uno quiera presentar como propias. Por eso los Reyes pueden constituirse como garante último de las libertades de todos.

Se trata, claro está, de un artificio de extrema sofisticación, precisamente porque las desigualdades y las diferencias no son sólo artificiales. Pero eso no mengua su valor ni su eficacia. Al contrario. Al ser la Corona una institución integradora por vocación y por naturaleza, la Monarquía se convirtió en un aliado de primera importancia en el establecimiento de las libertades públicas en Europa. En España, la construcción del Estado moderno se basó en la alianza de la Corona con los liberales (progresistas o conservadores), que veían en la desaparición del Antiguo Régimen la condición del progreso para su país. La Reina María Cristina, o su hija, Isabel II, primera reina constitucional de España, no fueron un obstáculo para la modernización de España, sino la clave de ésta: la garantía de que el nuevo sistema respetaría las libertades fundamentales.

La relación entre la Corona y las libertades públicas establecida en España es tan fuerte, que cuando el monarca se involucra en el juego político y deja de jugar el papel que le corresponde como garante del sistema de libertades, pone en peligro su permanencia en el trono. Todo el sistema corre entonces el riesgo de hundirse, como ocurrió en las dos experiencias republicanas de la historia de España. Pero el principio monárquico es tan de raíz, tan consustancial a la formación misma de España, que su recuerdo sobrevive y sigue siendo la legitimación última de cualquier régimen que aspire al establecimiento de un mínimo de convivencia entre españoles. Prim intentó actualizar el principio en abstracto, importando un Rey, Amadeo de Saboya, y tratando de fundar una nueva dinastía reconciliada con los principios democráticos.

Mucho más tarde, tras una guerra civil devastadora, el franquismo no dejó nunca de evocar, aunque fuera de forma confusa y para muchos desleal, la Monarquía como clave última de la constitución política de España.

Es obvio que la Monarquía reinstaurada en 1975 no tenía su origen en el régimen anterior. Al contrario, la duración del franquismo se explica, entre otras razones, por ese hilo tenue, pero nunca roto, de evocación de la Monarquía. Don Juan Carlos debió de comprenderlo así y entendió bien que una vez fallecido Franco, la reinstauración de la Monarquía llevaba aparejada la reinstauración de las libertades públicas. Y a la inversa: la mejor forma política para una sociedad moderna, es decir rica, plural y tolerante, era la Monarquía. Lo es ahora y lo fue antes.

Recuérdese que sólo bajo la Monarquía se pudo aceptar que sobreviviera un partido como el socialista, indeciso entre la reforma y el radicalismo, y que no aceptaba la democracia parlamentaria.

Cuando llegó la República, aquel régimen monárquico que muchos llamaban una ficción, una fantasmagoría, se derrumbó. Pero como en la República nadie jugó el papel de garante de las libertades de los demás, el sistema no resistió la deslealtad democrática del PSOE, una de las principales fuerzas políticas de aquellos años. Se comprobó así que la famosa fantasmagoría era, en el fondo, la única que permitía la supervivencia de la idea republicana. En rigor, ¿quién era el más fantasma de todos?

Pero aunque esta historia todavía no ha sido contada como se merece, los hechos a los que se refiere están casi completamente superados. Por eso resulta tan entretenido recordarlos.

Publicado en El Mundo, 19.12.2000.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Trigésimo Tercer Aniversario de la Proclamación de S.M. el Rey

¡Viva el Rey!

Hoy celebramos el trigésimo tercer aniversario de la Proclamación de S.M. el Rey. Un aniversario que debería resaltar la gran importancia que tuvo aquel momento para toda España y el giro hacia la democracia tras casi 40 años de dictadura militar. S.M. el Rey estuvo ante un gran reto, a la vez que ante una gran incertidumbre, porque eran muchos los detractores de la restauración monárquica, sobre todo por parte de la izquierda, que tanto entonces como hoy gustaría volver a las andadas sanguinarias de la segunda república y no supera el trance de una restauración monárquica y democrática dirigida por un hábil Rey puesto por un dictador tras un interregno de 44 años. Nada consiguió la izquierda, el mérito es enterito de S.M. el Rey.

Lo que faltaba ese día 22 de noviembre de 1975 fue restablecer la legitimidad dinástica, ya que al augusto padre del Rey, Don Juan (III) de Borbón, Conde de Barcelona, Franco negó el derecho de acceder al Trono por las claras diferencias que ambos mantenían respecto del rumbo democrático que debía tomar España, por lo que Don Juan no tuvo más remedio que aceptar la decisión autocrática del dictador de nombrar a Don Juan Carlos sucesor a título de
rey. Con la posterior renuncia de Don Juan el 14 de mayo de 1977 a sus derechos dinásticos a favor de su hijo el Rey, se restableció formalmente la legitimidad histórica del Rey como descendiente directo de los Reyes Católicos, enlazando con Don Alfonso XIII.

Felicitamos a S.M. el Rey por estos 33 años de feliz Reinado y Le deseo que pueda cumplir muchos más antes de que sea sucedido por su Augusto Hijo, S.A.R. Don Felipe Príncipe de Asturias. Es importante resaltar la importancia de la Monarquía, que los grupos extremistas nacionalistas y separatistas de algunas autonomías españolas, especialmente la de Cataluña, siguen atacando cada año cuando se celebran las fiestas autonómicas.

La Corona es la única institución capaz de enlazar la España actual con su larga historia y unir a todos los españoles bajo el manto protector de la Monarquía, garantía de estabilidad, democracia, progreso y unidad nacional.

¡Viva el Rey! ¡Viva España!

lunes, 17 de noviembre de 2008

La Corona: críticas y razones

Juan Carlos I

Los argumentos empleados para atacar la monarquía por parte de sus contrarios en la actualidad son, en realidad, críticas gratuitas a su figura. Aunque el comunismo vaya quedando atrás (y en España se haya suicidado), el republicanismo está en alza y es aplaudido por ciertos sectores del espectro político español. De hecho, la monarquía está en horas bajas ya que desde hace unos meses la derecha capitalista también se ha sumado a combatirla.

Si se preguntara a los sectores republicanos de la sociedad, seguramente  darían argumentos tan volátiles para que se le aparte de la Jefatura del Estado como decir que es “demasiado caro”, “no fue democráticamente elegido” o que “no es necesario”. En realidad, los datos que expongo a continuación, me dan razones económicas, democráticas y pragmático-utilitaristas para apoyar a S.M.

Considerar que el rey es un jefe de Estado “caro”, a día de hoy no tiene ni pies ni cabeza. De hecho, es el Jefe de Estado más barato de cuantos podemos encontrarnos en la geografía europea, que no es precisamente monárquica. Mantener la monarquía española cuesta 19 céntimos de euro por español y año -8 millones de euros-, lo cual se queda en nada comparado con otros precios europeos: por poner un ejemplo, la presidencia de la República italiana de Giorgio Napolitano dilapida en sus presupuestos 4 euros de cada italiano cada año-235 millones de euros-. Pragmáticamente, queda claro que es más barato para el ciudadano europeo una monarquía parlamentaria que una república, pues la monarquía europea más cara es la inglesa de Isabel II, con 55 millones de euros anuales de presupuesto, lo que hace que le cueste a cada inglés 92 céntimos anuales. La monarquía más cara por ciudadano es la sueca, que pagan 1,16 euros anuales -tiene un presupuesto de 10.5 millones de euros-.

Dicho esto, parece que considerar al monarca español como “caro” es un argumento infundado y erróneo. Ahorramos dinero en impuestos manteniendo nuestro actual sistema de Gobierno que el propuesto por los republicanos. El considerar como algo “arcaico” a la monarquía y desterrarla sale caro y, además, es menos funcional.

Otro argumento que no tiene ni pies ni cabeza es que la II República fue popularmente elegida y que la Monarquía es “un fenómeno del pasado” y que no contó con el apoyo popular. En realidad, es justo lo contrario. Aquél sistema de gobierno no puede considerarse que fuera elegido por el pueblo, como ya expliqué en un post anterior, y que la Monarquía española a cuya cabeza está (y estaba en su momento) el Rey Juan Carlos I sí ganó un referéndum. El monarca está donde está hoy porque fue elegido con la aprobación del 94.45% de los españoles en elReférendum sobre la Ley para la Reforma política. La cifra es, realmente, estremecedora y, por tanto, este argumento carece otra vez de validez.

De esta forma, su figura entra en la Constitución actual por aclamación popular (teniendo en aquel momento sólo a un 5% en contra ) en el artículo 1.3, La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria. No hay duda de que fue lo querido por el Pueblo español.

El último argumento y más insulso es que “no es útil”, como si un presidente de la República lo fuera. Lo cierto es que la Constitución de 1978, librito que no se molestan en abrir los antimonárquicos, estipula que la Monarquía española tiene competencias tanto representativas como efectivas. Las primeras recaen en el rey como “personificación de la Corona”, y que comparte con cualquier otro Jefe de Estado, del régimen; son:

  1. Jefe del Estado
  2. Símbolo de su unidad y permanencia
  3. Árbitro y moderador del funcionamiento regular de las instituciones.
  4. Representación a nivel internacional.

Las segundas, las denominadas “efectivas“:

  • De carácter general
  1. Mando supremo de las Fuerzas armadas, se atribuye directamente al Rey, aunque no puede ejercerse sin refrendo, parece que puede corresponder al Rey, cierta iniciativa.
  2. Ejercer el derecho de gracia con arreglo a la ley, no pudiendo autorizar indultos generales.
  3. Patronazgo de las Reales Academias.
  • El rey y el poder ejecutivo
  1. Proponer el candidato al Presidente del Gobierno, y en su caso, nombrarlo, esta es la facultad constitucional que tiene mayor transcendencia política.
  2. Nombrar y separar a los miembros del Gobierno, a propuesta de su presidente.
  3. Expedir los decretos acordados en el Consejo de Ministros y conferir los empleos civiles y militares y conceder honores y distinciones con arreglo a las leyes.
  4. Ser informado de los asuntos del Estado y presidir cuando estime oportuno las sesiones del Consejo de Ministros siempre a petición del Presidente del Gobierno.
  • En relación con el poder legislativo
  1. Sancionar y promulgar las leyes. Esta potestad del rey, constituye un reflejo del poder legislativo que en otros momentos encarnaba el rey. El rey no se puede negar, que dispone para ello de quince días.
  2. Convocar y disolver las Cortes y convocar elecciones, según los términos previstos en la Constitución. Esta prerrogativa precisa el refrendo del Presidente del Congreso y en otro caso precisa la propuesta del Presidente del Gobierno.
  3. Convocar referéndum en los casos previstos en la Constitución, mediante propuesta del Presidente del Gobierno.
  • Política internacional
  1. Acreditar a los embajadores y otros representantes diplomáticos
  2. Al rey le corresponde manifestar el consentimiento del Estado para obligarse internacionalmente por medios de tratados, de conformidad con la Constitución y las leyes, es distinto el órgano al que corresponde prestar el consentimiento y el Rey, al que corresponde manifestarlo.
  3. Al rey le corresponde previa autorización de las Cortes Generales declarar la guerra y hacer la paz.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Primer Aniversario del blog Monarquía Europea

Se cumple hoy un año desde que pusimos en marcha este blog como medio de comunicación viable para una asociación que suspendió sus actividades hace años por falta de medios.

La intención inicial era recuperar todo lo que en su día se publicó en la revista Monarquía Europea, el órgano oficial de la Asociación Monárquica Europea, artículos muchas veces de muy buena calidad y que en algunos casos no han perdido en actualidad, salvando algunos detalles.

La revista, que se publicaba entre 1991 y 1994, llegó a tener una tirada de 1.200 ejemplares y resultaba ser muy costosa tanto en impresión como por los gastos de envío. Gran parte de la tirada se enviaba a título promocional a personas que se suponía eran monárquicas. Sin embargo, no tuvo el éxito deseado en lo que a suscripciones se refiere, por lo que no fue viable mantenerla. 

A la vista está que el uso de un blog es mucho más efectivo. Los artículos llegan ahora a un público amplio repartido por todo el planeta, y llama la atención el extraordinario interés que tiene para lectores en Iberoamérica y EE.UU. 

Al poco tiempo llegamos a la conclusión de que había que seguir por este camino y usar el blog como medio para nuevas publicaciones sobre la actualidad monárquica. Así se pueden encontrar muchos artículos sobre temas destacados como la Proclamación y la Coronación de S.M. el Rey de España, sobre cuestiones incluso polémicas como el reciente libro sobre las opiniones personales de S.M. la Reina Doña Sofía, pero también reportajes sobre las Coronaciones que ha habido este año en Reinos tan pequeños como exóticos, pero aún auténticos y entrañables como Tonga y Bhutan.

Finalmente, resultó interesante crear otro blog complementario, Papeles para la Acción Monárquica, con el que se ha resucitado lo que iba a ser una revista de acción monárquica al estilo de Lys Rouge, de la Nouvelle Action Royaliste, con documentación amplia sobre temas concretos al estilo de monografías, ya que los archivos de Monarquía Europea contienen mucho más que lo publicado en su día. La idea surgió, concretamente, por el interés por el asunto de los Romanov y aquel impostor llamado Alexis de Anjou, sobre el que hicimos en su día un estudio amplio y profundo que nunca llegó a difundirse adecuadamente y que ahora está disponible para lectores en todo el mundo. Así, Papeles para la Acción Monárquica contiene ahora muchos artículos de Monarquía Europea que han perdido en actualidad, como también algunas entrevistas realizadas hace años con algunos jefes de Casas Reales, pero que son interesantes para documentarse en temáticas históricas, pero también contiene aportaciones tipo doctrina monárquica que por su amplitud encajan menos en el blog principal de Monarquía Europea.

En resumen, se puede decir que este blog de Monarquía Europea ha demostrado a lo largo de este año su utilidad para difundir la idea monárquica, para dar una visión experta de la institución monárquica y para servir de vehículo de unión entre monárquicos. Pero también tiene su utilidad para informar a todos aquellos que no saben mucho sobre la Monarquía y quieren profundizar para poder opinar.

Monarquía Europea pretende ser un medio de apoyo a la Monarquía como la mejor y más virtuosa forma de estado que existe actualmente en el mundo occidental, la Monarquía parlamentaria y constitucional, precisamente en un momento en que aumentan los ataques contra la Monarquía por parte de los radicales republicanos, tanto en España como en Australia, que basan sus ataques en argumentos que no se sostienen y dan una idea intencionadamente errónea de las bondades del sistema republicano. 

Sólo con conocimiento de causa y documentación será posible resistir las embestidas de estos grupos radicales, que suelen contar con muchos más medios que los monárquicos. El objetivo es difundir los argumentos a favor de la Monarquía y preservar así una institución que durante siglos ha sido garantía de estabilidad política a los países regidos por este sistema y cohesión e identidad nacional a los pueblos que tienen la suerte de tener un Rey o una Reina como jefe de estado. Entre otras cosas, es el papel moderador, ese control moral superior al buen funcionamiento de las instituciones, lo que molesta a muchos políticos -especialmente de la izquierda-, como el elemento de la identidad nacional, por lo que intentan por todos los medios acabar con la Monarquía.

Esperamos poder contribuir cada día más a la preservación e incluso restauración de las Monarquías en el mundo occidental. También queremos animar a los monárquicos que nos envíen artículos para una posible inserción en el blog y a los lectores para comentar lo publicado. Entre todos podremos aportar nuestro granito a la continuidad de la mejor de las formas de estado: La Monarquía.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Rosa Aguilar: "Lo que hay que hacer es defender la Monarquía parlamentaria"

Rosa Aguilar en un cartel de propaganda electoral

Rosa Aguilar en un cartel de propaganda electoral

La llamazarista Rosa Aguilar (alcaldesa de Córdoba) ha declarado en público, justo antes de que comience la IX Asamblea de IU, que su objetivo "no es la República" ya que "eso no está en la agenda de los ciudadanos" pese a que se declara republicana. Terminó diciendo que "la Monarquía está resultando una fórmula política válida".

Es muy grato para un monárquico ver como hasta la fauna que pertenecía al estamento del PCE va convirtiéndose y madurando su opción política para apoyar al impagable Juan Carlos I, hasta tal punto que es visto como el natural punto de inflexión de la política española y garante de la Constitución, tal y como debería ser. Su carisma llega a convencer incluso a republicanos de que la solución a los problemas no pasa por destronarle sino por unirnos todos y construir una democracia sana y fuerte. Un aplauso para esta señora.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Coronación de S.M. el Rey de Bhutan

El Jefe de Estado más joven del mundo

El pasado jueves, 6 de noviembre de 2008, comenzaron en la capital de Bhutan, Thimphu, las celebraciones de la Coronación de la última Monarquía de Asia del sur que durarán tres días. El joven Rey Jigme Khesar Namgyel Wangchuck, de 28 años de edad, subirá al Trono como el jefe de estado más joven del mundo y el quinto Rey del Reino del Dragón. Aún así, se trata de un Rey muy preparado: Jigme Khesar estudió en Oxford. Los astrólogos esperaron dos años hasta que se diera una fecha favorable para su Coronación. El octavo día del noveno mes de la rata masculina de tierra por fin había llegado el momento - la última Monarquía del Himalaya tiene un nuevo Rey.

El Príncipe Heredero Jigme Khesar ejercía ya de Rey desde finales de 2006, cuando su Padre, de 52 años de edad y muy querido por su pueblo, abdicó repentinamente. El nuevo Rey, quien se pronunció claramente a favor del proceso de democratización iniciado por su padre, quería dirigirse el viernes a su pueblo mediante su Discurso a la Nación.

El Rey Padre, S.M. Singye Wangchuck, que había abdicado hace dos años, es un hombre austero. A sus 52 años, con su abdicación este Monarca tan querido por su pueblo quería iniciar el proceso de democratización y modernización. No obstante, en el futuro el Parlamento estará facultado para destituir al Rey con una mayoría cualificada de dos tercios si hubiere razones importantes para ello. Para ocupar un escaño en la Cámara Baja sólo pueden presentarse bhutaneses que hayan obtenido una licenciatura universitaria. El objetivo del estado ya se refleja en la Constitución: "Gross National Happiness” - Felicidad Nacional Bruta.




La Familia Real se presenta también muy austera. Una de las princesas vendió sus joyas para crear fundaciones con el resultado de la venta. El joven Rey quiere continuar por la senda de la democratización iniciada por su padre, con precaución, pero de forma constante. "Nosotros tenemos progreso, una paz estable, seguridad y crecimiento", dice Jigme Thinley, que formó gobierno tras las primeras elecciones democráticas celebradas en marzo. "Todo ello lo debemos a estos grandes, misericordiosos y altruistas Reyes que hemos tenido en Bhutan."

Días antes, en Thimphu se habían colocado en las calles las banderas nacionales, también la presencia pública de la policía había aumentado considerablemente. Porque en Bhutan no hay casi nada que temen más que un atentado terrorista. Tal vez también la destrucción del medio ambiente: La Constitución establece que el sesenta por ciento de la superficie del país tiene que conservarse como bosque. Y las bolsas de plástico están tan prohibidas como fumar en público.

En 2002, el Rey entregó a su hijo mayor la tradicional bufanda roja  -y con ello le nombró oficialmente Príncipe heredero. Durante muchos meses, el Príncipe Jigme Khesar viajaba por el país para debatir con su pueblo una nueva constitución democrática, que fue aprobada este año. No se conocen travesuras del portador de la esperanza de sólo 28 años de edad. La moneda nacional no fue introducida hasta los años 1960. Tal vez este hecho explica el amor  de Bhutan por el oro. En la imagen correspondiente se ve  el Palacio de Dzong en vísperas de la Coronación.

El Palacio Real en todo su esplendor

El Palacio de Dzong en Thimphu, en el que continúa la celebración de la Coronación iniciada en el Palacio Real de Punakha, se encuentra situado en un alto un poco en las afueras de la capital, situada a más de 2.000 metros sobre el nivel del mar. El Dzong, un antiguo fuerte budista, sirve ahora de sede gubernamental. El último Reino budista del Himalaya era antiguamente un país muy aislado y fuertemente controlado. Ahora se abre poco a poco a la modernidad. La mayoría de los 700.000 bhutaneses consideran que es mérito del Rey que su cultura y su autodeterminación hayan podido ser conservados en un estado propio, enclavado entre 1.100 millones de indios en el sur y 1.300 millones de chinos en el norte. Estas dos potencias mundiales ya se han engullido a dos otros reinos budistas, Sikkim y Tibet.

Una cabeza de cuervo como Corona

En el Salón del Trono del Palacio Real de la capital de Thimphu, el Rey Padre colocó al nuevo Rey Jigme Wangchuk la Corona tradicional en forma de una cabeza de cuervo bordeada. Después, el nuevo Rey subió al Trono dorado. A partir de este momento, S.M. Jigme Wangchuk se puede llamar "Rey Dragón".

Buda y el Pez de la Sabiduría

A continuación, el Monarca pasa revista a su guardia de honor, junto a gigantescas banderas que representan la vida de Buda y de los gurús, que llevaron el budismo a Bhutan. Los más altos dignatarios del país regalaron al Rey frutas, vino y ocho objetos especialmente cargados de simbología, entre ellos un parasol y un "Pez de la Sabiduría".

El pueblo llena las calles

Miles de personas, algunas de ellas habían llegado de regiones lejanas tras varios días de viaje, quieren presentar los honores al nuevo Rey y entregarle una bufanda como marca la tradición - para que le traiga suerte. Debido a la saturación, la policía tuvo que denegar a varios fieles decepcionados el acceso al Palacio Real. Quien logró acceder, disponía sólo de cinco segundos para la audiencia. Y así las calles de Thimphu estuvieron llenas de miles de bhutaneses.

Un pueblo que tiene miedo a la democracia

Oraciones, ritosy danzas tradicionales dieron el marco a las festividades, para las que el país se abrió más que nunca a los visitantes extranjeros que normalmente no pueden acceder a él casi nunca. El Rey es muy querido por su pueblo. Se dice que el pueblo tuvo que ser obligado por la Casa Real para que aceptara la democracia, ya que teme cambios demasiado bruscos.

Regalos para el nuevo Rey

No sólo los más altos dignatarios ofrecieron al Rey frutas y vino - el mismo Rey, a su vez, hizo regalos a los niños de Bhutan. En la foto se ve al Rey inclinándose a un niño.

Tres días de música y danzas

Las festividades en todo el país para celebrar la Coronación del ReyJigme Khesars duran tres días.

Danza dorada

También muchos pastores de Yaks que viven como nómadas acudieron a la capital Thimpu para poder participar en las festividades con tanto brillo. En parte tuvieron que viajar para ello durante una semana. En la imagen se ve a un bailarín en traje nacional. El gobierno pidió expresamente el uso de los trajes nacionales.

El Rey Dragón

Del nuevo Rey se espera la continuidad de la democratización paulatina del país, al igual que la ampliación de la ideología de la felicidad nacional bruta: Detrás de ella está la convicción de que el bienestar en sí no hace la felicidad, sino un medio ambiente intacto, las tradiciones y la cultura son igualmente imp0ortantes. Pero quedará un misterio: ¿Cuándo se casará el joven Rey Jigme Wangchuk? El Rey aún sigue soltero.

Invitado de honor: La India

Numerosos invitados de todo el mundo asistieron a la ceremonia. A invitación por la Casa Real, entre los asistentes se encontraba la invitada de honor más importante, la presidenta de la India, Pratibha Patil. En muchos aspectos, Bhutan depende hoy en día de la India. India construye hospitales y exporta muchos bienes a Bhutan que no pueden ser fabriocados en el país, por ejemplo coches y autobuses. Además, el Rey recibió su formación militar.


¡Viva S.M. el Rey de Bhutan!

¡Larga vida al Rey!

jueves, 6 de noviembre de 2008

S.M. la Reina y la libertad de expresión

Los antimonárquicos en España tienen una nueva víctima: Su Majestad la Reina Doña Sofía. A raíz de un libro publicado por la periodista Pilar Urbano en vísperas del septuagésimo natalicio de S.M. la Reina, basado en conversaciones privadas y entrevistas realizadas a Doña Sofía para mostrar su lado privado y dar un repaso a las siete décadas de su vida como Princesa y Reina, ha saltado primero un sector de la izquierda que se ha apropiado la representación de cuatro grupos sociales que no necesariamente piensan en esquemas ideológicos de la izquierda: Gays, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales. Se trata de Fundación Triángulo y el COGAM. Especialmente la última destaca por su intolerancia hacia todos aquellos que no comparten su estrategia radical de defensa de los derechos de los grupos sociales que dice representar. A esta izquierda republicana le vale cualquier pretexto para dar la nota y pedir la república, sólo porque una Reina hace uso de su derecho de opinar libremente.

Al margen de una valoración de las opiniones de la Reina, aquí se trata de reproducir algunas de sus manifestaciones sin sacarlas de contexto. Lo único reprobable es que el personal de la Casa de S.M. el Rey no haya sabido evaluar la relevancia de estas opiniones personales y su posible interpretación precisamente por los enemigos e la institución monárquica. Es perfectamente comprensible la forma de pensar de la Reina teniendo en cuenta su educación, sus convicciones y su condición de reina católica y ortodoxa, y lo que seguramente no ha pretendido es hablar en nombre de los espanoles, sino en el nombre suyo propio, sin pretensión de influir ni en la política ni de imponer a la sociedad lo que ella cree es lo correcto. Para eso existe la libertad de conciencia y de expresión. Ha hablado de buena fe sin pensar en las consecuencias mediáticas, y si alguien ha fallado es el personal que le debía aconsejar, como también ha fallado la misma autora del libro que se ha dejado llevar más por sus propias convicciones que por consideraciones sobre la convenencia o no de reproducir algunos pensamientos de la Reina.

Hemos aquí las opiniones controvertidas:
"Yo estoy por la igualdad social y jurídica entre el hombre y la mujer: igualdad de trato, de educación, de derechos, de oportunidades... Ahora bien, no somos iguales. Fisiológica y psíquicamente, somos diferentes. Y lo que tendríamos que conseguir es que en las leyes se plasmase esa condición diferente como algo esencial a respetar, porque está en la naturaleza."
"Sí, igualdad de derechos y derecho a la diferencia. Las leyes civiles no pueden ignorar las leyes naturales."

"La inmensa mayoría de las familias son normales, como ha sido siempre la familia natural: marido, mujer, hijos, nietos... cuñados, tíos, abuelos. No una comuna de gente de aluvión. O trozos de familia, los hijos de él con la primera mujer, los de ella con el marido anterior, que se pretenden juntar de un modo forzoso y artificial... Por muy potente que sea una moda y por mucha propaganda que le echen, hay cosas que no pueden cambiar: el hombre y la mujer, como pareja inicial, es una ley congénita con nuestra naturaleza. Y no es una ley de animales. Es exclusivamente humana."

"Puedo comprender, aceptar y respetar que haya personas con otra tendencia sexual, pero ¿que se sientan orgullosos por ser gays? ¿que se suban a una carroza y salgan en manifestación? Si todos los que no somos gays saliéramos en manifestación... colapsaríamos el tráfico en todas las ciudades."

"Si esas personas quieren vivir juntas, vestirse de novios y casarse, pueden estar en su ederecho, o no, según las leyes de su país; pero que a eso no lo llamen "matrimonio", porque no lo es. Hay muchos nombres posibles: contrato social, contrato de unión..."
Dice José María Núñez Blanco, Presidente de Fundación Triángulo Extremadura, Vicepresidente de Fundación Triángulo, en su CARTA PARA UNA REINA:

"Majestad, disculpe que me dirija a Vd. a través de esta tribuna de opinión, pero resulta difícil quedarse en silencio ante las declaraciones que acaban de conocerse como adelanto de lo que será su segundo libro de memorias, publicadas a modo de entrevista por la editorial Planeta. Entrevista en la que, por cierto, usted afirma que en determinadas ocasiones uno debe mantener "los nervios templados aunque te estén machacando. Los Reyes no se defienden".
La primera apreciación errónea es que llama declaraciones a unas opiniones personales. La Reina no ha hecho declaraciones institucionales, sino ha expresado una opinión personal, lo cual está amparado por la libertad de expresión. Luego sigue en tono agresivo:
"Pues bien, como uno no es una reina, discúlpe si intento defenderme de lo que sin lugar ha dudas ha sido una clara y nítida agresión por su parte hacia gays y lesbianas, cuando entre las opiniones que vierte en la conversación con la periodista cuestiona el matrimonio entre homosexuales, aprobado por nuestro Parlamento. Y es que Vd. olvida que sus opiniones no son las de una ciudadana más, son las opiniones de la esposa del Rey, que constitucionalmente tiene reconocido un papel relevante en nuestro país, pero que esta supeditado en la práctica al ejercicio del poder por parte del Gobierno y de las Cortes, que en definitiva son las instituciones elegidas en función de la voluntad de los españoles y las españolas."
Curioso: ¿No dice la izquierda siempre que todos somos iguales? Y ahora diferencia diciendo que no es una ciudadana más, por lo que no puede opinar lo que quiera. En las palabras de S.M. la Reina no hay agresividad ninguna, tampoco un rechazo de las uniones civiles entre gays, sólo piensa lo que piensan muchos, incluida la Real Academia de la Lengua: Que la unión entre homosexuales debería llamarse de otra forma, sin que ello suponga una merma de sus derechos.

El dirigente de Fundación Triángulo emplea demagogia y tergiversa las palabras de la Reina, algo muy propio de la izquierda sectaria, pues cualquier cosa vale para dañar la imagen del contrario. Y continúa:

"Es más, cuando afirma que puede "comprender, aceptar y respetar que haya personas con otra tendencia sexual, pero ¿qué se manifiesten?... si todos los que no son gays salieramos en manifestación colapsaríamos el tráfico", debo decirle que además de cuestionar nuestro derecho, está insultando nuestra inteligencia. Obviamente las personas heterosexuales no necesitan manifestarse, simplemente porque por ello no se les discrimina en nuestro país, ni en ninguna parte del mundo.

Puede que la Casa Real haya hecho mucho por esta tierra en la que habitualmente vivo, y a la que siento como propia, pero lo que si se es que al menos quien ocupa un cargo como el suyo debe bien claro que es lo que eso significa, en términos institucionales y legales."

Aquí se mezclan las cosas. Los representantes de las instituciones también opinan a título personal sin que por ello se les pida enseguida que dimitan de sus cargos, al menos si no son manifestaciones contrarias a la ley. Pero la Reina no habló en nombre de la Corona ni de España, sino en el suyo propio, expresando algo que mucha gente piensa.

Miguel Ángel González, presidente de Colectivo de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales de Madrid (COGAM), una organización LGBT que destaca por su radicalismo, llega aún más lejos: "Por supuesto, que vamos a ejercer acciones. Tendremos que reunirnos y si esta mujer no se retracta o abdica gritaremos ¡viva la República!" Añade: "No podemos permitir unas declaraciones tan impertinentes (...) Lucharemos en contra de estas manifestaciones." Cabe preguntarse quién es aquí insolente y quiénes son los del COGAM para exigir nada ni emprender acciones, pues la Constitución consagra la libertad de expresión y no distingue entre reyes o ciudadanos rasos. Las demás insolencias vertidas por el señor González no merecen ni ser reproducidas.

Las manifestaciones del Orgullo Gay ya no son reivindicativas, porque no hay nada que reivindiar. Se han convertido en un gran negocio y una fiesta popular. S.M. la Reina no negará a nadie que se manifieste, con un poco de sentido común se puede deducir que la crítica va en otro sentido.

Por otra parte, S.M. la Reina opina también sobre otras cuestiones de cierto calado ideológico, lo que levanta las pasiones republicanas más recónditas: El aborto y la eutanasia. Dice la Reina al respecto:

"Mira, estuve allí, en Calcuta, en el ala del edificio de los moribundos. Nunca olvidaré aquella escena. Cada enfermo terminal en su camastro, con un cooperante al lado que le confortaba, le cambiaba las gasas, los lienzos, le daba agua, mantenía el gotero... Ninguno estaba solo. [...] Morían de un modo natural, extinguiéndose con gran paz, con gran dignidad."

Y preguntada por su opinión sobre la eutanasia, la Reina contesta: "No soy partidaria. La vida y la muerte no están en nuestras manos. Muerte digna? Totalmente de acuerdo. La persona que agoniza debe estar en las mejores condiciones, es su momento cumbre. Por mera humanidad, se le deben evitar los dolores, y para eso están los sedantes, los paliativos. Se le deben ahorrar los sufrimientos, también morales, y para eso está la companía de alguien que le conforte y le consuele. Pero es "su" momento. Es "su" muerte." "Cuando ya la medicina es inútil, lo humano no es encarnizarse con terapias que no van a curar al enfermo sino sólo a ocasionarle más dolor. Pero una cosa es "no hacer" y otra es inducirle a su propia muerte o provocársela antes de tiempo. De quién es esa vida? Del que está en la cama o del que está sentado al lado? Eutanasia para alivio del enfermo o eutanasia para alivio del sano?" "Mientras el enfermo aguante, mientras resista en su lucha a vida o muerte, los familiares han de aguantar también y seguir ayudándole."

En relación con su encuentro con la Madre Teresa de Calcuta, la Reina resalta que lo que le llamó la atención es el respeto por la dignidad con que se trata a los enfermos. Y preguntada por la eutanasia como suicidio asistido dice: "No creo que ningún médico, ninguna enfermera, ningún sanitario esté dispuesto a matar a una persona, aunque se lo pida el enfermo o aunque se lo manden en su hospital." [...] De qué se trata? De conseguir unos cómplices para un homicidio. En cuanto al suicidio, que no lo disfracen de "derecho a la muerte" o "muerte libre" o "muerte digna" o "cansancio de vivir": es una cobardía."

En otro punto se pronuncia también en contra del aborto, dentro de su concepción de la defensa de la vida.

En resumen, S.M. la Reina opina a título personal, pero también como una reina católica, con unos principios cristianos evidentes. Recordamos todos la actitud de S.M. el Rey Balduino I de Bélgica cuando decidió abdicar por un día para no tener que sancionar la ley del aborto, pues era contra sus convicciones y le afectaba muy profundamente por no haber podido tener hijos; sancionar una ley que legaliza quitar la vida a un feto iba, por tanto, contra sus convicciones. Su decisión -por muy controvertida que fuera- encontró muchas adhesiones al igual que rechazo, lo último por considerar que el Rey debe cumplir la Constitución, es decir, su deber de sancionar las leyes, pero también es justificable que en algunas cuestiones fundamentales como ésta existe algo llamado conciencia, y si un ciudadano decide objetar por razones de conciencia, está en su derecho. Hasta este extremo también se tiene que conceder a un Rey que objete, y la solución dada por el Rey al problema era aceptable. Ojalá hubiese más hombres de estado con este coraje que tuvo el Rey de los Belgas.

Esta nueva caza de brujas de la izquierda republicana contra la Corona es indigna de una democracia avanzada. Las manifestaciones de S.M. la Reina no tienen nada que se pueda llamar ni de lejos una agresión contra grupos sociales minoritarios o contra la legislación vigente. Son, simplemente, opiniones personales basadas en convicciones filosóficas o religiosas a las que tiene derecho todo ciudadano y, en concreto, una reina católica, esa gran Reina que en su onomástica merece más respeto y más tolerancia. Seguramente, en contra de lo que intenta desmentir de forma poco hábil el funcionariado del Palacio de la Zarzuela, las opiniones reflejadas expresan el pensamiento personal de la Reina, pero también la intención de la autora Pilar Urbano de resaltar cuestiones en el sentido en que a ella le gustan más. Hay muchas otra cuestiones comentadas por la Reina, incluso de mayor peso o intrés, cuestiones de legitimidad de la Monarquía, de la economía y de la política mundial, pero se ha dado énfasis a las más polémicas con tal de armar revuelo. Hasta cabe pensar que Pilar Urbano ha sabido aprovechar la previsible polémica para vender más, sin la menor preocupación por lo que puede suponer en este país en el que abundan cada vez más los sectarios y republicanos fanatizados. La izquierda radical debería aprender ser democrática y tolerante y saber dialogar en lugar de crispar. En una democracia avanzada, auque cada vez menos consolidada, hay que saber vivir con opiniones adversas, con independencia de la persona que las hace públicas y de su relevancia social. Pero como ya dijo el primer ministro español Zapatero en un programa televisivo a un periodista afín: Nos conviene que haya tensión. Esa misma opinión comparten, sin duda alguna, los republicanos españoles.

¡Viva S.M. la Reina Doña Sofía!

¡Larga vida a la Reina!