¿Quién es el heredero del trono?
La cuestión de la legitimidad dinástica y del más apto heredero del trono
Aquí, lo monárquicos siempre conocíamos sólo un Príncipe Heredero del Brasil: Don Pedro de Orleans y Braganza. Pero con la victoria monárquica de lograr la convocatoria constitucional de un referéndum institucional, fueron muchos los que de repente se subieron al carro de la Monarquía. Aparecieron asociaciones monárquicas no coordinadas con los artífices parlamentarios alrededor de Cunha Bueno ni en contacto con los que mantuvieron la idea monárquica viva en tiempos de la "cláusula férrea" que prohibía toda actividad en favor de la Monarquía, como el IBEM de Río de Janeiro (Instituto Brasileiro de Estudos Monárquicos) del trágicamente fallecido Wim de Jesús Almeida Oliveira, precursor de Cunha Bueno. También reaparecieron príncipes que no contaban ya con la vuelta de la Monarquía.
Hemos, por tanto, a dos que representan la Casa Imperial del Brasil: Don Pedro Gastón y Don Luis. El primero es el primogénito del sucesor directo de Don Pedro II (línea primogénita), pero se da la circunstancia de que el padre de Pedro Gastón renunciara antes de tener descendencia, en 1908, renuncia que no está claro si fue aceptada por el Jefe de la Casa Imperial.
De este modo, pasó la Jefatura de la Casa Imperial al segundo hijo de la Princesa Isabel, Hija de Pedro II, Don Luis, de éste a Pedro Enrique, padre del actual Don Luis.
Según un exhaustivo estudio realizado por Armando Alexandre dos Santos, genealogista brasileño entendido en asuntos dinásticos, no hay duda de la legitimidad sucesoria de Don Luis.
Pero, a todas luces, tiene más inconvenientes que ventajas. En primer lugar, no está casado, no teniendo descendencia ni perspectivas de tenerla. Si esto no fuera ya bastante grave, cuenta con el apoyo de "Tradición, Familia, Patria", que financian su propio movimiento y habrán sido determinantes para su aparición en la escena pública. Está, por tanto, condicionado ideológicamente, una circunstancia que en el Brasil de hoy podría tener efectos negativos y que no concuerda con los valores que representa la Monarquía moderna.
Don Pedro Gastón, en cambio, siempre se ha caracterizado por su talante democrático y progresista. Y aunque de avanzada edad, cuenta con una numerosa descendencia que no pondría en peligro una sucesión ordenada al trono.
Este cisma legitimista, que no es muy conocido en general y no es tema de discusión pre-plebiscitaria, se trata de evitar con la propuesta realizada por el grupo de Cunha Bueno de que sea el Parlamento quien, ganado el referéndum por la opción monárquica, escoja el sucesor más idóneo. Una solución práctica, pero que resuelve un problema que podría ser muy grave y perjudicial para la restauración si se llegase a discusiones familiares sobre quién debe ser Rey.
La cuestión de la legitimidad dinástica y del más apto heredero del trono
Aquí, lo monárquicos siempre conocíamos sólo un Príncipe Heredero del Brasil: Don Pedro de Orleans y Braganza. Pero con la victoria monárquica de lograr la convocatoria constitucional de un referéndum institucional, fueron muchos los que de repente se subieron al carro de la Monarquía. Aparecieron asociaciones monárquicas no coordinadas con los artífices parlamentarios alrededor de Cunha Bueno ni en contacto con los que mantuvieron la idea monárquica viva en tiempos de la "cláusula férrea" que prohibía toda actividad en favor de la Monarquía, como el IBEM de Río de Janeiro (Instituto Brasileiro de Estudos Monárquicos) del trágicamente fallecido Wim de Jesús Almeida Oliveira, precursor de Cunha Bueno. También reaparecieron príncipes que no contaban ya con la vuelta de la Monarquía.
Hemos, por tanto, a dos que representan la Casa Imperial del Brasil: Don Pedro Gastón y Don Luis. El primero es el primogénito del sucesor directo de Don Pedro II (línea primogénita), pero se da la circunstancia de que el padre de Pedro Gastón renunciara antes de tener descendencia, en 1908, renuncia que no está claro si fue aceptada por el Jefe de la Casa Imperial.
De este modo, pasó la Jefatura de la Casa Imperial al segundo hijo de la Princesa Isabel, Hija de Pedro II, Don Luis, de éste a Pedro Enrique, padre del actual Don Luis.
Según un exhaustivo estudio realizado por Armando Alexandre dos Santos, genealogista brasileño entendido en asuntos dinásticos, no hay duda de la legitimidad sucesoria de Don Luis.
Pero, a todas luces, tiene más inconvenientes que ventajas. En primer lugar, no está casado, no teniendo descendencia ni perspectivas de tenerla. Si esto no fuera ya bastante grave, cuenta con el apoyo de "Tradición, Familia, Patria", que financian su propio movimiento y habrán sido determinantes para su aparición en la escena pública. Está, por tanto, condicionado ideológicamente, una circunstancia que en el Brasil de hoy podría tener efectos negativos y que no concuerda con los valores que representa la Monarquía moderna.
Don Pedro Gastón, en cambio, siempre se ha caracterizado por su talante democrático y progresista. Y aunque de avanzada edad, cuenta con una numerosa descendencia que no pondría en peligro una sucesión ordenada al trono.
Este cisma legitimista, que no es muy conocido en general y no es tema de discusión pre-plebiscitaria, se trata de evitar con la propuesta realizada por el grupo de Cunha Bueno de que sea el Parlamento quien, ganado el referéndum por la opción monárquica, escoja el sucesor más idóneo. Una solución práctica, pero que resuelve un problema que podría ser muy grave y perjudicial para la restauración si se llegase a discusiones familiares sobre quién debe ser Rey.
(Publicado en Monarquía Europea N° 4 - 1991)